Mons. Anton Ranjith: Debemos dejarnos guiar siempre por Dios
Habla el nuevo obispo auxiliar de Colombo. Ahora, como pastor, hay un gran trabajo por delante para cuidar a nuestros fieles, respondiendo a sus necesidades espirituales. Me gusta que sean cada vez más conscientes de la profundidad de los sacramentos y de los misterios. Voy a seguir trabajando en eso porque, en definitiva, lo más importante para un sacerdote es la manera como celebra los sacramentos.
Colombo (Asia News) - "Solo sé una cosa: todo lo que he recibido, me lo ha dado Nuestro Señor Jesús” dijo a AsiaNews el nuevo obispo auxiliar Anton Ranjith Pillainayagam. Monseñor Anton Ranjith es el tercer obispo auxiliar de la arquidiócesis de Colombo. La ceremonia de consagración se llevó a cabo el 29 de agosto en la catedral de Santa Lucía, Kotahena.
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¿Cómo se sintió cuando le comunicaron el nombramiento?
Sin duda, fue un anuncio sorprendente. Me hizo pensar muchas cosas: si tengo condiciones, si soy la persona adecuada. De todos modos, al final, confié en la providencia de Dios y acepté. Y sé que Dios siempre me está regalando sus bendiciones y, a su manera, me hace hacer lo que Él quiere que yo haga. Por eso acepté esta nueva llamada, porque es Dios el que me ha elegido. Yo creo que “es el Señor” y por eso obedezco.
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En pocas palabras, ¿cómo piensa cumplir esta nueva misión?
Servir al Señor es algo que no cambia. Fundamentalmente seguiré siendo y seguiré haciendo el trabajo que hacen los sacerdotes. Continuaré la misma misión, aunque con un enfoque diferente. Los enfoques pueden cambiar, pero la misión es la misma.
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Un educador que ahora es obispo, ¿en qué consistirá su nueva tarea? Porque en la diócesis de Colombo vive una numerosa población católica tamil.
Sì, he trabajado sobre todo con niños y jóvenes de 5 a 19 años, pero no me he limitado a ellos: a través de los niños encontré a los padres, abuelos, hermanos y hermanas. Encontré a sus párrocos y a todas las personas que están relacionadas con estos niños. Ahora, como pastor, hay un gran trabajo por delante para cuidar a nuestros fieles respondiendo a sus necesidades espirituales. Me gusta que sean cada vez más conscientes de la profundidad de los sacramentos y de los misterios. Voy a seguir trabajando en eso porque, en definitiva, lo más importante para un sacerdote es la manera como celebra los sacramentos.
Hasta el momento no me han asignado ningún trabajo en particular y acabo de empezar. Como auxiliar, estoy al servicio del Arzobispo y estoy abierto a cualquier responsabilidad, según mi capacidad para llevar a cabo los planes del Arzobispo y para cumplir la misión de Nuestro Señor Jesús.
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Usted ha nacido y crecido en la región del sur de la isla, e imagino que siente el pulso de la gente de su etnia, sobre todo de las personas que todavía padecen las consecuencias de la guerra. ¿Cree que puede ayudar de alguna manera a esas personas indefensas?
Sin duda hay que ayudar a esas personas. Pero actualmente esa zona depende del obispo responsable. Están respondiendo a las necesidades de esas personas y tomará algún tiempo solucionar algunas cosas. Seguramente ayudaremos siempre a los obispos, pero no me corresponderá colaborar directamente en ningún proyecto para esas personas. Estoy convencido de que los obispos de la diócesis de Jaffna, Mannar y Batticaloa están haciendo todo lo posible por su pueblo.
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¿Cuál ha sido su experiencia de Dios hasta ahora?
Creo firmemente que Dios siempre ha estado conmigo y me ha guiado, aunque tal vez no me di cuenta en ese momento. Nací en Karampan, Jaffna. Tengo un hermano mellizo. Me bautizaron en la iglesia de Nuestra Señora del Refugio en Jaffna. En 1973 nos trasladamos a Kotahena, en Colombo. Luego comencé la escuela en St. Benedict's College de Kotahena. Lamentablemente, ese mismo año falleció mi padre, y en 1974 regresamos a Jaffna. Allí ingresé en el St. Patrick's College. Después de obtener mi diploma, le informé a mi familia que quería ser sacerdote y entré al seminario en Jaffna. Después supe que había sido seleccionado para ingresar a la Universidad. Pero no obtuve el permiso del obispo de Jaffna para asistir.. Completé mi primer y segundo año en el seminario de Jaffna, pero tenía muchísimos deseos de ingresar a la universidad. Por segunda vez el obispo dijo que no. Con el corazón apesadumbrado fui a la universidad para cancelar mi inscripción. Pero me dijeron que podía comenzar mis estudios después de completar los del seminario. Fue una oportunidad inesperada para mí; hice los trámites y obtuve el permiso.
Cuando terminé los estudios en el seminario, le pedí nuevamente permiso al obispo para entrar en la Universidad. Había esperado dos años. Pero volvió a decir que no. Estaba abatido y con el corazón roto. Había otros cuatro que estaban en la misma situación que yo y tenían la misma sed. Al final, bajo la dirección muy positiva de un sacerdote, decidimos abandonar el seminario y entrar a la universidad. Me gradué en Matemática muy bien y después me ofrecieron un puesto de ayudante en la universidad.
Pero también deseaba cumplir mi sueño de ser sacerdote y me puse en contacto con el obispo Nichols Marcus a través de mi tío, el obispo Kingsley Swamilpillai. El arzobispo habló conmigo. Tuve que aprender el idioma singalés desde el principio. De lo contrario no tenía ninguna posibilidad de ser sacerdote en la arquidiócesis de Colombo.
Tuve que estudiar otro idioma desde abajo, con los libros de texto singalés de 1º, 2º, 3º grado…. como un niño… aprender todas esas letras no fue fácil, fue un desafío, pero puse lo mejor de mí mismo y mantuve la promesa. En 1995 entré en el Seminario nacional Ampitiya de Nuestra Señora de Lanka y estudié teología durante dos años. Después, en 1998, empecé a trabajar en las parroquias, en tres parroquias. En el 2000, después de haber prestado servicio como diácono durante unos meses, fui ordenado sacerdote el 16 de septiembre, junto con otros seis diáconos, por el difunto arzobispo Nicholas Marcus Fernando.
No había pensado ser sacerdote de la diócesis de Colombo o llegar a ser obispo de una diócesis. Pero Jesús me ha guiado muy bien hasta aquí.
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¿Cuál será su mensaje como nuevo pastor?
Mi lema es "DOMINUS EST", que significa “ES EL SEÑOR”. Lo elegí porque “es el Señor” quien me ha guiado, nadie más. Algunas veces el ser humano hace muchos proyectos para el futuro, proyectos para los hijos, para que sean médicos, ingenieros, esas cosas. Pero primero tenemos que pedirle al Señor que nos guíe, que nos ayude a elegir el camino correcto… ¿Cómo debería ser un día mi hijo? El Señor encontrará la manera. De lo contrario, nuestros planes no funcionarán.
Siempre debemos escuchar la voz de Dios. Siempre nos habla a través de otra persona. Por eso, primero debemos aprender a escuchar esa voz divina de Dios que recibimos a través de otros. Solo así no perderemos el rumbo en nuestro viaje por la vida.
23/12/2015
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