Manila, los obispos, en contra de las enmiendas a la Constitución propuestas por Duterte

“La sensación de una insidiosa dictadura es evocada por la experiencia pasada”. Se teme el giro autoritario y la falta de transparencia. Los católicos son invitados a estar vigilantes y a comprender los riesgos de “un incauto apresuramiento por una nueva Carta”

Manila (AsiaNews) – Los obispos filipinos expresan su contrariedad en relación a las modificaciones que el presidente Duterte tiene intenciones de aplicar a la Constitución de 1987. Al reunirse durante tres días para la 116ta Asamblea plenaria bienal de Mandaue City (27-29 enero), la Conferencia episcopal (CBCP) critica la jugada política de la administración para la adopción de un gobierno federal y la extensión del mandato de algunos de los cargos más altos del Estado, sin una consulta popular previa.

“Alentados por la Doctrina social de la Iglesia”, los obispos hicieron pública su “posición moral, clara y sincera”, en un documento que expone los lineamientos pastorales para la comprensión de un eventual cambio en la Carta fundamental. El texto, que lleva la firma de Mons. Rómulo G. Vallegas, arzobispo de Davao y presidente de la CBCP, enumera “cuatro principios que constituyen la base para un juicio moral sobre el acto político”: la dignidad y los derechos humanos; la integridad y la verdad; la participación y la solidaridad; el bien común. Estos valores fundamentales son puestos en peligro por “un incauto apresuramiento por la nueva Constitución”.

Citando el temor de un giro autoritario y la falta de transparencia, los obispos invitan a los legisladores a dejar a un lado los intereses personales y promover, en cambio, el “bien común”. En la declaración pastoral, ellos advierten que “cuando el modo de moverse, para [lograr] el cambio de la Carta, se vuelve egoísta, es de esperar que los ciudadanos reaccionen con sospecha, asombro y exasperación”. “Por otro lado –posiguen los prelados- la sensación de una insidiosa dictadura es evocada por la experiencia pasada. A ello, se suma el hecho de que las dinastías políticas se están convirtiendo, de manera real y concreta, en un factor dominante en la vida política de nuestro país”.

En lugar de las modificaciones a la Constitución, la Conferencia Episcopal sugiere la “plena aplicación” de la Carta Magna de 1987, que “aún siendo imperfecta, es coherente con el Evangelio”. Los obispos también se oponen al sistema federal y a la descentralización de poder del gobierno central. “Un sistema de este tipo, que devuelve el poder a los Estados federales sobre la base de una igualdad, no afrontará de modo satisfactorio las aspiraciones de los musulmanes y de los Lumad de Mindanao por la autodeterminación y el respeto de derechos ancestrales”.

Los obispos invitan a los católicos a estar vigilantes y reafirman que la participación constituye el corazón de la democracia. “Querido pueblo de Dios, los invitamos a formar o a reactivar círculos de discernimiento, y a usar su libertad de hijos de Dios para comprender, participar, discutir y debatir. Tengan una conciencia informada, y decidan a la luz de los valores del Evangelio. Hagan lo que sea necesario. Persuadan a nuestros legisladores de hacer, en esta materia, sólo aquello que realmente sea para el bien de todos. Confiamos este urgente deber moral, que incide gravemente sobre el futuro de nuestra nación, a la intercesión de nuestra Madre, la Virgen María, Reyna ng Pilipinas”.