Maternidad, soledad y guerra: un animé aborda las sombras del Japón
La escritora Mari Okada, que estuvo encerrada en su casa durante años y padeció el bullying de sus compañeros de escuela, debuta como directora de “Maquia: cuando despuntan los capullos por florecer”. Una obra que atraviesa el drama de la sociedad nipona moderna, envejecida y cada vez penetrada por el militarismo. Pero con una esperanza: volver a dar vida.
Tokio (AsiaNews) – Envejecida, centrada en sí misma y cada vez más penetrada por el militarismo. Es el retrato de la sociedad japonesa contemporánea que presenta la escritora Mari Okada, quien durante años fue víctima del bullying y de la violencia – perpetrada incluso por su misma madre-, en su primera obra como directora: se trata del animé “Maquia: cuando despuntan los capullos por florecer”. Recibida con un enorme éxito en la Animé Expo de Los Ángeles -la mayor convención dedicada a la esta forma cinematográfica- el animé de Okada, no obstante, marca un futuro esperanzador para el Japón: el retorno a la maternidad.
La escritora fue entrevistada por Japan Times. Al referirse a los años que pasó como una hikikomori [término nipón con el que se designa a aquellos adolescentes que se encierran en casa en una suerte de alienación tecnológica, ndr], ella dice: “Aún siento la soledad de ese período. Ahora, puedo sentarme aquí, y conversar con ustedes, quizás tenga éxito o quizás no. Pero aún siento la soledad. La única diferencia es que puedo expresarla con mis obras. No es algo que deba desperdiciarse”.
La decisión de celebrar la maternidad parece más valiente aún, si se tiene en cuenta la relación que la autora ha tenido con su madre: “Una vez traté de suicidarme con un cuchillo. Siempre desaprobaba todo lo que yo hacía. Me decía: ‘Okada, tú no vales nada como ser humano’. Ella era divorciada”.
“No digo que la escritura me salvó –sigue explicando- porque lo cierto es que todos podemos escribir. En realidad, me siento salvada por mis lectores y por aquellos que encuentran un punto de comparación en mis obras. De alguna manera, puedo compartir un dolor que todos tenemos: el que se refiere a las dificultades de la vida. Suelo pensar en los jóvenes de hoy, que estudian, y que se sienten solos, o tímidos. Quiero que se sientan más livianos, quiero que sepan que no están solos”.
La protagonista de su animé, Maquia, pertenece a una tribu pacífica que vive en una isla remota: los miembros de este grupo son inmortales, y pasan su vida cosiendo magníficos trajes tradicionales. Pero cuando son invadidos por un ejército de hombres armados con fusiles y dragones, Maquia –que es huérfana- encuentra a un niño que ha quedado huérfano por la guerra, y lo adopta. A través de la relación con este niño, toda su vida cambiará.
En un comentario sobre la entrevista, el Japan Times observa: “en esta historia puede verse la inquietud que se vive en el Japón contemporáneo. Una población que envejece cada vez con mayor rapidez, donde hay cada vez menos matrimonios y poquísimos nacimientos. Y como trasfondo, resuena el eco de un creciente sentimiento militarista”.
Hay una escena, concluye el editorial, que explica bien los sentimientos que animan esta obra: en tomas que se entrecruzan, vemos, por un lado, hombres dedicados a matarse entre ellos, y por otro, una mujer sufriendo los dolores del trabajo de parto, acompañada por una amiga que la consuela. Es bastante evidente, por el modo en que se presentan, cuál de las dos escenas es la más heroica”.
14/11/2016 13:08
11/01/2021 14:52