Lukashenko amenaza a la Iglesia Católica por una canción patriótica (VIDEO)

de Vladimir Rozanskij

Se trata del himno religioso-patriótico "Dios poderoso" (Magutnyj Boža), que se cantó al final de las misas del pasado 3 de julio, conmemorando el Día de la Independencia. Para el presidente bielorruso es una "canción fascista", utilizada para destruir el Estado. En 2020 se convirtió en uno de los símbolos de las protestas contra el gobierno.

Moscú (AsiaNews) – El presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, expresó ayer su descontento por la interpretación del himno religioso-patriótico "Dios poderoso" (Magutnyj Boža) en las iglesias católicas de su país. Según informa el portal Telegraf, la interpretación de la pieza musical cuestionada por el presidente tuvo lugar el 3 de julio, día de la independencia nacional.

El himno contiene una oración a Dios, en la que se pide por el bienestar de Bielorrusia; la poeta católica Natalia Arsenieva lo compuso en 1943. En 1947 (por tanto, ya bajo los soviéticos) el compositor Nikolai Ravensky creó la música de la canción, que más tarde se hizo muy popular. A pesar de ello, Lukasenko lo calificó de "fascista", aduciendo que el himno data de la época en que el país estaba ocupado por la Alemania nazi.

La letra dice: "¡Dios poderoso! Señor de los universos / de los grandes soles y de los pequeños corazones! / Sobre Bielorrusia, pacífica y amistosa / has esparcido los rayos de tu gloria. / ¡Concédenos fuerza en el trabajo de cada día, en el esfuerzo / por hacerse de una rebanada de pan, por la patria, / en el respeto y en la fuerza y la grandeza de la fe, / en nuestra verdad, por nuestro futuro, dánosla! / ¡Da fertilidad a los campos de centeno, / con nuestras manos fueron trillados! / ¡Haz poderoso, haz feliz / a nuestro país y a nuestro pueblo!".

Bajo el título Magutnyj Boža, la ciudad de Mogilev acoge desde 1993 un festival de música religiosa. Este año el evento llegó a su 23ª edición, y se celebra en la fiesta patria de principios de julio; el acto final se celebra en la iglesia católica de la Asunción de la Virgen María.

Para Lukashenko, sin embargo, se trata de una provocación: "Como ven, quieren subvertir nuestra memoria histórica, rehabilitar a sus abuelos y bisabuelos y terminar lo que empezaron. Quieren destruir nuestro Estado soberano, enarbolando banderas mercenarias y exaltando el canto de los católicos siervos de los nazis, pero van a pagar por ello", amenazó el presidente.

Las "banderas mercenarias" serían en realidad las odiadas banderas rojiblancas, símbolo del país antes de la ocupación soviética, a las que el propio Lukašenko prestó juramento cuando llegó al poder en 1994, para luego restaurar el emblema rojiblanco de la antigua república soviética de Bielorrusia (eliminando únicamente la hoz y el martillo). Él mismo cambió la fecha del Día de la Independencia: del 25 de marzo, cuando se proclamó la independencia de Bielorrusia en 1918, al 3 de julio, día en que los ejércitos soviéticos ocuparon el país en 1944 en lugar de los nazis.

La Iglesia católica bielorrusa había anunciado en su página web oficial la invitación presidencial a celebrar el 3 de julio una oración común "por Bielorrusia". Precisamente en respuesta a esta invitación, los obispos habían solicitado que se cantara el himno Magutnyj Boža al final de todas las misas, como explicó el padre Roman Straško, el notario de la curia de la arquidiócesis de Minsk-Mogilev.

En 1993, un año antes de que Lukashenko llegara al poder, una comisión del Consejo Superior de Bielorrusia propuso el canto católico como himno nacional bielorruso. En 2003, con motivo del centenario de Natalia Arsenieva, se colocó una placa con su imagen y el texto del himno al Dios Poderoso delante de la casa-museo de la autora, cerca de Minsk. En 2020 se convirtió en uno de los símbolos de las protestas contra el gobierno. En todo el país, la gente cantó masivamente el himno en las calles para oponerse al "presidente-usurpador".