Lugares de encuentro en las iglesias de Moscú
Son los "bares del oratorio", una experiencia nueva para los ortodoxos rusos. Sustituyen al refectorio de los pobres. Son muy frecuentados por los jóvenes, que se sienten más libres para comunicarse.
Moscú (AsiaNews) - Desde hace algún tiempo, las iglesias ortodoxas de la capital abren espacios de encuentro y convivencia, una experiencia innovadora en la tradición de los cristianos orientales. Lo que en las parroquias católicas se conoce como el clásico "bar del oratorio" se está convirtiendo en una nueva moda para los fieles, que se sientan a tomar café y a conversar con el párroco y los demás sacerdotes.
En las instalaciones de la parroquia se escucha la música de Bach, grabada o interpretada por pequeñas orquestas. En la iglesia, está prohibida: la liturgia ortodoxa solo permite el canto sin acompañamiento de instrumentos. También existe la posibilidad de elegir una funda para el smartphone, o camisetas con imágenes y escritos temáticos, o simplemente relajarse y sentarse a trabajar con absoluta calma.
Los feligreses más tradicionalistas están desconcertados por esta apertura a usos más bien "mundanos", ya que las iglesias ortodoxas siempre han sido el lugar donde solo se celebra la liturgia solemne. Lo cierto es que en un pasado lejano solía haber cantinas para refrescar a los fieles, especialmente a los más pobres, que acudían a la iglesia incluso durante las largas heladas invernales. En la época soviética, la mesa de la iglesia de Novaja Derevnja, donde se encontraba Aleksandr Men, el "padre espiritual" de la disidencia, era muy popular, y congregaba a diario a una gran multitud de peregrinos.
Las reuniones de fieles en torno a las iglesias eran típicas de muchos monasterios, pero no de las parroquias urbanas. En Mitino, en los alrededores de Moscú, la Iglesia de la Exaltación de la Cruz fue una de las primeras en abrir un "čainaja" (un salón de té) en lugar del refectorio para los pobres. Como cuenta el párroco, el padre Stakhij Kolotvin, muy popular en Moscú (tiene 24.000 seguidores en Instagram), "construimos una sencilla casita de madera junto a la iglesia para que los feligreses pudieran comunicarse después de los servicios, y rápidamente se convirtió en un lugar muy apreciado por la gente". La casita pronto fue sustituida por un gran edificio. Para sorpresa del párroco, allí empezaron a reunirse multitudes -sobre todo estudiantes y vecinos del barrio- pero la mayoría ni siquiera entraba en la iglesia.
En el nuevo café de la iglesia no hay objetos ni símbolos religiosos. El café se prepara en todas sus variantes y el té, en el "samovar", la tetera que hierve sin cesar en la campiña rusa. Se venden helados bielorrusos, vino de Crimea y mantequilla de Grecia. En ocasiones el lugar es utilizado para celebraciones familiares, y se sirve exclusivamente a un grupo, pero nunca faltan las conversaciones con el sacerdote: "La gente que se avergüenza de venir a la iglesia para hacer preguntas puede venir aquí y hacerlas en un ambiente menos oficial. A mí también me gusta estar aquí, sin formalidades, en medio de la gente", cuenta el padre Stakhij.
Daria, una muchacha que suele ir al čainaja, cuenta a Vedomosti: "nos gusta venir aquí con nuestras amigas; una se siente a gusto, hay un ambiente particularmente tranquilo y los precios también son muy democráticos". La joven explica que una vez pudo hablar con el padre Stakhij y plantearle las cuestiones que le preocupan: "No vamos a la iglesia, pero somos ortodoxos, porque es nuestra cultura, y nos gusta hablar de ella libremente. En la iglesia no nos sentimos cómodos, allí es necesario confesarse”.
En otras iglesias de Moscú es frecuente ver más gente haciendo cola para un capuchino que para la comunión. Los sacerdotes rusos están descubriendo nuevas formas de atención pastoral, menos agresivas e imponentes, y especialmente durante la pandemia, está surgiendo una nueva forma de comunicar. En la iglesia, las restricciones son menos duras que en otros lugares públicos, y el enfoque es más familiar. Esto atrae a muchas personas que se sienten un poco intimidadas por las largas liturgias y por las constantes normas que fijan las autoridades.
28/07/2017 10:27
30/05/2020 10:25
31/07/2018 11:06