Malasia llora a la Hna. Enda Ryan: una vida dedicada a la educación de las mujeres
La Franciscana Misionera de María, originaria de Irlanda pero ciudadana malaya desde 1966, tenía 95 años. Apodada "la monja cantante", dejó tras de sí un legado de atención a estudiantes de todas las religiones y etnias. "Nadie se sintió nunca fuera de lugar", afirma Jemilah Mahmood. Los testimonios de quienes la conocieron hablan de una apasionada de la enseñanza. Fundó las escuelas de la Asunción y la clínica Ave María Welfare.
Kuala Lumpur (AsiaNews) - En estas horas Kuala Lumpur está de luto por la muerte de Sor Enda Ryan, Hermana Franciscana Misionera de María (FMM) fallecida el domingo a la edad de 95 años. Originaria de Irlanda desde 1966, se había convertido en ciudadana de Malasia, país en el que durante décadas prestó un incansable servicio en favor de la educación de las mujeres, dejando un gran vacío entre las personas, de todas las etnias y religiones, que la conocieron. La Hna. Enda deja tras de sí las escuelas primarias y secundarias de la Asunción que fundó, así como la clínica Ave María Welfare, que más tarde se convertiría en hospital. Pero, sobre todo, queda el ejemplo de su fe, así como su compromiso y su cuidado en favor de la unidad entre los alumnos, independientemente de su credo u origen étnico.
Circulan en estas horas numerosos testimonios de quienes conocieron su apasionado ministerio: prueba de lo que sembró en 31 años de labor misionera la educadora, monja y directora, nacida Eileen Philomena Ryan, el 30 de diciembre de 1928 en Galbally, condado irlandés de Limerick. Ingresó en las Franciscanas Misioneras de María (instituto fundado por Helene de Chappotin) en 1947 y llegó a la entonces Malaya en 1954, a raíz de una petición de Sir Michael Hogan -entonces Presidente del Tribunal Supremo de Malasia- para establecer escuelas para niñas cuya educación se había interrumpido durante la insurrección comunista en el país. La Hna. Enda Ryan acababa de terminar su licenciatura y su diploma superior en Educación.
"El amor maternal que la animaba siempre conmovió a todos. Su empuje, entusiasmo y celo por la vida nos inspiraron a vivirla al máximo", escribe Vimalathevi Perumal, una antigua alumna, en el portal de antiguos alumnos del Colegio de la Asunción. "Todos nosotros, sus alumnos, le debemos a este gran icono una gratitud inconmensurable por habernos formado para ser buenos y responsables ciudadanos de esta nación", añade. Otra alumna, Regina Morris, contó a AsiaNews que Sor Enda era apodada "la monja cantante" porque nunca ocultó su afición por el canto. "Hazme un instrumento. La hermana cantante" es el título de su biografía de 2013 editada por Nesamalar Chitravelu. La misionera compuso el himno de la escuela, cuya letra encarna sus valores. A pesar de sus orígenes irlandeses, cantaba canciones populares malayas, como "Rasa Sayang", con el mismo gusto que "When Irish Eyes Are Smiling". Era incansable en su misión de difundir la verdad y la caridad, que es el lema de la escuela impreso en nuestros corazones (Ad Veritatem Per Caritatem, ed)", añadió Morris. Era una maestra, una directora y una madre para todos nosotros".
El Dr. Jemilah Mahmood, ex presidente de Mercy Malaysia, una ONG internacional que presta asistencia médica en catástrofes, también habló de la hermana Enda al medio local Free Malaysia Today. "Nadie se sintió nunca fuera de lugar y todos los alumnos se llevaban bien, a pesar de los diferentes orígenes étnicos y religiosos", afirmó. Contó hasta qué punto su encuentro con la misionera irlandesa contribuyó a formar la persona que es ahora. "Definitivamente me moldeó para convertirme en quien soy hoy, reforzando mi confianza y autoestima a la hora de hablar en público y desarrollando en mí un interés por las obras de caridad", añadió. Un aspecto, la adquisición de una mayor confianza, que también destacó Jemilah, otra antigua alumna. "Todos los alumnos pudieron practicar sus creencias en un entorno seguro. Así es como debe ser una escuela, donde priman la ética, la amabilidad y el respeto".
Una de las cualidades que más se le atribuían era el cuidado y la atención que prestaba a sus alumnos, sin haber oído nunca a nadie "no cristiano". "A menudo nos recordaba que todos éramos iguales a la hora de estudiar y ser independientes", cuenta Asimah Amaluddin, que ahora es profesora de inglés en su antigua escuela secundaria de la Asunción. Recuerda a sor Enda como una persona amable y cariñosa con todos, que no hacía distinciones. La antigua directora de la escuela de la Asunción, Teresa Chan, dijo que la misionera la inspiró a convertirse en una versión aún mejor de sí misma, empujándola "a ser más compasiva, empática; una líder de servicio".
A lo largo de su dilatada vida, la Hermana Enda Ryan ha recibido numerosos galardones por su compromiso con la educación. Entre ellos, el Excellent Service Award del Ministerio de Educación (1985), el Distinguished Service Award (1986), el Meritorious Service Award del Sultán de Selangor (1987) y el Selangor Teacher of The Year Award (1990). También fue investida Doctora Honoris Causa en Humanidades por la Taylor's University en 2022.
16/10/2019 18:58