Manila, Duterte corta los fondos a la Comisión para los derechos humanos: 16 euros para el año 2018
La Comisión varias veces ha criticado al gobierno por los asesinatos extrajudiciales. Explota en internet la ira de los filipinos. Duterte planifica también una reducción del 75% del presupuesto para los centros de rehabilitación. El compromiso de la Iglesia en la asistencia y en la recuperación de los drogadictos.
Manila (AsiaNews)- Con 119 votos a favor y 32 contrarios, la Cámara de los representantes aprobó hoy la asignación para el próximo año de sólo 1.000 pesos filipinos (16,37 euros), para destinar a la Comisión sobre los Derechos Humanos (CHR), organismo que trabaja bajo mandato constitucional. Le decisión en su origen preveía solo un corte del 10% a las financiaciones públicas para la CHR, unos 649,48 millones de pesos (10,6 millones de euros).
José Luis Martín Gascón, presidente de la Comisión instituida por la Constitución de 1987, después de la caída del régimen de Marcos, expresa tristeza por lo “insólito y el caprichoso desahogo del espíritu venganza” de la Cámara. La Comisión a menudo realizó duras críticas a la administración Duterte, para los miles de asesinatos extrajudiciales sucedidas durante la guerra a la droga iniciada por el gobierno. En el mes pasado, el presidente de la Cámara, Pantaleón Álvarez, había amenazado eliminar el presupuesto de la Chr y así reducirla ineficaz.
Inmediatamente después de la votación, en internet explotó la ira de muchísimos ciudadanos filipinos. Ellos pidieron a las autoridades que hagan público el nombre de los diputados que han votado la resolución, desde el momento que el gobierno no se tomó el trabajo todavía de hacerlo.
También diversos grupos por los derechos humanos, entre los cuales la Human Rights Watch y Amnesty International se unieron a las protestas. Agnes Callamrd, relator especial de las Naciones Unidas sobre las ejecuciones extrajudiciales, sumarias y arbitrarias, condenó la decisión de la mayoría de la Cámara, definiéndola como “reprobable e irracional”.
El presidente filipino, Rodrigo Duterte planifica también una reducción del 75% del presupuesto destinado a los centros de rehabilitación de las tóxico- dependencias. Ya desde los primeros días de la guerra a la droga, la Iglesia católica es una voz crítica con autoridad y está comprometida en numerosas actividades de recuperación y ayuda a las familias afectadas por las violentas políticas gubernamentales, que finalizaron en 12 mil asesinatos extrajudiciales.
El Card. Luis Tagle, arzobispo de Manila, varias veces invitó a los católicos a reflexionar, rezar y obrar, exhortando a sacerdotes y laicos en renovar el compromiso hacia el programa parroquial de rehabilitación de la droga en la arquidiócesis de manila, llamado “Sanlakbay”. En colaboración con el gobierno local, “Sanlakbay” es un programa de rehabilitación basado sobre la comunidad parroquial que alienta a los drogadictos a rendirse, enfrentar la rehabilitación y darse otra posibilidad para iniciar una nueva vida.
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