Mandalay, aún violencias entre budistas y musulmanes: dos muertos, decenas de heridos
Mandalay (AsiaNews/Agencias)- Durante la noche grupos de budistas a bordo de motos han recorrido las calles de Mandalay, en Myanmar, tirando piedra contra las mezquitas y negocios de propiedad de musulmanes. Continúa la escalada de violencia y tensiones inter-confesionales islamo-budistas, en la ciudad más poblada de la ex Birmania, iniciada hace 2 días y que según fuentes oficiales ya han causado al menos 2 víctimas y decenas de heridos. La primera persona que murió fue un hombre de religión musulmana, asesinado mientras se dirigía a la mezquita en las primeras horas del alba. Un grupo de personas lo golpeó, dejándolo tirado en el suelo agonizante. La segunda víctima sería un budista, pero no se tienen noticias oficiales y la policía inició las investigaciones.
En Myanmar, nación de larga mayoría budista, desde el 2012 es teatro de una larga serie de violencias de naturaleza confesional que han causado hasta ahora más de 280 muertos y al menos 140 mil evacuados; la mayor parte de las víctimas son musulmanes Rohingya, del estado occidental de Rakhine, epicentro del enfrentamiento entre las dos religiones, terminados en la mira de los extremistas budistas.
Sin embargo, las agresiones ocurridas en la noche entre el 1 y el 2 de julio son episodios de violencia de naturaleza religiosa más graves jamás sucedidas en Mandalay, en el centro de Myanmar. Los enfrentamientos podrían originar una gran lucha a sangre en el centro histórico y representativo para la cultura y las tradiciones budistas, pero que también hospeda una vasta comunidad musulmana. Por otro lado, se trata de dos realidades que por decenios han convivido en manera armónica y pacífica, sin que se verificasen incidentes o enfrentamientos de ningún tipo.
Las violencias entre los dos grupos iniciaron el 1 de julio, a consecuencia de voces- no confirmadas- de un estupro de una mujer budista perpetrado por un comerciante de te musulmán; la policía no confirmó ni desmintió la noticia de violencia sexual, pero sugirió al comerciante, que cerrase antes su negocio, en el temor de una represlia.
Las autoridades birmanas han desplazado centenares de policías, después que una multitud de más de 300 budistas marchaba en dirección del negocio de té, cantando el himno nacional. Los agentes hicieron explotar disparos a salve y tratado de dispersar a la gente, que se subdividió en pequeños grupos e iniciaron ataques en la plaza contra las fuerzas del orden, causando daños leves. Los manifestantes han tirado piedras contra la mezquita, pero causando daños de poca entidad; otro han saqueado algunos negocios de propiedad de musulmanes. Muchos fueron los autos incendiados o con vidrios rotos y golpes de piedras.
Después de una jornada de relativa calma, en la noche de ayer reiniciaron los enfrentamientos que continuaron por toda la noche. Muchos causan a la policía y a las autoridades locales, incapaces de mantener el orden y garantizar la seguridad de los ciudadanos, aterrorizados por posibles agresiones de extremistas budistas. En un discurso radiofónico a la nación, el presidente birmano Thein Sein, invitó a la población a la calma y a finalizar el odio confesional. "Como una nación multi-racial y multi-religiosa, el actual proceso de reformas podrá tener suceso sólo si será garantizada la estabilidad, mediante la cooperación entre ciudadanos que viven en armonía entre ellos".
En el año 2012, la ex Birmania archivó decenios de dictadura militar, con el nacimiento de un gobierno semi-civil, que por otro lado está sostenido por los vértices del ejército; sin embargo, el proceso de transición y un modelo más democrático está minado por las violencias confesionales. Los musulmanes son el 45 sobre un total de 60 millones de habitantes.
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