Monje budista de 92 años vuelve a casa a morir, controlado por la policía
Thích Nhất Hạnh vivió 39 años exiliado en Francia. El maestro zen ya no puede hablar ni caminar. En 1966, el monje fue proscripto por las autoridades del Norte y del Sur, por haber pedido el fin de la Guerra de Vietnam. En 2005, le concedieron permiso para regresar al país por primera vez.
Hanói (AsiaNews/Agencias) – Oculta entre la multitud de devotos, la policía vietnamita vela por los últimos días de vida de Thích Nhất Hạnh (foto), un renombrado monje budista de 92 años y activista por la paz. El religioso, famoso por haber llevado las enseñanzas del Buda a Occidente, por haber pasado por las casas de celebridades de Hollywood y visitado las oficinas del Sillicon Valley, transcurrió 39 años en el exilio, en Francia. Durante ese período, organizó retiros en todo el mundo y escribió más de 100 libros, piedra fundamental de un imperio global del bienestar valuado en 4,2 millardos de dólares.
En 1966, el monje fue proscripto por las autoridades del Norte y del Sur, por haber pedido el fin de la Guerra de Vietnam. El maestro Zen luego fue apartado de su labor en favor de la libertad religiosa, tanto en el mundo como en el país comunista, donde todos los credos están sometidos a un estricto control del régimen. Desde el 2 de noviembre pasado, el gobierno ha concedido a Thích Nhất Hạnh la posibilidad de transcurrir sus últimos días en su pagoda de Từ Hiếu, en la antigua ciudad de Huế, corazón budista de Vietnam.
A pesar de que el hombre es incapaz de hablar o caminar debido a un ACV sufrido en 2014, el monje sigue siendo vigilado por agentes de la policía vestidos de civil. Desde su regreso a Vietnam, el mes pasado, cientos de fieles se han apiñado fuera de la pagoda para unirse al monje en sus paseos por los jardines que rodean en templo.
Las autoridades comunistas muestran desconfianza ante la religión organizada y el año pasado aprobaron una ley que exige el registro de las diferentes confesiones y el informe de todas las actividades que desarrollan. En Vietnam, los líderes religiosos han demostrado muchas veces su capacidad de movilizar masas: los católicos han llevado adelante protestas ambientalistas; los miembros de la secta budista Hoa Hao han organizado manifestaciones anti-comunistas; los degar (protestantes y católicos) se han enfrentado con las autoridades por el derecho a la tierra en los altiplanos centrales.
Desde el año 2005, cuando se le permitió regresar al país para la primera de una serie de visitas controladas, Thích Nhất Hạnh ha pedido por una mayor tolerancia religiosa. Sus llamamientos no siempre son bien recibidos por las autoridades: en el 2009, cientos de policías y milicias del gobierno agredieron y expulsaron a sus seguidores de su templo, en la provincia meridional de Lam Dong.
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