Mons. Audo: Ser misioneros en Siria
Para el obispo caldeo de Alepo es fundamental “vivir la fe cristiana, el Evangelio”, permaneciendo en el país. Respeto por los demás, atención a los pobres y solidaridad verdadera son los signos de la misión. La necesidad “urgente” de testigos del amor gratuito de Dios. No tener miedo de “llamar a la fe” a cuantos están en una búsqueda.
Alepo (AsiaNews) - Ser misionero hoy en Siria, significa “ser capaces de construir puentes todos los días”, a pesar del “peligro de la guerra y de la violencia”, que sigue siendo algo real y concreto. Es lo que comenta, en diálogo con AsiaNews, Mons. Antoine Audo, obispo caldeo de Alepo; él afirma que “vivir la fe cristiana, vivir el Evangelio, permaneciendo en el país” a pesar del conflicto, “esto es para nosotros ser misioneros”. Una presencia que se vuelve un punto de encuentro, de confrontación, de diálogo, como ha pedido el papa Francisco en la Jornada Misionera Mundial, en la cual el pontífice ha renovado la invitación a “donar aire puro a quien vive en la contaminación del mundo”.
El obispo de Alepo y ex presidente de Cáritas Siria explica que “en Siria, no podemos usar la palabra misionero”, porque en árabe ésta conlleva “el sentido y el significado de colonizador. Es triste tener que decirlo -agrega - pero este es el contexto histórico-político en el que vivimos” y las palabras tienen su peso y pueden prestarse a malentendidos, generar incomprensiones y divisiones.
Cuando le preguntamos cómo se puede ser testigos de Cristo en una realidad como es la siria actual, Mons. Audo desea poner de relieve, ante todo, “el respeto por los demás” unido “a la atención hacia los pobres, con una escucha y solidaridad verdaderas”. En esta fase de dificultades, agudizada por el drama de la guerra, es importante “no convertir el dinero en un dios, decir siempre la verdad, no tener miedo de las amenazas”, sino proseguir el camino…”esto quiere decir ser misionero”.
A 100 años de la promulgación de la Carta apostólica Maximum Illud de Benedicto XV, inmediatamente después de la Primera Guerra mundial, para dar un “nuevo impulso a la misión”, el Papa convocó a un Mes Misionero extraordinario. Invitando a “salir de sí mismos, a entregarse”, el pontífice ha querido relanzar la tarea fundamental de la Iglesia y de cada cristiano. Este período, dijo, quiere ser “una sacudida para provocarnos, y hacernos más activos en el bien. No notarios de la fe ni guardianes de la gracia, sino misioneros”.
“En este sentido, retomando las palabras del Papa - cuenta el obispo - me parece evidente la necesidad de hombres y mujeres cristianos, que sean capaces de ser testigos del amor gratuito de Dios”. Hoy, más que nunca, es necesaria “la entrega total” de nosotros mismos, “con valentía y con fe. Por más que las guerras den miedo - advierte - , es necesario ser testigos del amor universal de la Iglesia”.
El obispo sirio quiere hacer llegar un mensaje a los fieles; “En el servicio a los más pobres - explica -, seamos testigos del amor gratuito de Cristo por todos. En una situación de violencia mortal, de rechazo del otro a causa de su pertenencia étnica y religiosa, los cristianos pueden dar un testimonio de caridad y libertad que deriva justamente del Evangelio”. Por último, concluye, “como cristianos de Oriente y Occidente, no debemos tener miedo de llamar a la fe a los que están en una búsqueda de Dios. Esto es lo que el mundo espera de nosotros, la confianza y la alegría que Cristo nos dona”. (D.S.)
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