Mientras Kirill pide respaldar a Moscú, las Antiguas Iglesias de Oriente planean un consejo sobre él
El patriarca ruso bajo la mira, por su apoyo a la invasión de Ucrania impulsada por Putin. Se necesitaría un concilio de todas las Iglesias o una decisión del sínodo de Moscú para destituirlo. Kirill está siendo cada vez más cuestionado en el mundo ortodoxo y cristiano de Occidente.
Moscú (AsiaNews) - El patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa Kirill (Gundyaev) celebró un servicio después de la Pascua en la histórica catedral de la Asunción, dentro de las murallas del Kremlin. Invitó a la población a reunirse en torno a la "ciudad de Moscú, centro de toda Rusia" para defenderse de los "centros de poder del exterior". El pueblo ruso necesita redescubrir su unidad interior, dijo el Patriarca, "porque sólo en la unidad está nuestra fuerza, y si conservamos en nuestros corazones la fe de nuestros padres, entonces Rusia será invencible".
Kirill explicó: "la victoria no es siempre la de las armas, sino también la del espíritu, y muchos querrían hoy que este espíritu desapareciera". Enumeró las tácticas del enemigo, que "propaga la confusión, crea nuevos ídolos, centra la atención sobre nuevos pseudovalores, para trastocar las dimensiones de la conciencia del hombre -desde la vertical, que lo une a Dios, hasta la horizontal, en la que se asientan todas las necesidades de la carne".
Se habla asimismo de la posible reunión del Consejo de Patriarcas Apostólicos de las Antiguas Iglesias Orientales, los cuatro miembros de la antigua Pentarquía, de la que está excluida Roma: Constantinopla, Alejandría, Jerusalén y Antioquía. El encuentro se planea desde hace meses, para evaluar la decisión de Kirill de establecer un exarcado ruso en África, en el territorio canónico de Alejandría. Y ahora, se suma a ello la cuestión que plantean más de 400 sacerdotes de la Iglesia Ortodoxa en Ucrania: el juicio sobre el apoyo de Kirill a la política de Putin.
El caso fue presentado formalmente por el protoierej Andrej Pinčuk, de la eparquía de Dnipropetrovsk, perteneciente a la Iglesia ucraniana del patriarcado de Moscú, pidiendo "privar a Kirill de la sede patriarcal", y fue firmada por 430 sacerdotes de la misma Iglesia. Los mismos firmantes también han hecho un llamamiento al metropolitano Onofrio (Berezovskij) de Kiev para que proclame la autocefalia por su cuenta, pero hasta ahora el responsable de los ortodoxos ucranianos no ha respondido. Se sabe que varios sacerdotes y obispos rusos aconsejan a Kirill que proclame la autocefalia de la parte ucraniana del país respecto a Moscú. En el ámbito administrativo, de hecho, ya funciona de manera independiente.
La reunión de los patriarcas sigue pendiente, en parte porque dos de los cuatro, Teófilo III de Jerusalén y Juan X de Antioquía, son partidarios de Kirill, o al menos no están dispuestos a romper relaciones con él. No es casual que la mano derecha de Kirill, el metropolita Hilarión (Alfeyev), visitara a ambos a finales de febrero y principios de marzo.
Según el canonista de la Universidad de Tartu (Estonia), Andrej Šiškov, "el propio Patriarca Ecuménico Bartolomé, experto en derecho canónico, se da cuenta de que este ‘tribunal supremo’ no tiene ninguna eficacia real en el mundo ortodoxo, pues haría falta un concilio de todas las Iglesias para destituir a un patriarca, y jamás se logró reunir uno".
El consejo de cuatro patriarcas tenía sentido durante el periodo del Imperio Otomano, pero nunca actuó a nivel de la Ortodoxia universal. El gran concilio de Moscú de 1666 destituyó al patriarca Nikón en presencia de los patriarcas de Antioquía y Jerusalén, pero allí fue el zar Alexej (Alejo) quien tomó las decisiones.
El Patriarca Kirill sólo podría ser juzgado por el propio sínodo del Patriarcado de Moscú, que no logra reunirse desde hace meses. Es más, recientemente su reunión fue aplazada hasta finales de 2022 debido a la "situación internacional". El problema sería la participación del metropolitano Onofrio y de los obispos ucranianos, que tienen derecho a estar presentes en el Sínodo de Moscú, pero que actualmente están en conflicto directo con el patriarca.
Kirill también está siendo cuestionado en el mundo ortodoxo y cristiano de Occidente. Incluso se ha planteado la cuestión de su exclusión del Consejo Mundial de Iglesias, el máximo organismo ecuménico internacional. Lo cierto es que la llamada "ONU de las Iglesias" parece ser bastante impotente a su vez, y los rusos no tendrían ningún problema en desvincularse definitivamente de ella, acusándola de estar al servicio de los "centros de poder del exterior".
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