Mediterráneo, frontera y juego de hidrocarburos entre Líbano e Israel
El diplomático americano Hochstein de visita en la región de Oriente Medio para desbloquear algunos nudos sin resolver. En el tintero, la delimitación de las fronteras marítimas entre ambos países y las fronteras terrestres, con el nudo atado al denominado "Punto B1". De fondo, los objetivos de Teherán, la cuestión energética y la explotación de los recursos que alimentan los enfrentamientos y contraposiciones mundiales.
Beirut (AsiaNews) - En la región del Mediterráneo oriental se está desarrollando una delicada partida en la que está en juego el suministro de gas natural para Europa, así como la seguridad económica del Viejo Continente, agobiado por la perspectiva de una prolongación total de la guerra en Ucrania. Según varios observadores, ésta es la razón principal de la visita al Líbano -y posteriormente a Israel- del diplomático estadounidense Amos Hochstein, enviado especial para asuntos energéticos internacionales.
En total, hay cuatro reuniones en la agenda de la visita del diplomático estadounidense a Líbano, que comenzó ayer y finaliza hoy: con el presidente del Parlamento, Nabih Berry; el primer ministro saliente, Nagib Mikati; el ministro de Energía, Walid Fayad; y el comandante del Ejército, Jospeh Aoun, este último entre los candidatos a la presidencia de la República, una figura vacante desde hace tiempo y vinculada a la crisis política, institucional y económica del país de los cedros. En su agenda figura también una visita a la frontera sur, antes de viajar a Israel.
La llegada de Hochstein coincide con el inicio de las operaciones de perforación en el Bloque 9 de la Zona Económica Exclusiva libanesa, el llamado campo de Cana, fronterizo con las aguas territoriales de Israel. Se trata de uno de los yacimientos más prometedores en cuanto a potencial de explotación y por el que apuesta Total Energies, líder del consorcio en el que también participan la italiana Eni y QatarEnergy, para abastecer a Europa. Según el vicepresidente de la Cámara, Elias Bou Saab, Total Energies seguirá también, en una fase posterior, el proceso de asignación de licencias de exploración y explotación de los bloques 8 y 10, más al norte de Cana, en el Mediterráneo oriental.
En los últimos días, el Presidente Berry y el Primer Ministro Mikati presenciaron el inicio de los trabajos de perforación en la plataforma. En privado, según su entorno, el Presidente de la Cámara dio las gracias a Hochstein "por cumplir su palabra y llevar el proceso de demarcación de la frontera entre Líbano e Israel de 2022 a su fase ejecutiva, con el inicio del proceso de perforación".
El artífice de este acuerdo, Hochstein, completará así su trabajo sobre las fronteras marítimas entre Líbano e Israel delimitando también la frontera terrestre; en este último caso, hay que tener en cuenta que éstas ya están definidas por el acuerdo Paulet-Newcomb de 1923 (entre Líbano y Palestina, entonces bajo mandato británico), y sólo falta "marcarlas" sobre el terreno. La cuestión central aquí se refiere al último punto de tierra en Líbano, en el lado marítimo. Durante la delimitación de la frontera marítima, este punto, conocido como "Punto B1", quedó sin resolver, al igual que una zona marítima dependiente de él. Si los israelíes reconocieran el derecho de Líbano sobre este punto, toda la cuestión podría resolverse", asegura el alto funcionario libanés antes mencionado.
Hochstein debe entonces aliviar la tensión entre Hezbolá e Israel, lo que implica también el papel de la fuerza internacional de mantenimiento de la paz de la ONU en el país del cedro, Unifil. El partido chií proiraní intenta restringir la libertad de movimientos de los militares de la ONU y vincularlos al acompañamiento constante del ejército libanés en todas sus misiones de inspección. La batalla diplomática se está librando en la Asamblea General de la ONU, con la votación de hoy sobre la renovación anual del mandato de la fuerza.
Presente en Líbano desde 1978, la fuerza Unifil de casi 10.000 soldados actúa como amortiguador entre Israel y Líbano. Hassan Nasrallah acusa a Estados Unidos de querer convertir a los soldados de la ONU en "espías" por cuenta de Israel. El líder de Hezbolá hace todo lo posible por intimidar a esta fuerza, que Nabih Berry, en cambio, considera esencial. Por su parte, la Unifil es responsable del cumplimiento de la Resolución 1701 de la ONU. Ésta precisa que sólo el ejército libanés debe estar presente al sur del río Litani, zona de operaciones de los militares de la ONU.
En círculos políticos se cree que Hezbolá está "jugando" la carta de la Unifil para obtener ventajas en otros ámbitos. En concreto, está intentando que se apruebe -a cambio de silencio- la construcción de una central eléctrica en el sur de Líbano, además de otras ventajas directamente relacionadas con la producción de gas del yacimiento de Cana.
Como vemos, la estabilidad en esta región económicamente estratégica tiene un precio político, incluso geopolítico, que va más allá de las crisis ocasionales que surgen. Ante los embajadores franceses reunidos en el Elíseo para la reunión anual, el presidente Emmanuel Macron habló de "injerencia" iraní -es decir, de bloqueo- en las elecciones presidenciales de Líbano. Un cargo que está vacante en el país de los cedros desde octubre de 2022, cuando expiró el mandato de Michel Aoun. Entre otras cosas, no se puede ignorar el deseo de Irán de convertir Beirut en una realidad satélite con todos los medios posibles. También aquí, por tanto, se está jugando una delicada partida internacional, y el propio Amos Hochstein es uno de los jugadores complementarios.
Además, entre bastidores de esta crisis se libra la pugna -a veces silenciosa, a veces manifiesta- entre Estados Unidos y China, cuya diplomacia ha obtenido una resonante victoria con el acuerdo de normalización de las relaciones entre Riad y Teherán. Beijing, de hecho, está ganando terreno de forma lenta pero segura y reforzando su influencia entre las dos grandes potencias regionales.