Masacres de Pascua, obispo metodista: los cristianos no deben ser rehenes de la política

de Melani Manel Perera

El 21 de abril de 2019 los ataques dejaron 269 víctimas. El ex obispo de la comunidad metodista de Colombo, Asiri Perera, invita a superar las heridas: "La justicia de Dios es nuestra única guía".

Colombo (AsiaNews) - Hoy se cumple el segundo aniversario de los atentados de Pascua de 2019, cuando un grupo de extremistas islámicos llevó a cabo una serie de ataques suicidas contra tres iglesias (dos católicas y una evangélica) y tres hoteles, que dejaron un saldo de 269 muertos y 500 heridos. En este momento la comunidad cristiana lleva semanas protestando por la lentitud de las investigaciones, que hasta ahora solo han considerado los ejecutores materiales de las masacres. La Iglesia Católica criticó especialmente el informe que presentó la Comisión de investigación creada por el gobierno, que considera reticente.

En este clima, el ex obispo metodista de Colombo Asiri Perera invita a no quedar atrapados en el enfrentamiento político sobre la verdad judicial, y a mirar, a partir de la Pascua, las necesidades del país, para superar las heridas. “Desafortunadamente - comenta a AsiaNews - hemos permitido que ciertos políticos se apropien del tema. Casi parece que los atentados de Pascua se han convertido en la razón para derrocar a un gobierno e instalar otro. Como cristiano, reflexiono sobre las batallas por la justicia que encuentro en la Biblia y creo firmemente que son la única fuente de inspiración en la que podemos confiar. Nadie puede escapar de la justicia divina, nadie puede intimidar a Dios. Aunque, por supuesto, con eso no intento anestesiar a los que sufren la injusticia humana ni creo que es el último recurso cuando todo lo demás ha fracasado”.

“Si, como está ocurriendo, no se nos dice la verdad sobre lo sucedido - continúa el obispo Perera - la comunidad cristiana de Sri Lanka debe encontrar en la Escritura y la oración los caminos para que la lucha por la justicia no se limite a protestas en las calles o declaraciones a los medios de comunicación. No olvidemos que las víctimas fueron asesinadas mientras celebraban al Resucitado, el día de Pascua. Me temo que lo estamos olvidando: incluso en la mente de muchos cristianos la Pascua se está convirtiendo en sinónimo de los atentados de 2019, como si su único mensaje fueran todas las vidas que se perdieron. Por el contrario, hoy también estamos llamados a ser testigos de la resurrección de Cristo. Los Hechos de los Apóstoles nos recuerdan que un pequeño rebaño, con la resurrección de Jesús, se convirtió en una fuerza capaz de transformar el mundo. ¿Qué significa eso hoy para los cristianos de Sri Lanka?”.

“La Pascua cristiana - añade el prelado metodista - está unida a la tradición judía de Moisés y el paso del Mar Rojo. Jesús le dio un nuevo significado al anunciar el gran poder de Dios para dar vida y resurrección. Pero ambos son eventos que hablan de una comunidad transformada por un pasaje. Bien, ha llegado el momento de que la comunidad cristiana lo viva, en vez de depositar su confianza en los gobernantes de esta nación, sean quienes fueren. No importa cuántas túnicas negras usemos, no importa cuántas marchas organicemos, no seremos capaces de ablandar el corazón duro de los faraones de nuestro tiempo. Todo nos dice que los gobiernos presentes y futuros seguirán su marcha, ignorando y dejando atrás a los que reclaman justicia por los atentados de Semana Santa. Dejémoslos con sus plagas de Egipto y miremos a Dios, que escucha el clamor de su pueblo”.

Por último, el obispo Asiri Perera invita a centrar la atención en el peso que llevan los familiares de las víctimas. “Los cristianos de Sri Lanka deben ayudarlos a superar lo que ocurrió hace dos años. Deben apoyar concretamente a los que perdieron a un ser querido para que no queden atrapados en una carga sin resolver. No debemos dejarlos en las manos de quienes prefieren mantener abiertas sus heridas para llevar a cabo sus propios planes. Algunos todavía niegan lo que pasó, otros alimentan su resentimiento y están cayendo en la depresión. En todos los que han sufrido hay un sentimiento creciente de rabia hacia la comunidad musulmana. Pero también en el corazón de muchos musulmanes hay un peso, les gustaría expresar solidaridad pero temen ser malinterpretados o rechazados. Parece que lo único que importa es saber quién fue el autor intelectual de los ataques. Pero aunque lo supiéramos, eso no les devolvería la vida a los que ya no están. Entonces la verdadera batalla es: ¿cómo afrontamos realmente estas pérdidas? ¿A partir de qué esperanza empezamos a caminar hacia adelante?”.