Lucy Theresa es sacristana desde hace 40 años: Serviré a María hasta el último respiro
La mujer vive en un pueblo de pescadores cerca de la reserva natural de Mahawilachchiya. Todos los días, hace sonar la campana de la iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, para llamar a los fieles a la oración. En el mes de mayo, lleva en procesión una pequeña imagen de la Virgen, visitando casa por casa.
Colombo (AsiaNews) – Servir en la parroquia “y a nuestra Madre bendita me hace sentir tan orgullosa que lo haré hasta el último respiro”. Es lo que afirma Lucy Theresa Fernando, que desde hace 40 años se desempeña como sacristana de la iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en un pequeño pueblo de pescadores, Randuuwa, situado en la provincia del centro-norte de Sri Lanka. Ella cuenta a AsiaNews cómo es su vida cotidiana, hecha de tareas simples al servicio de la parroquia. “No puedo olvidar las bendiciones que he recibido de María” –agrega. “Es por ello que no puedo dejar de entregar mi vida a nuestra iglesia”.
Lucy Theresa tiene 69 años y es una de las ancianas del pueblo. En la localidad donde ella vive, ubicada cerca de la reserva natural de Mahawilachchiya, viven 25 familias católicas y 15 de otras religiones. La mujer cuenta que los habitantes conviven en un clima de paz y armonía.
Lo que une a la población es la devoción a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Gracias a su intercesión, sostiene la señora Lucy, “se dan muchas bendiciones”. Ella es un testigo viviente de estos “milagros”: “Pasé muchos años sin olfato. Tomé muchos medicamentos, pero no sirvieron de nada. La única cura fue el gran amor de la Madre, a quien yo recé asiduamente durante muchos meses. Siempre, gracias a ella, mi nieto encontró trabajo y ahora está feliz”.
La sacristana lleva una vida humilde, en una pequeña casa junto a la parroquia. “Todos los días –cuenta- acomodo el altar, hago sonar la campaña de la iglesia para llamar a los fieles y mantengo todo limpio con la ayuda de algún feligrés”. Entre las tareas que se le confían, está “la guía en el rezo del rosario y la letanías. En el mes de mayo [dedicado a la Virgen, ndr] llevo una pequeña imagen de María por el pueblo, visitando casa por casa, y rezo el Rosario junto a las familias”. “Si nos encomendamos a las manos de la Virgen –concluye-, no correremos ningún peligro”.