Manila, las Hermanas Salavatorianas proporcionan alivio a las víctimas de abusos
En la diócesis de Novaliches, el programa Pastoral Salvatoriana para la Infancia ayuda a mujeres y niños a superar traumas. La experiencia, atendida por religiosas y voluntarias, se ha extendido a 73 parroquias de Filipinas. La responsable es la Hna. Mary Adeline Abamo: "Un ministerio relevante y necesario".
Manila (AsiaNews) - Niños y mujeres víctimas de abusos sexuales encuentran esperanza, consuelo y curación en las Hermanas del Divino Salvador de la diócesis de Novaliches, en Quezon City, cerca de Manila. Gracias al programa Pastoral Salvatoriana para la Infancia en la Parroquia del Buen Pastor, un grupo de religiosas y sus voluntarios proporcionan el alivio que tanto necesitan. "Estos niños y mujeres necesitan atención de salud mental, así como otro tipo de apoyo, para afrontar sus vidas y seguir adelante", explica la hermana Mary Adeline Abamo, responsable del programa, que se ha extendido a otras 73 parroquias del país.
Según la monja, si un niño o una mujer afectados por abusos sexuales en la sociedad no comparten ni se desahogan con los demás, su salud mental se ve perturbada. Esto representa un ministerio social clave de las Hermanas del Divino Salvador. Tras 18 años de trabajo, la religiosa afirma que estos niños y mujeres están en riesgo de pobreza y otros tipos de vulnerabilidad. Sin embargo, necesitan una curación que no es sólo física: a través del perdón y la atención pastoral, pueden empezar de nuevo sus vidas con la gracia de Dios, con el apoyo de sus familias, comunidades y la Iglesia. "Estamos encantados con el interés que suscita el programa. Al menos 12 vicarías participan en el programa en la diócesis de Novaliches, compartiendo el compromiso de hacer que las parroquias sean más acogedoras para los niños", añade.
Voluntarios, jóvenes, colaboradores, antiguas víctimas y sus familias apoyan el cuidado y la protección de los niños en la comunidad parroquial. La idea de atender a los niños y mujeres maltratados surgió del Segundo Consejo Plenario de Filipinas en 1991 y de la carta pastoral de la Conferencia Episcopal de Filipinas sobre la explotación de los niños filipinos. En 1998, ambos articularon las enseñanzas sociales que sustentan la Pastoral Salvatoriana de la Infancia. 2.584 activistas de los derechos del niño recibieron instrucción sobre estas enseñanzas sociales durante sesiones de formación y conferencias.
El Papa Francisco aumentó la importancia de la protección de la infancia mediante el establecimiento de la Comisión Pontificia para la Protección de la Infancia en marzo de 2014 y la celebración de lo que se consideró una cumbre de alto nivel sobre el tema en 2019. En 2014, el 15º año del programa, las Hermanas Salvatorianas extendieron su cuidado pastoral de los niños a dos parroquias más en la Diócesis de Novaliches. El obispo Antonio Tobías estableció el programa de atención pastoral para niños y adultos vulnerables, que ahora opera bajo la Comisión Diocesana de Acción Social.
En respuesta a la petición de Francisco en 2019, el obispo Roberto Gaa de Novaliches fundó la Oficina Diocesana de Salvaguardia en 2022, con protocolos registrados en un manual para la protección de niños y personas vulnerables. Entre enero de 2001 y enero de 2024, el programa Salvatorianos de Pastoral de la Infancia ayudó a 512 niños que habían sufrido abusos físicos, mentales, psicosociales o sexuales. Algunos se quedaron sin hogar, fueron abandonados o su nacimiento se registró a posteriori. Algunos recibieron asistencia médica o educativa. Otros doce casos han llegado a juicio, aunque siguen pendientes. Las Hermanas del Divino Salvador se enfrentan a muchos retos y resistencias. Pero los afrontan con entereza y valentía.
"Nuestro ministerio con estos niños y mujeres es pertinente y necesario", añade la hermana Abamo. Las hermanas también colaboran estrechamente con otras organizaciones religiosas o iglesias ecuménicas. Las Hermanas Salvatorianas se comprometen a promover los derechos de los niños, garantizar su bienestar y promover su futuro. Siguen el enfoque de las técnicas participativas para la capacitación de las personas. El principio rector es que ningún niño experimente ningún tipo de abandono, abuso, violencia, explotación o discriminación; por el contrario, todos viven en entornos seguros, sanos, afectuosos y protectores. Una parroquia amiga de la infancia, que recurre al compromiso de la comunidad y a la experiencia en protección infantil, tiene en cuenta la cultura filipina y las condiciones de las zonas empobrecidas. "Motivamos y cultivamos un ambiente de amor y apoyo a los niños en las familias y las comunidades", afirma la Hna. Abamo.
17/12/2016 13:14
03/01/2023 17:10