Líbano, un centro de distribución de fondos para la guerra en Siria
Beirut (AsiaNews) - Con tres ataques en menos de un mes el Líbano se ha convertido en un campo de batalla real "externo" de la guerra en Siria, donde el sonido de las bombas enfrentan a los mismos bandos: los extremistas islámicos sunitas vinculados a al-Qaeda y Hezbollah chiitas pro iraní y partidarios del régimen de Bashar al-Assad. Por otra parte, el efecto más preocupante del conflicto es la transformación del país en un centro de suministro de dinero proveniente de los países del Golfo e Irán a Siria para financiar los combatientes de ambos bandos.
De acuerdo con funcionarios estadounidenses y europeos las facciones sunitas más extremistas como Jabat al-Nusra y el Estado Islámico de Irak y el Levante ( Isis ) - vinculado a al-Qaeda - son financiados en gran parte por las familias ricas de Arabia Saudita y los Estados del Golfo. En los últimos días, el ejército libanés ha detenido a Mohammad al-Majid, ciudadano saudí, líder de la brigada Abdullah Azzam, responsable del doble atentado suicida contra la embajada iraní en Beirut que tuvo lugar el pasado 20 de noviembre. Majid no se habría limitado a apoyar al grupo islamista.
Para Laith Al Khouri de Flashpoint Partners, un grupo privado que monitorea sitios web extremistas en nombre del Gobierno, el hombre suministró "una gran cantidad de fondos para los yihadistas que combaten en Siria". En los últimos dos años, los hombres a sueldo de Majid hicieron pasar grandes cantidades de dinero de las cuentas bancarias de ciudadanos de Kuwait, con las campañas de recaudación de fondos a través de los medios sociales como Twitter, Facebook, YouTube y Skype. El único país del Golfo que ha dificultado la financiación privada de los grupos extremistas en Siria es Arabia Saudita. En junio de 2012, Majid ha publicado en línea un mensaje de audio contra el gobierno de Riyadh que había bloqueado la campaña de recaudación de fondos de varios estudiosos musulmanes wahabitas. También invitó a los oyentes a donar fondos a los rebeldes sirios, indicando un contacto en Kuwait para entregar el dinero y las armas.
Los oficios de los movimientos islámicos sunitas principales se cruzan con los de los aliados chiítas de Bashar al-Assad. El primero entre todos es Hezbollah que gracias a su doble naturaleza del movimiento político y grupo paramilitar se las arregla para recoger el dinero de otros países como Irán. En los últimos años ha ayudado a crear un ejército de unos 7.000 hombres más 20 mil reservistas, superior por su calidad y armamento que el regular. En junio Hezbolá ha hecho su entrada en la guerra de Siria y en la actualidad lucha por todo el país al lado del ejército sirio. Su milicia controla la mayor parte de los pasos de frontera, especialmente con respecto a Irak y el Líbano, y combate el contrabando de armas destinadas a los insurgentes sunitas.