Masacre del pan en Gaza, los patriarcas de Jerusalén y los líderes de la Iglesia piden un alto el fuego
El llamado a una tregua también fue compartido por las organizaciones humanitarias que trabajan en Israel. El fin de las hostilidades debe servir para garantizar la distribución segura de la ayuda y llegar a negociaciones para la liberación de los rehenes. La esperanza última sigue siendo la paz "en la tierra donde nuestro Señor Jesucristo tomó su cruz por nosotros".
Jerusalén (AsiaNews) - Patriarcas y jefes de Iglesias de Jerusalén pidieron ayer un "alto el fuego inmediato y prolongado" tras la masacre perpetrada en los últimos días por las Fuerzas de Defensa israelíes (IDF), que abrieron fuego contra civiles que se habían concentrado en torno a un convoy de ayuda. "Aunque en un primer momento los portavoces del gobierno intentaron negar la implicación de los soldados en este incidente, más tarde el ministro israelí de Seguridad no sólo elogió a los combatientes de las IDF por actuar de forma 'excelente', sino que intentó culpar a las víctimas de sus propias muertes, acusándolas de intentar dañar a soldados fuertemente armados", recordaron los prelados.
Un llamado que también comparten "la sociedad civil y las organizaciones de derechos humanos" que trabajan en Israel para evitar la pérdida de más vidas humanas y facilitar el acceso de ayuda a Gaza, que se enfrenta a una "catástrofe humanitaria". En su declaración, los patriarcas, que condenan el ataque contra civiles, explican que "para el medio millón de personas que quedan en la ciudad de Gaza", la llegada de ayuda humanitaria se ha paralizado casi por completo "debido a las fuertes restricciones de entrada y a la falta de escoltas de seguridad para los convoyes". .
"Las fuertes lluvias, el frío y el hacinamiento extremo en tiendas y refugios han aumentado significativamente la incidencia de enfermedades", añaden las organizaciones de la sociedad civil, mientras que los lanzamientos aéreos "sólo ofrecen una fracción del socorro necesario para una población civil" que es "mayor que la de Tel Aviv, la segunda ciudad más grande de Israel", especifican los patriarcas.
Ambas declaraciones recuerdan que alcanzar una tregua debería permitir negociar la liberación de los rehenes en poder de Hamás, cuyo brazo armado anunció ayer la muerte de al menos siete rehenes retenidos en la Franja de Gaza desde el ataque del 7 de octubre.
"Al expresar estas súplicas en nombre de todos los inocentes que sufren la guerra, dirigimos nuestras oraciones especiales de apoyo a las comunidades cristianas de Gaza bajo nuestro cuidado pastoral. Entre ellas se encuentran los más de 800 cristianos que llevan casi cinco meses refugiados en las iglesias de San Porfirio y la Sagrada Familia de la ciudad de Gaza. También hacemos extensivas las mismas expresiones de solidaridad al intrépido personal y a los voluntarios del hospital Ahli, dirigido por anglicanos, así como a los pacientes", prosigue la nota escrita por los patriarcas, cuya esperanza última sigue siendo "el fin de las hostilidades, la liberación de los prisioneros y la atención a los oprimidos" para que "unas conversaciones diplomáticas serias conduzcan finalmente a una paz justa y duradera aquí, en la tierra donde nuestro Señor Jesucristo cargó por primera vez con su cruz en nuestro nombre".
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