Mons. Costa: Cuaresma, 40 días para combatir el egoísmo

de Sumon Corraya

El obispo de Chittagong difunde su mensaje en preparación para la Pascua. La Cuaresma es "el tiempo correcto para renovar nuestra fe" y para "realizar obras de misericordia". "Somos un único cuerpo en Cristo. Por lo tanto, no podemos ser indiferentes con otros que creen en Cristo".

Chittagong (AsiaNews) - La Cuaresma es el tiempo "para luchar contra el egocentrismo y el egoísmo que deambulan dentro y salen de nuestros corazones". Esto fue declarado por Mons. Moses M. Costa, arzobispo de Chittagong, en su mensaje para la Cuaresma. Al citar la Segunda Carta de San Pablo a los Corintios, recuerda que la Cuaresma es el momento adecuado para renovar nuestra fe y "recibir el favor de Dios" (2 Corintios 6: 2). También es tiempo, agrega, "recordar el amor infinito de Dios y su cuidado por nosotros".

En este sentido, Mons. Costa también cita el Evangelio de Juan: "Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna" (3:16); "Nadie tiene mayor amor que esto: dar su vida por sus amigos" (15:13).

El obispo afirma que "podemos aprender de las lecciones del Papa Francisco para renovar nuestra fe. Como fieles a Cristo, somos un único cuerpo en Cristo. Los que creen en él son parte del cuerpo. Por lo tanto, no podemos ser indiferentes a otros que creen en Cristo. Si una parte de nuestro cuerpo sufre, todo el cuerpo sufre de la misma manera. Por lo tanto, en la Iglesia no hay espacio para ser indiferente con los demás". "Algunas veces, admite, debido a la debilidad humana, nos volvemos indiferentes, y así nuestro amor por Dios también se debilita. En lugar de eso, Dios bendice a aquellos que lo siguen y le dan gracias a Dios y a los demás. Este escenario tendrá lugar el Jueves Santo de la Cuaresma, [donde recordamos] a Jesús lavando los pies de sus discípulos".

En la carta pastoral leemos: "La Iglesia es una sociedad santa unida. Aquí no hay lugar para el egocentrismo. Aquí nadie es el propietario, sino que todos comparten sus pertenencias con los demás. El justo compartir de lo que tenemos es un aspecto esencial de nuestra renovación. Durante la Cuaresma, debemos preguntarnos a nosotros mismos, a nuestra sociedad, a nuestras organizaciones: '¿Cuál es mi o nuestra experiencia como parte del cuerpo de Cristo? ¿Compartimos con otros que son parte del cuerpo de Cristo? ¿Compartimos nuestros bienes con los necesitados o personas de poca importancia?'. Les pido a todos los líderes de las organizaciones cristianas y de la sociedad civil que amen a los necesitados en lugar de ser egoístas. La responsabilidad pastoral es llevar el amor de Dios a todos".

Mons. Costa, quien es también Secretario General de la Conferencia Episcopal Bengalí (Cbcb), invita a los fieles a actuar a la luz de algunas preguntas: "¿Conozco los sufrimientos de las partes del cuerpo de la sociedad cristiana? ¿Qué puedo hacer? ¿Dónde están mis hermanos y hermanas? ¿Y dónde están mis padres, mis hijos y mis vecinos? ¿Cómo puedo cuidarlos?".

Para vencer la indiferencia que reina en el mundo de hoy, sugiere, "podemos orar en la iglesia como un peregrinaje en esta tierra. Es poderoso orar como una sola voz, por lo que no deberíamos darle poca importancia. Entonces debemos realizar obras de misericordia para los vecinos y las personas distantes. La Iglesia tiene muchas organizaciones con las que podemos hacer las obras". "Asegurémonos de modo - dice en conclusión - que la Cuaresma sea el momento apropiado para ayudar a los demás, porque todos somos miembros de una familia humana. [Tener] un corazón misericordioso no significa tener un corazón débil".