Militares birmanos cómplices de las bandas de estafas online
La denuncia está contenida en un nuevo informe de la Fundación Shan de Derechos Humanos (SHRF) titulado "Atrapados en el infierno". Las personas caen en la esclavitud porque han perdido su empleo o interrumpido sus estudios como consecuencia del golpe militar de 2021. También se incluyen historias detalladas de milicias vinculadas a la Junta en el noreste del Estado de Shan que protegen a bandas criminales chinas dedicadas a estafas en Internet y explotación sexual.
Rangún (AsiaNews) - Un nuevo informe de la Shan Human Rights Foundation (SHRF) titulado "Trapped In Hell" (Atrapados en el infierno) arroja una luz aún más inquietante sobre los "nuevos esclavos" de las estafas en línea en Myanmar y sobre esta "industria" del engaño, la corrupción y la violencia a manos de bandas criminales chinas que prospera con la aprobación tácita y la complicidad de las autoridades locales.
Basada en varias entrevistas con víctimas, la investigación de la SHRF revela que hay cada vez más ciudadanos de Myanmar, especialmente aquellos que han quedado sin acceso a la educación o al empleo después del golpe militar de febrero de 2021, que se convierten en víctimas de las estafas en línea y los juegos de azar, o de chantajes que los obligan a realizar actividades pornográficas. Esto sucede con frecuencia en las regiones de Kokang y Wa del Estado de Shan, en el noreste del país.
“Sobre todo en varios países del Sudeste Asiático - señala el informe de la Fundación Shan de Derechos Humanos - se ha verificado un aumento de este tipo de actividad ilegal porque las restricciones debidas a la pandemia de Covid-19 han fomentado el juego ilegal en internet, agravado la inseguridad económica y creado grandes bolsones de trabajadores desempleados y migrantes varados que los grupos criminales organizados pueden explotar. Bajo la apariencia de lucrativas ofertas de trabajo esclavizan personas desesperadas en países como Camboya, Laos, Myanmar y Filipinas y las obligan a llevar a cabo estafas cibernéticas sometiéndolas a chantaje, acoso, abuso, violencia y tortura”.
Un informe reciente de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) también denunció la magnitud del problema, señalando que “cientos de miles de personas de toda la región [del Sudeste Asiático], aunque no solo allí, se han visto involucradas por la fuerza en actividades criminales online".
Sin embargo, muchas víctimas de Myanmar con las que habló la SHRF dijeron que el trabajo forzoso no se limitaba únicamente a las estafas online. Un hombre, por ejemplo, fue obligado a brindar servicios sexuales a miembros de una banda china que trabajaban en una empresa de servicios de soporte técnico para operaciones de estafa online en Panghsang, una ciudad fronteriza en el extremo oriental del Estado de Shan de Myanmar. En la misma ciudad una mujer fue violada repetidamente y obligada a participar en fotografías y vídeos pornográficos que luego fueron publicados en Internet, como chantaje debido a una estafa de la que había sido víctima. En ambos casos la falta de cooperación dio lugar a nuevos abusos físicos y torturas. “Numerosas anécdotas de las víctimas coinciden en que los guardias las golpearon con cinturones y porras y en varios casos les aplicaron descargas eléctricas”, reporta el informe de la SHRF.
Sein Sein, una mujer birmana, dijo que ella y su hermana Nu Nu (nombres ficticios) fueron detenidas en un hotel que se utilizaba como centro de estafas online. El lugar también estaba custodiado por miembros uniformados de la Milicia Kokang (KMF), una fuerza policial local del Estado de Shan creada y armada por la Junta para ayudar a mantener el control de la región autoadministrada de Kokang. El informe de la SHRF señala que miembros de este grupo armado presenciaron el suicidio de Nu Nu - quien saltó desde la ventana del cuarto piso - y se encontraban en el lugar cuando llegó el personal médico. Y ellos mismos amenazaron a Sein Sein a punta de pistola para que no hablara con nadie de lo sucedido.
“Los desgarradores testimonios contenidos en este informe sólo dan una pequeña idea de los abusos generalizados infligidos a innumerables víctimas en Myanmar y otros países donde actúan con impunidad las bandas criminales, especialmente chinas, con el apoyo del ejército o la policía local. Es urgente - concluye el informe de la Shan Human Rights Foundation - que las autoridades competentes repriman a las bandas criminales que operan en sus territorios y las obliguen a responder por los abusos infligidos a sus víctimas esclavizadas".
17/12/2016 13:14