Manila aislada, Caritas ayuda a los pobres a combatir hambre y miedo
Afectados en el modo más duro cuántos trabajan por jornada, Distribuidos 3.042 paquetes de comida a parroquias y comunidades. Juntaron donaciones por 10-080.912 pesos (182 mil euros). Bonos para gastos para 5 millones de personas. Secretario ejecutivo de Caritas Manila: “La emergencia tiene un impacto social que no hay que descuidar”.
Manila (AsiaNews) – Miedo, pero sobre todo hambre: son las principales consecuencias de la emergencia coronavirus entre los pobres en el área metropolitana de Manila, puesta en aislamiento por el gobierno para contener la difusión del nuevo coronavirus Covid-19. Lo declara a AsiaNews, el p. Anton C.T. Pascual (Foto 2), secretario ejecutivo de Caritas Manila. “En la Región de la capital nacional (NCR)-narra el sacerdote- millones de personas viven por debajo del límite de la pobreza. El aislamiento de Manila afectó en modo más duro cuántos trabajan por jornada. Por este motivo, en el contexto de la crisis sanitaria en curso es fundamental resolver el problema de la comida”.
Con al programa Damayan (Compasión), Caritas Manila pide oraciones y donaciones para sostener sus esfuerzos. Las ofrendas en bienes y dinero son destinadas a la producción de los “Ligtas Covid 19 Kit”, confecciones del valor de 2 mil pesos (36 euros) que contienen instrumentos y dispositivos sanitarios para reducir el riesgo de contraer la enfermedad; a éstos se agregan las “Caritas Manna Food Bag”, paquetes de alimentos de 700 pesos (12,65 euros) que ayudarán a los más pobres en los días del bloqueo. Ayer por la tarde, los voluntarios han anunciado que ya habían recolectado 10.080.912 pesos (182 mil euros) y distribuido 3.042 paquetes de comida a parroquias y comunidades.
Caritas Manila es protagonista también de otra importante iniciativa, fruto de la colaboración con el sector privado y las autoridades locales. Ayer algunas de las importantes compañías nacionales donaron 1,5 millardos de pesos (unos 27 millones de euros) para la distribución de bono de alimentos a los residentes pobres de Metro Manila y alrededores. “Las sociedades-explica el p. Pascual- que han adherido al plan desean que la Iglesia distribuya bonos del valor de 1.00 pesos (18 euros) a 1 millón de familias indigentes. Esto significa que se beneficiarán cerca de 5 millones de personas. La suma permitirá a cada núcleo familiar poder comprar comida por 5-7 días”.
Distribuir los voucher pide a los voluntarios de Caritas Manila un gran compromiso: “A causa de las medidas restrictivas del gobierno, estamos obligados a ir casa por casa, respetando la distancia de seguridad. La familia luego podrá ir a un supermercado más cercano para poder gastar el bono. Por el momento, esto es cuanto podemos hacer mejor en el menor tiempo posible”.
No obstante los miedos y las incertidumbres, explica el secretario ejecutivo del brazo humanitario de la arquidiócesis, “los filipinos pobres mantienen firme la fe en Dios. Tuve pruebas durante mis coloquios con tantos verdaderos ambulantes, choferes, obreros, empleados. Pero todos nosotros, voluntarios y personas de la Iglesia, estamos llamados a hablar con ellos y ser portadores de la esperanza que superaremos este virus. Al mismo tiempo, debemos insistir sobre la sensibilidad de las comunidades al distanciamiento social y a las precauciones higiénico-sanitarias de base”.
Parte de la población, de hecho, parece no aceptar ninguna de las precauciones tomadas por la arquidiócesis para contrarrestar la difusión del virus. “Muchos quieren que las iglesias estén abiertas; piden poder participar en las misas, pero que en el momento podemos sólo transmitir en internet, radio y televisiones. Esto parece casi no ser suficiente, porque la gente quiere recibir la Eucaristía”, declara el p. Pascual.
“Estamos en la espera-concluye el sacerdote- que el sacerdote haga su parte para dar de comer a las personas. La Iglesia y los privados lo están haciendo, pero el hambre se agravará en los próximos días. La administración filipina, como la otros países del mundo, parece perdida. Su principal preocupación parece ser la gestión del lado sanitario de la crisis. ¡Pero no se puede descuidar la componente social! El hambre es un problema real: estamos todos llamados a trabajar juntos por el bien de la población”. (P.F:)
(Foto credit: Caritas Manila).
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