Mohsen, los baluchis y los menores de edad iraníes en el corredor de la muerte

La indignación que provocó la ejecución del joven que ahorcaron para aplastar las protestas en Teherán en el contexto de un país que este año ya ha tenido una escalada de más de 500 ejecuciones. Las denuncias de otros detenidos ejecutados entre los baluchis. La preocupación de la ONU por 85 menores de 18 años cuya condena estaría pendiente.

Milán (AsiaNews/Agencias) – La ejecución de la pena de muerte en Teherán del barman Mohsen Shekari, de 23 años, despertó ayer la indignación mundial, la primera oficialmente atribuida por los mismos medios iraníes a hechos relacionados con las protestas que se desarrollan en el país desde la muerte de Mahsa Amini, la joven kurdo-iraní que murió el 16 de septiembre cuando fue detenida por los escuadrones de la "policía moral". Tras el ahorcamiento de este joven -apenas 75 días después de ser arrestado y tras un juicio sumario- se multiplican en estas horas las alarmas por otros presos que correrían la misma suerte. Amnistía Internacional, en particular, ha hecho pública una lista de 12 personas vinculadas a las protestas que ya se enfrentan a la pena de muerte y otras 6 procesadas por los mismos delitos.

Junto a estos casos de los que se ha tenido noticias, sin embargo, también hay otros que son más difíciles de verificar, sobre todo en las regiones habitadas por las minorías kurda y baluchi, donde la represión de las protestas fue más dura. En las mismas horas en que fue ejecutado Mohsen Shekari, en las redes sociales las comunidades baluchis -pertenecientes a la etnia sunita- denunciaron la ejecución de la condena a muerte de tres hermanos: Joma, Anushiravan y Naser Omarzehi, y afirmaron que la mayoría de las ejecuciones se están llevando a cabo en esta provincia del sureste sobre la frontera con Pakistán. Según los informes, otros dos hermanos baluchis, ambos menores de edad, Mohammad Rakhshani y Ali Rakhshani, también están en prisión acusados de moharebeh, "enemistad contra Dios", el mismo cargo que pesaba contra Mohsen Shekari. Sin embargo el Fiscal General de Sistán-Baluchistán negó que esto fuera cierto.

El recurso a los fusilamientos para reprimir las protestas se verifica en el contexto de una escalada que comenzó mucho antes de las manifestaciones en las calles de las últimas semanas. Según los últimos datos publicados por Iran Human Rights (IHRNGO) en 2022 ya se ejecutaron más de 500 sentencias de muerte en el país, la cifra más alta en los últimos 5 años. Y según un informe publicado por la ONU en octubre de este año habría 85 menores iraníes actualmente en el corredor de la muerte: la mayoría pertenecen a grupos marginados o son personas que a su vez fueron víctimas de abusos.