Los universitarios se unen al Partido Comunista Chino para tener un trabajo seguro
La elevada tasa de desempleo juvenil no afecta a los graduados en ideología marxista. Desde que Xi Jinping llegó al poder, el número de afiliados al Partido ha crecido rápidamente. Los nuevos graduados ya no buscan empleo en firmas extranjeras, sino en la administración pública y las empresas del estado.
Roma (AsiaNews) - Con menos oportunidades de trabajo debido a la desaceleración de la economía nacional, la adhesión al Partido Comunista Chino (PCCh) ofrece a los jóvenes graduados más oportunidades de trabajo. En algunos casos la afiliación al Partido es un requisito fundamental para acceder a cargos importantes en el gobierno. Este año, por primera vez, los nuevos graduados superaron los 10 millones: las dificultades económicas, agravadas por la política "Covid cero", sin embargo, empujaron la tasa de desempleo juvenil (16-24 años) a un nivel récord del 18,6%.
Los miembros del PCCh han superado los 96 millones, según anunció el Departamento de Organización del Partido el 30 de junio. En la era de Xi, el PCCh se está expandiendo rápidamente: unos 21 millones de personas se inscribieron desde el 18º Congreso en 2012, cuando el actual Líder Supremo llegó al poder. El porcentaje de afiliados con nivel educativo superior sigue creciendo y el 53,2% de los adherentes son profesionales.
Según el Financial Times, en un sitio web para la contratación de jóvenes graduados ha habido un aumento del 20% en los trabajos ofrecidos que requieren un título en marxismo. Los empleadores no son solo departamentos gubernamentales, empresas estatales u organizaciones del PCCh, sino también empresas privadas. En los últimos años, las autoridades ordenaron a las empresas privadas -chinas o extranjeras- que establecieran un comité del Partido dentro de su propia estructura.
Estas empresas privadas están obligadas a contratar personal y garantizar el presupuesto para manejar los asuntos del PCCh. Tras la represión contra las empresas tecnológicas e inmobiliarias que se desató en 2021, las empresas privadas están reclutando licenciados en marxismo para demostrar su lealtad a las autoridades. Las empresas también necesitan personas que conozcan la doctrina del Partido para manejar las relaciones con el gobierno y seguir cuidadosamente la línea oficial en sus operaciones comerciales.
El marxismo y las doctrinas del Partido son cursos obligatorios para los estudiantes en China. Antes de la era Xi, los universitarios no conocían estos temas. El punto de inflexión determinante se produjo en 2018, cuando el régimen reformó la Constitución y eliminó el límite de dos mandatos para la presidencia; en ese momento se ordenó a las universidades que tuvieran al menos un profesor de marxismo cada 350 estudiantes. En los años posteriores, la contratación de profesores de “ideología” se multiplicó. El número de docentes en esta área aumentó dos tercios.
Los cursos de marxismo en China incluyen la filosofía de Karl Marx y las doctrinas de los líderes del PCCh, desde Mao Zedong hasta Xi. La proporción del pensamiento de Xi se ha incrementado considerablemente en los libros de texto universitarios y muchas universidades de primer nivel en todo el país han creado centros de investigación sobre la doctrina del presidente chino.
Aparentemente, las autoridades chinas adoptan un enfoque pragmático de la filosofía de Marx y Mao. A medida que se intensifican los conflictos sociales y los derechos de los trabajadores van quedando desprotegidos, las autoridades consideran cada vez más peligrosa la aplicación práctica de la filosofía marxista. Por eso la nostalgia de la época maoísta se ha convertido en una corriente “subterránea”. Cuando estudiantes de izquierda y maoístas participaron en el movimiento sindical en la ciudad sureña de Shenzhen en 2018, la policía los arrestó sin dudarlo junto con los trabajadores que protestaban.
Un funcionario de la universidad le dijo al Financial Times de forma anónima que "este es el momento dorado para los graduados en marxismo". A los docentes recién contratados para cursos ideológicos en las universidades se les ofrece una lucrativa bonificación. La enseñanza del culto a la personalidad de Xi comienza desde la escuela primaria, y en las escuelas de élite los profesores de esa materia reciben sueldos superiores a la media.
El impacto de la pandemia y la intervención del estado en la política económica han llevado a los jóvenes graduados a cambiar su orientación a la hora de buscar empleo. Los puestos de trabajo en empresas extranjeras no son rentables para los egresados de las mejores universidades. La opinión generalizada es que trabajar para el estado es más seguro. En 2021, el 70 % de los graduados de la Universidad de Tsinghua, una de las mejores de China, eligió trabajar para el gobierno, las organizaciones del partido y las empresas del estado.
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