Manila, mujeres católicas unidas contra el aborto
La maternidad y el jardín de infantes "Grace to be born" sirve de refugio a mamás y funciona como orfelinato. Esperanza, comida, cuidado y alimento espiritual son ofrecidos durante todo el embarazo. El programa ya ha ayudado a más de 263 madres y ha evitado el aborto de 221 niños. Alrededor de mil filipinas mueren cada año por complicaciones debido a la interrupción del embarazo.
Manila (AsiaNews) - "Grace to be born" (la gracia de nacer) es un movimiento pro-vida que une a las mujeres católicas en la lucha contra el fenómeno del aborto. Activo en Filipinas, ofrece alternativas a quienes enfrentan un embarazo difícil y tiene la intención de abortar al bebé que llevan en su vientre.
En 2009, Bo Sánchez, Rey Ortega, Ditas Español y otros miembros de la comunidad "Luz de Jesús" fundaron la Maternidad y guardería “Grace to be born”. Betty Roxas-Chua, vicepresidenta de la organización, dice que la instalación actúa como refugio temporal para madres solteras o como un orfanato. El programa proporciona los gastos de maternidad y se ocupa de los niños abandonados en las calles y hospitales del gobierno.
El Hogar representa una salvación para las mujeres en situación de crisis como María, de 13 años, víctima de incesto, quien contemplaba el aborto como un escape a sus tragedias personales, pero encontró en “Grace to be born” esperanza, la alimentación, el cuidado y alimento espiritual durante todo el embarazo. También participa en programas de formación profesional para que posteriormente pueda tener una fuente de ingresos y poder mantener a sus hijos.
El programa ya ha ayudado a más de 263 madres y evitó que 221 niños fueran abortados. "Cuando las mujeres están aquí, se renuevan a sí mismas, para la familia y para su bebé", dice Ester Palacio, una trabajadora social de “Grace to be born”. También recuerda la necesidad de abordar las consecuencias psicológicas y mentales que los médicos pro-vida deben encarar en las mujeres que han practicado la interrupción del embarazo. "Grace to be born" salva a los niños y ayuda a las madres a realizar sus sueños. Es el caso de Anna, una joven abandonada por su novio tras descubrir que ella estaba embarazada. Permaneciendo en la Institución, una vez que dio a luz, pudo reanudar sus estudios y obtener un título en Servicios Sociales.
La Iglesia Católica Filipina se opone firmemente a la legalización del aborto en el país, enfatizando la importancia de respetar y proteger la vida humana desde su concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano tiene los mismos derechos que una persona, incluido el inalienable derecho a la vida.
En Filipinas, la ley de aborto es una de las más severas del mundo. El aborto es ilegal en todas las circunstancias y no hay excepciones a la regla. Sin embargo, debido a la alta tasa de embarazos no deseados, el aborto es un fenómeno muy común en el país. Casi todos los abortos son clandestinos y representan un serio riesgo para la salud de las mujeres que recurren a él. Según el Instituto Guttmacher, alrededor de 1,000 mujeres mueren cada año por complicaciones del aborto, una práctica que contribuye a la alta mortalidad materna de la nación. Las proyecciones basadas en datos del 2000 muestran que, en el 2012, 100.000 mujeres fueron hospitalizadas por estas patologías, frente a las 610,000 que abortaron.
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