Monje budista amenazado por los islamistas (Video)
Es acusado de proselitismo. Un proyecto benéfico del religioso fue el que desencadenó la ira de los radicales, obligado a leer y firmar una admisión de culpa. Las autoridades han deliberado que las acusaciones movidas por los integristas están privas de fundamento.
Yakarta (AsiaNews)- En el pueblo de Kebon Baru (provincia de Banten), un grupo islámico radical desconocido obligó al monje budista Mulyanto Nurhalim a firmar un acuerdo, en el cual el religioso se comprometía en abandonar la propia demora como consecuencia de las acusaciones de proselitismo. El episodio sucedió el pasado 4 de febrero, pero salió a la luz sólo 6 días después de la difusión viral del video que muestra al monje leyendo y firmando el documento.
Un proyecto benéfico iniciado por un monje budista fue el que desencadenó la ira de los islamistas. Esparciendo huevos de pescado, él entendía transformar una fosa abandonada, donde los habitantes en un tiempo extraían la arena, en un vivero de pesca y ponerla a disposición de la comunidad. Los extremistas además han acusado a Mulyanto Nurhalim querer hacer prosélitos entre los musulmanes locales, a través de su “solicitud emotiva”.
“Declaro la intención de dejar mi casa en Babad, distrito de Legok, antes del 10 de febrero- afirma el monje en lo filmado leyendo un documento- Me comprometo a no realizar más rituales o recitaciones de oraciones (en mi casas), desde el momento que otros budistas (de los pueblos vecinos) han realizado visitas para unirse a mí. Terceras partes han considerado sus visitas como ‘actividades de oración’ que han provocado inmediatas preocupaciones de la población local. Si sólo un día violaré este ‘acuerdo’, no me opondré a ninguna objeción a acciones legales contra mí. Esta carta fue firmada sin intimidación alguna”. ¿Está bien así?, exclama el monje hacia el final de lo filmado, mientras que fuera del campo lo obliga a firmar la hoja que tiene entre sus manos. ¡Antes lo debes firmar, fuerza, fírmalo!, responde un hombre.
El 7 de febrero, las autoridades locales tuvieron un encuentro clarificador, en presencia del monje y de “terceras partes”. Algunos habitantes del pueblo han acusado al religioso budista de haber preparado su habitación como “centro de oración secreto” y pidieron que no se introdujesen más objetos y accesorios sagrados. Mulyanto Nurhalim rechazó las acusaciones, afirmando que los budistas normalmente llevan sólo comida y otros elementos de primera necesidad. Al final de la discusión, las autoridades han deliberado que las acusaciones realizadas por los integristas no tienen ningún fundamento y que las visitas regulares de los budistas no se pueden considerar com o actividades religiosas.
Lo que preocupa a la sociedad civil indonesia es el aumento de los episodios de intolerancia religiosa hacia las minorías. El pasado 27 de diciembre en Banguntapan, suburbio de Yogyakarta 8en la isla de Java), grupos fundamentalistas islámicos han disturbado y protestado contra las obras de caridad organizadas por la comunidad católica de St. Paul’s Pringgolayan. Los moderados han expresado duras críticas también contra el sultán Hamengku Buwono X, gobernador de la región con un estatuto especial. Comentando la cuestión, el monarca había declarado que “no hay necesidad de manifestar la propia identidad religiosa cuando se hace beneficencia”.
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