Mons. Bizzeti: 'Ira y condena' en Turquía por la 'desproporcionada e ineficaz' guerra israelí

de Dario Salvi

El vicario de Anatolia habla de un "sentimiento generalizado" que une al gobierno y a la población, que vive momentos de "gran preocupación", como toda la región. El Estado judío continúa los ataques, desde Gaza hasta el Líbano, donde dejaron al menos 22 muertos en Beirut y en el sur tienen en la mira la misión de Unifil. En Esmirna vandalizaron una sinagoga. Como denunció el Papa, también en este conflicto lo más importante es "la economía de las armas".

Milán (AsiaNews) - En Turquía, como en el resto de la región, existe "gran preocupación" ante "esta escalada [militar] insensata", que se ha caracterizado por una "respuesta desproporcionada e ineficaz" del ejército israelí (IDF), explica Mons. Paolo Bizzeti, vicario de Anatolia, que en estos días se encuentra en Italia aunque sigue atento a los impetuosos vientos de guerra que soplan en Oriente Medio: desde Tierra Santa, como consecuencia del ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre de 2023, al que Israel respondió con bombardeos masivos en Gaza e incursiones en Cisjordania, hasta la reciente apertura del "frente norte" con Hezbollah en el Líbano, y, como telón de fondo, la guerra abierta con Irán. Un preocupante panorama de desestabilización que alimenta una escalada capaz de incendiar toda la región, especialmente porque hay muchas situaciones sin resolver. Esta reacción, advierte el prelado, ha desatado "la ira" contra el Estado judío "y tampoco resulta eficaz, más allá de cualquier consideración ética. No se puede, sólo porque se es más fuerte, atacar en forma indiscriminada".

El vicario de Anatolia habla de un "sentimiento común" del gobierno y la población turca con respecto al conflicto que lanzó Israel en la Franja y después se fue ampliado hasta el País de los Cedros, con la perspectiva de una nueva extensión a la República Islámica. “Hay un sentimiento generalizado - continúa - de condena por lo que está sucediendo. Tienen el coraje de decir abiertamente lo que muchos piensan en Europa, pero que es difícil decir de forma abierta y directa".

"Turquía - explica - ha adoptado una posición clara al no haber aceptado una represalia de esta magnitud", desproporcionada por la intensidad, la amplitud y el número de víctimas, desplazamientos y destrucción que ha causado. "Este año - explica - han aumentado los temores y las preocupaciones, porque se ha desencadenado un proceso que afecta a todo Oriente Medio" y existe el "riesgo evidente de un conflicto más amplio", del que "la gente tiene miedo".

Mientras tanto, los aviones de combate israelíes siguen atacando Beirut y amplias zonas del Líbano. Sólo ayer dejaron al menos 22 muertos y más de 100 heridos en una serie de incursiones contra la capital, mientras que en el sur resultaron heridos dos soldados indonesios de la misión de la ONU en un ataque de tanques del Estado judío contra bases de la Unifil. La operación recibió duras condenas, entre otros, de Turquía e Italia, cuyo Ministro de Defensa habló de un "acto deliberado", sin excluir la posibilidad de "crímenes de guerra". Por otra parte, una investigación de las Naciones Unidas que se publicó ayer destaca una "política concertada" de Israel con el propósito de "destruir el sistema sanitario en Gaza" en el contexto del conflicto, lo que constituye un "crímen de guerra y contra la humanidad" porque el objetivo es "exterminar". Al presentar el informe, la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, habló de "ataques implacables y deliberados contra el personal y las instalaciones médicas" que han causado daños gravísimos, "sobre todo a los niños". Por último, el gobierno israelí ha confiscado las tierras donde se encuentra la sede de la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA) en Jerusalén, con el propósito de construir 1.440 viviendas para colonos.

El actual conflicto no sólo afecta las relaciones entre los Estados y las relaciones diplomáticas, sino que también produce un contragolpe económico, tal como se desprende de los problemas en la balanza comercial entre Turquía e Israel. “Había grandes negocios entre los dos países - recuerda Mons. Bizzeti - que ahora han entrado en crisis. En Oriente Medio todo está entrelazado, cuando se produce un evento grave en una zona, normalmente tiene repercusiones en otras partes", aunque "no siempre es fácil comprender cuáles son las conexiones directas". Y toda la región queda afectada".

La guerra, aunque sea de forma indirecta, ya está teniendo consecuencias en el país: "Si bien por un lado no se producen cambios importantes en el conflicto con la minoría kurda, que ha quedado en suspenso, ya hay graves problemas por la cuestión de los refugiados, con repercusiones internas que afectan a la población" desde el punto de vista social y económico. Sin embargo, no hay secuelas particularmente serias "en las relaciones entre cristianos y musulmanes o, más en general, a nivel étnico-confesional".

Sin embargo, no faltan algunos episodios de tensión: en las últimas horas ha habido noticias de dos sinagogas vandalizadas en Esmirna el 7 de octubre, cuando se cumplió un año del ataque de Hamás que desencadenó el conflicto en la Franja. En las sinagogas de La Sinyora y Algazi aparecieron escritos en tinta roja y referencias al Corán. Las autoridades arrestaron a una persona, mientras crecen los temores en la comunidad judía local, tal como confirma a Bianet Nesim Bencoya, coordinador del İzmir Jewish Heritage Project.

“En un contexto de guerra y de tensión es inevitable - advierte el vicario de Anatolia - que aumente el nivel de seguridad alrededor de las embajadas y consulados, lo que se denomina puntos sensibles, que se encuentran hiper protegidos por miedo a los 'perros sueltos' que pueden atacar. Es normal - añade - que exista este peligro, pero es un elemento general, que afecta a muchos países del mundo". Por último, hay un "nivel humanitario", vinculado a los esfuerzos por la paz o por lo menos para una tregua estable y duradera en los combates, pero que hasta ahora no ha logrado los resultados deseados. “Turquía - subraya - es uno de los pocos países que realmente hace algo para aliviar el sufrimiento de una población civil exhausta en Gaza, donde la situación es insostenible. Como ha denunciado repetidamente el Papa Francisco - concluye Mons. Bizzeti - detrás de este conflicto también está el tráfico de armas, una economía de la guerra que prolifera y condiciona las decisiones políticas, que a su vez chocan con todas las voces de paz, de un sentimiento común entre los pueblos".