Los turkmenos apelan al presidente para exigir justicia

de Vladimir Rozanskij

Lanzamiento de un canal directo entre la ciudadanía y Serdar Berdymuhamedov. La mayoría de las peticiones de ayuda se refieren a cuestiones sociales. Las autoridades ignoran los casos de violación de los derechos humanos.

Moscú (AsiaNews) - El sitio web turkmen.news ha publicado información sobre algunos empleados del Ministerio del Interior de Turkmenistán que, al parecer, se encargan de recoger los llamamientos dirigidos al presidente Serdar Berdymuhamedov. El líder de Turkmenistán instó a la población a dirigirse directamente a él para presentar demandas y quejas.

Las oficinas encargadas de reunir esta información para el presidente se encuentran en el "Adalat Košgi" (ver foto), el Palacio de Justicia de Asjabad. En la misma sede funciona el Ómbudsman (la Defensoría del Pueblo), el tribunal de la ciudad y la Corte Suprema de Turkmenistán. Las noticias publicadas sostienen que la eficacia de estas instalaciones deja mucho que desear, y que en agosto la situación empeoró, coincidiendo con las vacaciones de los dirigentes.

Un testigo habló de las interminables colas que deben hacer los postulantes. Primero pasan por el control de los servicios de seguridad, que registran a todos los visitantes, confiscan sus teléfonos, y luego anotan sus datos en un registro especial. Una mañana a la semana, el día jueves, el juez supremo recibe personalmente a los solicitantes. Los demás días se turnan sus adjuntos, pero en realidad son los secretarios los que hablan con quienes acuden a ellos, anotando sus peticiones en un cuaderno. Cada día llegan al menos cincuenta personas a presentar sus peticiones, pero sólo unos pocos consiguen una audiencia.

La Defensora del Pueblo es una mujer, Jazdursun Gurbannazarova, y recibe gente todos los días a tiempo completo, pero incluso para llegar a ella hay filtros difíciles de superar, y sobre todo no parece muy competente en materia de derechos. El informe del 2021 muestra que las cuestiones de la libertad de expresión, de asambleas y de culto ya no le interesan, como tampoco las del trabajo esclavo en los campos de algodón, la discriminación de las mujeres u otros temas de este tipo. Ella habla de los maravillosos logros del Estado turkmeno y realiza algunas concesiones, como el otorgamiento de subsidios sociales y el apoyo a los desocupados con la renta ciudadana.

Efectivamente, la mayoría de las solicitudes de ayuda se refieren a cuestiones sociales, especialmente a los problemas de vivienda relacionados con los desalojos y la demolición de casas para construir nuevos espacios urbanos. Esta última es una manía de los dirigentes turkmenos que recientemente ha llevado a la destrucción de barrios enteros de Asjabad, como Čogany y Šora. En varios casos, las peticiones exigen justicia por acusaciones y detenciones injustificadas, sin espacio para la presunción de inocencia. En general, los solicitantes salen del Palacio bastante frustrados.

La oficina más eficiente del Adalat Košgi la ocupa el viceministro del Interior, que se dedica a fabricar causas penales contra activistas políticos indeseables, a menudo con motivos inventados o forzando el Código. En septiembre, el Consejo de Seguridad de Turkmenistán debería hacer un balance de la gestión de estos órganos de justicia durante el primer semestre de 2022, y se aguarda la dimisión del jefe del Ministerio del Interior, Gurbanmirat Annaev.

Serdar Berdymuhamedov intenta distinguirse sustituyendo en masa a los funcionarios ineficaces. Sin embargo, para los recién llegados será difícil erradicar la costumbre turkmena de conservar el poder y despreciar las necesidades del pueblo llano. Igualmente duro será poner freno a la persecución de quien intenta arrojar algo de luz y difundir noticias sobre la vida real en la oscuridad de uno de los países más cerrados del mundo, como es Turkmenistán.