Manila: vuelve la fiesta del Nazareno Negro tras las restricciones por el Covid
Suspendida durante la pandemia, la celebración se reanuda este año aunque con algunas restricciones como la cancelación de la procesión. Desde hace días miles de fieles acuden a la iglesia de Quipao. Se han desplegado otros 5 mil agentes y el municipio prohíbe la venta de bebidas alcohólicas.
Manila (AsiaNews) - Tras dos años de cancelaciones debido a la pandemia de Covid-19, las autoridades filipinas han autorizado -aunque con algunas limitaciones- las celebraciones del "Nazareno Negro", que comienzan hoy y terminan el 9 de enero. Este es uno de los eventos más importantes para la Iglesia y los fieles en Filipinas -único país de mayoría católica en el continente asiático- cuyo centro es la centenaria imagen de madera de Cristo. Todos los años se traslada la escultura sagrada desde su ubicación original -la iglesia de San Nicola de Tolentino- hasta la parroquia de Quiapo, en Manila, donde concluye la novena (del 31 de diciembre al 9 de enero) y asisten millones de fieles reunidos en oración para pedir gracias personales o un milagro.
En Filipinas más del 82% de los aproximadamente 110 millones de habitantes son católicos. Una de las celebraciones religiosas más famosas y concurridas es la procesión del "Nazareno Negro". La imagen representa a Jesús inclinado bajo el peso de la Cruz. Fue llevada a Manila por un sacerdote agustino español en 1607 a bordo de un barco procedente de México. Según la tradición, el barco se incendió durante la travesía, pero la imagen de Cristo escapó milagrosamente del fuego aunque quedó teñida de negro.
La procesión recuerda el primer traslado de la estatua, que tuvo lugar el 9 de enero de 1767. A lo largo de todo el recorrido (siete kilómetros) de la Traslación, los fieles acuden en masa para tocar o besar la escultura en señal de devoción creando enormes aglomeraciones, y por esa razón el evento fue cancelado los dos años anteriores durante el auge de la pandemia. En 2023, aunque se autorizó la celebración, las autoridades decidieron prohibir la procesión por temor a una escalada de contagios e impusieron algunas condiciones especiales en materia de prevención y salud pública.
Los fieles de la capital temían que que este año también se cancelaran completamente. Sin embargo, el 3 de enero la iglesia de Quipao recibió el visto bueno de las autoridades policiales y sanitarias. El padre Earl Allyson Valdez, párroco de Quiapo, explica que que “en vez de besar los pies de la imagen, los fieles pueden acercarse y tocar solamente al Nazareno Negro” evitando así “el riesgo de contagio”. El sacerdote agregó que varios miles de fieles ya han comenzado a participar en las celebraciones de estos días en el santuario.
El jefe de policía de Manila Andre Dizon anunció el despliegue de otros 5.000 agentes, pero es difícil predecir con exactitud cuántas personas estarán presentes. La alcaldesa de la capital, Honey Lacuna, también anunció la prohibición de la venta de bebidas alcohólicas en estos días. “No se venderán botellas de alcohol a los habitantes de Manila, peregrinos, turistas o cualquier otra persona del 7 al 9 de enero, para garantizar -concluyó- la protección de todos durante las celebraciones”.