de Santosh Digal

El Papa Francisco anunció entre los nuevos cardenales a Mons. David, presidente de la Conferencia Episcopal Filipina, que desde 2015 es obispo de Kalookan, una de las zonas más afectadas por las ejecuciones extrajudiciales de Duterte en la lucha contra las drogas. Voz valiente en defensa de los débiles, creó 20 estaciones misioneras para una Iglesia más cercana a los pobres. Décimo cardenal en la historia de la Iglesia filipina, se suma a Tagle y Advíncula en el grupo de electores.

 

Manila (AsiaNews)- Fue recibida con gran alegría por laicos, sacerdotes y obispos la noticia del nombramiento como cardenal de Mons. Pablo Virgilio David, obispo de Kalookan, una de las diócesis más pequeñas de Filipinas. Como se anunció ayer después del Ángelus, Mons. David - que tiene 65 años y es presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas desde 2021- recibirá la púrpura el 8 de diciembre junto con otros 20 nuevos cardenales provenientes de Argentina, Brasil, Chile, Perú, Italia, Gran Bretaña, Serbia, Japón, Indonesia, Canadá, Costa de Marfil y Argelia.

Mons. David fue ordenado sacerdote en 1983 para la diócesis de San Fernando, de la que posteriormente fue obispo auxiliar, y desde 2015 está al frente de la diócesis de Kalookan, en la inmensa zona metropolitana de Manila. Es una voz muy respetada en la Iglesia filipina por su valiente postura contra las injusticias sociales, y también es conocido fuera del país como vicepresidente de la FABC, la Federación de Conferencias Episcopales de Asia.

Firme defensor de los derechos humanos, el “Obispo Ambo” – como lo llama cariñosamente la gente – ha trabajado incansablemente con los pobres y marginados, sobre todo para abordar los problemas acuciantes de la pobreza y la desigualdad en Filipinas. Su liderazgo pastoral lo ha convertido en una figura central en la defensa de la dignidad de las personas más vulnerables de la sociedad.

En estos días Mons. David se encuentra en Roma para asistir al Sínodo que se desarrolla en el Vaticano, y el sábado - pocas horas antes del anuncio del Papa - participó en la reunión informativa con los periodistas donde habló sobre la experiencia misionera de la Iglesia filipina con los inmigrantes que llegan de las zonas rurales y se aglomeran en las periferias de las ciudades. “Si los pobres no vienen a la Iglesia, la Iglesia debe ir a los pobres”, comentó al describir la creación de 20 estaciones misioneras en su diócesis, que están transformando la vida de las parroquias. “Es una experiencia pastoral maravillosa”, comentó.

Con respecto al nombramiento de David como cardenal, el arzobispo de Capiz, Mons. Victor B. Bendico, dijo que “es una voz muy conocida que habla por los pobres y marginados”. Arlene Arungayan Donarber, laica y miembro del staff de Radio Veritas Asia, lo define como “uno de los mejores influencer de la Iglesia filipina, un líder que posee un corazón humilde, lo que lo convierte en una inspiración para todos. Todos estamos rezando por su camino pastoral y su ministerio".

Agnes Brazal, teóloga y docente de Teología, comenta: “David es un buen teólogo y administrador, y también una voz valiente en favor de las víctimas de ejecuciones extrajudiciales durante la guerra contra las drogas del ex presidente Rodrigo Duterte”. De hecho, Kalookan fue una de las zonas más afectadas por la sangrienta campaña antidrogas del gobierno filipino. En esos años Mons. David utilizó valientemente su posición para denunciar los actos de violencia, abogando por los derechos de los débiles y la santidad de la vida. “Señor, mi vida está en tus manos”, repite frecuentemente Mons. David en su oración, y esta es la actitud con la que se dispone a iniciar este nuevo servicio a la Iglesia universal. El 8 de diciembre se convertirá en el décimo cardenal de la historia de la Iglesia católica filipina, sumándose a los otros dos actuales cardenales electores filipinos: el pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización Luis Antonio Tagle y el arzobispo de Manila José Advíncula.

 

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