Líderes cristianos: escuchen el grito de la tierra

Mensaje firmado por el Papa Francisco, el patriarca ecuménico Bartolomé I y el arzobispo de Canterbury Justin Welby que invita a orar, como cristianos, por los líderes mundiales en vista de la COP26. “Tenemos que elegir vivir de una manera diferente; tenemos que elegir la vida”.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - "Mensaje conjunto para la protección de la creación", es el título del documento firmado por el Papa Francisco, por el patriarca ecuménico Bartolomé I y por el arzobispo de Canterbury Justin Welby que invita a los cristianos a rezar por los líderes mundiales en vista de la COP26 que se reunirá en Glasgow del 1 al 12 de noviembre. La declaración - la primera que firman de manera conjunta los jefes de las tres Iglesias, pide a todos, "cualquiera que sea su creencia o visión del mundo, que se esfuercen por escuchar el clamor de la tierra y de los pobres" y se comprometan a realizar "sacrificios significativos por el bien de la tierra que Dios nos ha dado”.

"Durante más de un año - dice el documento - todos hemos experimentado los efectos devastadores de una pandemia mundial: todos nosotros, pobres o ricos, débiles o fuertes". "Nos hemos dado cuenta de que, ante esta calamidad mundial, nadie está a salvo hasta que todo el mundo esté a salvo, que nuestras acciones realmente afectan a los demás, y que lo que hacemos hoy afecta a lo que ocurrirá mañana". Estas “no son lecciones nuevas, pero hemos tenido que afrontarlas de nuevo. Ojalá no desperdiciemos este momento. Debemos decidir qué tipo de mundo queremos dejar a las generaciones futuras. Dios manda: "Escoge la vida, para que vivas tú y tu descendencia" (Dt 30,19). Debemos elegir vivir de otra manera; debemos elegir la vida”.

El mensaje exhorta a no conformarse con soluciones cómodas a corto plazo y aparentemente económicas. En realidad, estas resultan efímeras, escritas en la arena, mientras hay que buscar caminos que lleven a escribir sobre la roca, estables y duraderos. "El concepto de administración - responsabilidad individual y colectiva por lo que Dios nos ha dado - constituye un punto de partida vital para la sostenibilidad social, económica y ambiental".

El Evangelio nos invita, sigue diciendo el mensaje, a “a adoptar una perspectiva más amplia y a reconocer nuestro lugar en la historia universal de la humanidad. Pero nosotros hemos tomado la dirección contraria. Hemos maximizado nuestro propio interés a expensas de las generaciones futuras”.

“La tecnología ha abierto nuevas posibilidades para el progreso, pero también para la acumulación desenfrenada de riqueza, y muchos de nosotros nos comportamos de una manera que muestra poca preocupación por las demás personas o por los límites del planeta. La naturaleza es resistente pero delicada. Ya estamos asistiendo a las consecuencias de nuestra negativa a protegerla y preservarla (Gen 2:15). En este momento tenemos la oportunidad de arrepentirnos, de dar un giro con decisión, de cambiar de rumbo”.

El documento recuerda los efectos del cambio climático: incendios, ciclones, sequías aumento del nivel del mar, eventos que ahora “afectan no solo a los países con pocos recursos, sino también a aquellos donde ni siquiera las sofisticadas infraestructuras pueden evitar por completo la destrucción”. Y “mañana podría ser peor. Los niños y adolescentes de hoy se enfrentarán a consecuencias catastróficas si no asumimos ahora la responsabilidad, como "colaboradores de Dios" (Gn 2.4-7), de cuidar nuestro mundo".

Pensando en las nuevas generaciones "debemos elegir comer, viajar, gastar, invertir y vivir de forma diferente, pensando no sólo en el interés y las ganancias inmediatas, sino también en los beneficios futuros". Por eso es necesaria "una colaboración cada vez más estrecha entre todas las iglesias en su compromiso con el cuidado de la creación. Juntos, como comunidades, iglesias, ciudades y naciones, debemos cambiar de ruta y descubrir nuevas formas de trabajar juntos para romper las barreras tradicionales entre los pueblos, para dejar de competir por los recursos".

“Todos nosotros - termina diciendo el mensaje - seamos quienes seamos y estemos donde estemos, podemos desempeñar un papel en el cambio de nuestra respuesta colectiva a la amenaza sin precedentes del cambio climático y la degradación del medio ambiente. El cuidado de la creación de Dios es un mandato espiritual que requiere una respuesta comprometida. Este es un momento crítico. El futuro de nuestros hijos y el de nuestra casa común dependen de ello”.