Mardin, los cristianos en la mira: un anciano de 92 años fue asesinado en una disputa por tierras

Regresaba a su casa en compañía de su esposa después de visitar a unos vecinos. El asesinato se produjo a las 23 horas, el anciano recibió cinco impactos y murió en el hospital. Algunos políticos locales consideran que se está llevando a cabo una campaña para "asustar, intimidar y ahuyentar a los asirios".

Estambul (AsiaNews)- Un anciano sirio de 92 años, Gavriye Akgüç, fue asesinado en un ataque con armas de fuego en el jardín de su casa en la aldea de Enhil, Midyat, en la provincia turca sudoriental de Mardin. Fuentes locales informaron que los atacantes dispararon cinco balas contra el hombre, que fue trasladado de urgencia al hospital pero murió debido a la gravedad de sus heridas. Los habitantes de la zona creen que hay un elemento confesional en el nuevo episodio que afecta a la minoría cristiana, como afirma George Aslan, representante del partido de la izquierda verde, (Partido Popular por la Igualdad y la Democracia, HEDEP). "Desde hace tiempo - explica - se está llevando a cabo una campaña para asustar, intimidar y ahuyentar a los asirios”.

Cuando Bianet le preguntó sobre lo ocurrido, Veysi Parıltı, presidente de la Asociación de Derechos Humanos (IHD) de Mardin, explicó que Akgüç fue asesinado el 6 de noviembre alrededor de las 23:00 horas, cuando regresaba de la casa de un vecino con su esposa y repentinamente fue alcanzado por una ráfaga de proyectiles. La policía ha detenido hasta el momento a 11 personas sospechosas en relación con el caso y asegura que hará una investigación exhaustiva. Uno de los detenidos es hijo de un guardia de la aldea.

Yuhanna Aktaş, miembro de IHD que vive en Midyat, explicó que Gavriye Akgüç y su esposa vivían en Estambul desde hace 10 años, pero en el último año y medio han pasado más tiempo en la aldea. Según algunas fuentes, Akgüç pudo haber sido asesinado por una disputa por las tierras que durante años han utilizado otras personas, y sobre todo desde que la comunidad cristiana local comenzó a reclamar las propiedades tras el registro de tierras que comenzó en 2006. La decisión de hacer valer sus derechos habría desencadenado tensiones y conflictos, y recientemente la víctima también habría tenido desacuerdos y enfrentamientos verbales.

La intimidación y la migración forzada de las minorías, así como la confiscación de sus propiedades, no son hechos nuevos: entre 1990 y 2000, 52 ciudadanos sirios fueron asesinados sólo en Midyat, y nunca se identificó a los criminales. Gavriye Akgüç y su esposa eran la última generación que tenía intención de vivir en el pueblo, porque sus hijos ya vivían en el extranjero y no tenían ningún vínculo con la aldea. La opinión común es que la víctima fue asesinada para poder apropiarse libremente de las tierras en disputa. Tras la autopsia, el cuerpo será velado en la capilla de la iglesia hasta la llegada de sus hijos y familiares y luego será enterrado en el mausoleo de la familia en Estambul.

El diputado sirio en el Parlamento turco George Ario condenó el crimen del anciano, señalando la posibilidad de un asesinato orquestado con el propósito de intimidar a los sirios que intentan regresar a sus aldeas de origen y pidió al gobierno que haga pública la identidad de los autores. George Aslan, miembro del HEDEP, añadió que, sin generalizar, hay que denunciar los intentos de "asustar, intimidar y ahuyentar" a los cristianos. Hace pocos días, un siríaco del pueblo de Iwardo (Gülgöze) fue "golpeado por los guardias de la aldea".

En Turquía hay libertad de culto, pero en los últimos 20 años se han verificado numerosos casos de violación de la práctica religiosa, cambios de uso de las que alguna vez fueron basílicas cristianas (Hagia Sophia y Chora) e incidentes sangrientos por motivos confesionales, a los que se deben sumar las interferencias del gobierno en la elección de los líderes o el asesinato de personalidades destacadas, como el padre Andrea Santoro en 2006 y Mons. Luigi Padovese en 2010. También se confiscaron iglesias y edificios, ocurrió el polémico asunto del pastor estadounidense Andrew Brunson y la desaparición de una pareja cristiana, con el posterior descubrimiento del cuerpo de la mujer. En los últimos meses también se han registrado casos de conflictos por tierras, profanación de cementerios y expropiación de lugares de culto.