Manipur, Arzobispo de Imphal: "En Navidad Dios nos une más allá de cualquier tribu, lengua o cultura"

de Nirmala Carvalho

En su carta de Navidad a los católicos del estado indio sacudido por la violencia étnica, el arzobispo Linus Neli pidió a su comunidad que compartiera sus posesiones con los pobres y necesitados, rezando para que el estado nororiental de la India recupere la paz y la armonía. El Tribunal Supremo ha ordenado al gobierno local que identifique y elabore una lista de los lugares de culto que deben restaurarse tras los daños sufridos por la violencia en los últimos meses.

Imphal (AsiaNews) - "Nos acercamos a la Navidad" y "tradicionalmente esperamos con impaciencia esta gran fiesta", pero "este año varias parroquias de nuestra archidiócesis no podrán celebrar liturgias navideñas ni reunir a las familias y a los seres queridos como hacían en el pasado a causa de la violencia étnica". Por este motivo, la Iglesia invita a "abstenerse de celebraciones festivas grandiosas".

Con estas palabras, el arzobispo de Imphal, monseñor Linus Neli, se dirige a los cristianos del estado nororiental indio de Manipur en su carta de Navidad. Los enfrentamientos estallaron en mayo e implicaron a los principales grupos tribales de la región, los kuki y los meitei. A pesar de que la violencia ha disminuido, la situación sigue siendo tensa.

"Dios alegra nuestros corazones al reunir a la familia humana en torno a su Hijo, sin distinción de raza, tribu, lengua, cultura, estatus, sexo o comunidad. Todos somos uno en humanidad", subrayó el arzobispo. Pero en todo el mundo hay varias situaciones en las que las celebraciones navideñas se ven interrumpidas a causa de la violencia: "La misma dificultad prevalece en muchas partes del mundo a causa de las guerras y los conflictos. Muchos sufren estrés y ansiedad al permanecer en refugios durante un largo periodo de tiempo. Es aún peor en el caso de las mujeres y los niños. Las personas que se reúnen tienen dificultades, sobre todo al no poder comunicarse entre sí a larga distancia, lo que les ayuda a mantener vivos sus vínculos a través de los medios digitales".

En este contexto, prosigue el documento, publicado el 14 de diciembre, "Jesús, el Emmanuel, se identifica con nuestro sufrimiento y está con nosotros en solidaridad con los desplazados internos y con quienes han perdido a sus seres queridos, sus hogares, sus propiedades, su educación y su empleo". Por eso, aunque el Señor "vino a dar el mensaje de consuelo, esperanza, sentido y propósito en la vida", "hago un llamamiento a todo el pueblo de Dios para que se abstenga de celebraciones festivas grandiosas durante esta Navidad y Año Nuevo 2024, evitando especialmente los aspectos materiales y sociales (por ejemplo, procesión de villancicos, juegos y deportes, reuniones sociales, veladas musicales, estilo consumista durante las comidas comunitarias, etc.)", pidió el prelado. Y ello a pesar de que la semana pasada el Tribunal Supremo reiteró las garantías dadas por el gobierno de Manipur de que se tomarían medidas para garantizar que la población de los campos de desplazados internos pudiera participar en las ceremonias y oraciones de Navidad.

Por el contrario, para esta Navidad, prosiguió Mons. Linus Neli, "invocamos la intervención de Dios para lograr una solución duradera, una auténtica reconciliación, paz y armonía con justicia en nuestro Estado. Dios nos salvará de las luchas étnicas y de la violencia que destruyen vidas y matan el futuro. Haz sacrificios, ahorra y comparte tus recursos con los pobres y necesitados, especialmente con los hermanos y hermanas que sufren en los refugios y con los desplazados que luchan sin cubrir sus necesidades humanas básicas. Recen por la misericordia de Dios que genera una esperanza viva".

El Tribunal Supremo también ha ordenado al gobierno local que facilite una lista de los lugares de culto que han sufrido daños para que puedan ser restaurados. "El Estado de Manipur identificará y proporcionará al comité -encabezado por la juez Gita Mittal- una lista completa de las estructuras religiosas que han sido objeto de vandalismo, un proceso en el que deben participar todas las confesiones religiosas que hayan sido dañadas o destruidas", especificó el tribunal.

Desde que estallaron los enfrentamientos interétnicos, casi 200 personas han muerto, mientras que unas 50.000 se han visto desplazadas internamente. Los kuki, de mayoría cristiana, que tradicionalmente habitan las zonas montañosas, han abandonado sus hogares al igual que los meitei, en su mayoría hindúes, que ocupan el valle de Imphal pero han abandonado los distritos de mayoría kuki.