Mons. Machado: El Papa Francisco en Irak, un mensaje profético para el mundo
Para el arzobispo de Vasai (Maharashtra), dedicado al diálogo interreligioso desde hace muchos años, la noticia del viaje del Papa a Irak es un signo de esperanza para un mundo inmovilizado por la pandemia, pero también es un signo de paz en un momento de división y angustia.
Bombay (AsiaNews) - Un "mensaje profético para el mundo", inmerso en la inmovilidad de la pandemia; un signo de "esperanza" para la paz; el "cumplimiento del sueño de Juan Pablo II", que quiso ir a la Ur de los Caldeos allá por el año 2000. En diálogo con AsiaNews, estos son algunos de los puntos que subraya Mons. Félix Machado, arzobispo de Vasai (Maharashtra) al comentar el anuncio del pasado 7 de diciembre, sobre el viaje del Papa Francisco a Irak del 5 al 8 de marzo de 2021. Según el borrador del programa de la visita, Francisco visitará Bagdad, la Llanura de Ur, ligada a la memoria de Abraham, la ciudad de Erbil, y también Mosul y Qaraqosh, en la Llanura de Nínive.
Monseñor Machado está comprometido con el diálogo interreligioso desde hace varios años y actualmente se desempeña como secretario de la Conferencia Episcopal de la India.
El anuncio del viaje del Papa Francisco a Irak es una noticia positiva para el mundo entero, actualmente inmerso en la pandemia de Covid-19. El Santo Padre lleva sus palabras a la práctica, con sus acciones. Durante toda esta pandemia el Papa Francisco ha seguido diciendo que la vida debe continuar, aunque tomando todos los recaudos necesarios.
Cuando Juan Pablo II anunció los planes para el Gran Jubileo del Año 2000, con la Carta Apostólica "Tertio Millennio Adveniente", deseó ardientemente visitar Irak para conmemorar el primer paso explícito de la fe de Abraham en su obediencia a Dios (la historia de la salvación comienza aquí).
El Papa Juan Pablo II quiso inaugurar los programas oficiales del Jubileo yendo personalmente a la Ur de los Caldeos, en Irak. Desafortunadamente, Saddam Hussein no aceptó el deseo del Papa y finalmente no lo invitó. El Papa lo lamentó mucho. A pesar de esto, en 1998 el pontífice envió al cardenal Roger Etchegaray - conocido por ser alguien que saca las castañas del fuego - para que se reuniera con Saddam Hussein y lo persuadiera de permitir la visita. Al mismo tiempo, envió al card. Pio Laghi a los Estados Unidos, para que se reuniera con el Presidente George W. Bush, y lo disuadiera de un posible ataque a Irak.
Juan Pablo II quería la paz, y la paz a toda costa. Luego denunciaría con pasión los efectos devastadores de la guerra en Afganistán. El viaje que el Papa quería emprender no era para hacer publicidad, sino para expresar todos los esfuerzos posibles para promover la paz en un momento de tensión y ruptura en el mundo.
Ambos cardenales regresaron con las manos vacías. Esto fue muy doloroso. La Santa Sede organizó entonces una ceremonia "simbólica" en el Aula Pablo VI, para crear una "Ur de los Caldeos" donde San Juan Pablo II guió la oración. Yo estaba presente en ese momento, tan significativo y conmovedor: podría haberse celebrado en Irak, si el Santo Padre hubiera podido viajar allí.
De alguna manera, el Papa Francisco está cumpliendo el sueño de san Juan Pablo II, pero al mismo tiempo es más que eso: es la memoria de nuestra historia de salvación que se mantiene viva, incluso desde el punto de vista geográfico.
Además, la noticia del viaje del Papa Francisco a Irak me hace muy feliz porque los "papas" van y vienen, ¡pero el "papado" permanece desde los tiempos de Pedro hasta hoy!
El viaje del Santo Padre a la Ur de los Caldeos en marzo de 2021 es un símbolo potente, especialmente en nuestro mundo actual, tan angustiado, afligido y confuso, debido a la pandemia de Covid-19. Es el signo de esperanza que el mundo necesita.
No cabe duda de que el Santo Padre dará al mundo un mensaje profético.
(Colaboró en esta nota: Nirmala Carvalho)
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