Mindanao: un rito tribal para renovar la amistad entre los indígenas, musulmanes y colonos
Desde el año 2012 el rito se repite en las laderas del monte Kitanglad. Jefe de la tribu Talaandig: “Este año tiene una particular importancia por el nacimiento de la Región autónoma islámica”. Continúan las tensiones entre los musulmanes: el rol central de los rebeldes del MILF alimenta sinsabores. Misionero PIME: “Son momentos fluidos”.
Mindanao (AsiaNews) – Representantes de 8 etnias Lumad, exponentes de la población Moro y de grupos de colonos de la isla meridional de Mindanao se reunieron en el pueblo de Songco (provincia di Bukidnon) hace tres años hace, para renovar su voto de amistad a través de un rito tribal. Durante la ceremonia, donde como anfitriona fue la comunidad Talaandig local, los participantes mataron algunos pollos y esparcieron su sangre en las palmas de la mano y en la frente de las personas. Gotas de sangre mojaron el monumento que celebra la reafirmación de los lazos de unión entre las diversas tribus: un “tibot” (vaso) de arcilla, símbolo de la unidad de los pueblos de Mindanao.
Los Lumad son un conjunto de poblaciones aborígenes de Filipinas no cristianizadas, ni islamizadas, que están difundidas sobre todo en las islas meridionales del archipiélago (Mindanao, Cebu y Panay). El término colectivo Moro se refiere a las etnias de mayoría islámica, que viven sobre todo en la región sudoriental de Mindanao, en Sulu y Basilan. En cambio, del Norte de la nación provienen los colonos, que son en su mayoría cristianos.
Datu Migketay Victorino Saway, jefe de la tribu Talaandig, cuenta que el rito se repite desde el año 2012 en las laderas del monte Kitanglad, en el corazón de Mindanao. “La ceremonia de este año- declara Saway a MindaNews – tiene una particular importancia, por el nacimiento de la Región autónoma de Bangsamoro en el Mindanao musulmán (BARMM)”. La creación de un Bangsamoro (nación de los Moro) autónomo es considerado por muchos como la clave para crear una paz duradera con los rebeldes separatistas y contrastar la avanzada del extremismo islamista en la isla.
El pasado 22 de febrero, el presidente filipino consignó las redes del nuevo territorio a Al Hajj Murad Ebrahim, líder de los ex rebeldes del Moro Islamic Liberation Front (Milf). Él guiará la Bangsamoro Transition Authority (Bta), al gobierno de la BARMM hasta la elección de un Parlamento- en 2022. Un referéndum sancionó que la nueva región estará compuesta por las provincias de Lanao del Sur, Maguindanao, Basilan, Sulu y Tawi-Tawi, además de las ciudades de Marawi, Lamitan, Cotabato y 63 pueblos de la provincia de Cotabato del Norte.
Los musulmanes de Mindanao llegaron al voto divididos y según fuentes de AsiaNews, las tensiones continúan todavía hoy. El rol central del MILF, expresión del grupo étnico de los Maguindanao, alimentó al malestar de las otras etnias islámicas, como los Tausung, que siempre han declarado preferir la estructura federal y los Maranao. Las tensiones entre los varios grupos han caracterizado la campaña para el referéndum y encontraron su culmen pocas horas después de la victoria del “Sí”, con el atentado a la catedral de Joló (provincia de Sulu) y el sucesivo ataque a una mezquita en Zamboanga.
Las fuentes reportan que los desacuerdos se convirtieron en terreno fértil de políticos y grupos de interés. Entre los musulmanes, muchos temen que las maniobras de éstos lleven al fracaso del proyecto autonomista y con la finalidad de nuevas violencias. Ceremonias como la de Songco representan una importante ocasión de diálogo para las comunidades de Mindanao. “En este momento el clima está bajo control y para mantener bajo la mesa todo, están sobre todo las próximas elecciones generales del 13 de mayo”, afirma a AsiaNews, el p. Sebastián D´Ambra, misionero del PIME (Pontificio Instituto Misiones Extranjeras) y fundador del Silsilah, movimiento para el diálogo islámico-cristiano. “La gente-concluye el sacerdote- espera entender las evoluciones de esta fase transitoria. Estos son momentos fluidos”.
(Foto credit: MindaNews).