Michel Aoun se encuentra con el patriarca Rai, tras recibir el apoyo de la mayoría de los partidos libaneses
Es casi seguro que el Gral. Aoun sea elegido nuevo presidente del Líbano en la sesión del 31 de octubre. Es apoyado por Saad Hariri, por Hezbollah y por las Fuerzas Libanesas. Su partido mantiene buenas relaciones con cristianos, chiíes y sunitas. Los drusos de Jumblatt, dubitativos. La negativa de Nabih Berri y de Amal. Sorprende el silencio de Arabia Saudita. El primer presidente “Made in Libano”.
Beirut (AsiaNews) – Después de dos años y medio de mostrar una incapacidad a la hora de elegir un presidente de la república –desde el fin del mandato de Michel Suleyman – el Líbano comienza a ver la luz al final del túnel. La sesión del Parlamento destinada a la votación de un nuevo presidente, prevista para el próximo 31 de octubre, terminará, según los analistas políticos locales, con la elección por mayoría del general Michel, hasta ahora candidato de los Hezbollah y hace dos días, para sorpresa de todos, también de Saad Hariri. El verano pasado Aoun también había recibido el apoyo del jefe de las Fuerzas Libanesas, Samir Geagea. El otro candidato, Suleyman Franjiye, aliado de Aoun y de Hezbollah, no retira su candidatura, “aún a sabiendas de que el general tiene muchas más posibilidades de obtener la victoria”, tal como afirmó la emisora televisiva cristiana independiente LBC.
Como únicos opositores a su candidatura, Aoun ahora encuentra al jefe del partido chií, Amal Nabih Berri y la incertidumbre proverbial de quien encabeza a los drusos, Walid Jumblatt, cuya oposición no cambiaría los resultados en absoluto. Sin embargo, los drusos suelen optar por apoyar a la mayoría. Pero para generar un consenso más amplio, todos en Beirut aguardan la visita del Gral. Aoun a Jumblatt en los próximos días. Según algunas indiscreciones, antes de expresarse de un modo definitivo, Jumblatt esperará a que regrese la embajadora de los EEUU a Beirut.
Todo hace prever que el Gral. Aoun de convertirá en el próximo presidente de la República del Líbano, dado que él incluso goza del apoyo de partidos independientes, como es el caso de los partidos armenios.
Hace dos días, Aoun visitó la sede del patriarcado maronita en Bkerke, ubicada sobre las colinas a 25 km al norte de Beirut, donde se reunió con el Card. Beshara Rai.
Fuentes cercanas a Bkerke afirman que la sede del patriarcado maronita “luego de largas décadas, no podía sino apoyar la elección de un presidente “Made in Libano”. De hecho, es la primera vez, desde el fin de la sangrienta guerra civil libanesa, que la elección del presidente de la república sucede sin imposiciones del extranjero. En efecto, en el pasado, Arabia Saudita tuvo una influencia determinante en el país de los cedros. Hoy nadie se explica el silencio de Riad, que siempre se ha manifestado en contra de la candidatura de Aoun.
El encuentro entre el general y el Card. Rai es importante. El patriarca es considerado el unificador de la voluntad de los cristianos libaneses y garante del Pacto Nacional que dio vida al Líbano. Él tiene un peso moral sobre los libaneses de todas las confesiones religiosas. Junto al Gral. Aoun estuvo también Gaby Jibrail, responsable de las relaciones con los líderes religiosos dentro del partido creado por Aoun, che habló acerca de las excelentes relaciones que su partido tiene con los chiíes y los sunitas.
Michel Aoun informó al Card. Rai acerca de cómo se han ido desarrollando los hechos, habló sobre sus últimos encuentros con Saad Hariri y con el secretario general de los Hezbollah, Hasan Nasrallah, y acerca del consenso casi unánime de la mayor parte de las fuerzas políticas del país en el apoyo a su candidatura. El general expresó su confianza en el éxito de la sesión del Parlamento prevista para el 31 de octubre y en la posibilidad –casi cierta- de poder garantizar al país un presidente, algo de lo cual carece hace ya dos años.
El Card. Rai expresó su “satisfacción y tranquilidad” al ver finalmente realizado aquello por lo que siempre ha reclamado, es decir, que los grupos parlamentarios se pusieran de acuerdo en torno a la elección de un presidente, respondiendo así a las expectativas de todos los habitantes.
El cardenal siempre se negó a nombrar un candidato, pues siempre ha subrayado que la Constitución debía ser respetada, y que el primer deber fundamental del parlamento consistía en elegir un presidente. “Sería algo vergonzoso –dijo a menudo- festejar el primer centenario del nacimiento del Líbano, que será dentro de cuatro años” con la incapacidad para elegir un presidente de la república.
21/10/2016 12:44
02/11/2016 12:15