Los tibetanos, encerrados en campos de reeducación, como los uigures (I)
En el Tíbet, capacitan y adoctrinan a los pastores y agricultores “excedentarios” en centros similares a los campos de concentración de Xinjiang. Se trata de un mecanismo de control social: las autoridades chinas usan la lucha contra la pobreza para combatir el “separatismo” y suprimir la religión budista. Los trabajadores tibetanos incluso son “transferidos” a otras provincias.
Beijing (AsiaNews) – Suman más de medio millón los campesinos y pastores tibetanos obligados a realizar actividades de capacitación y adiestramiento bajo un régimen militar, para convertirlos en trabajadores asalariados, controlados por las autoridades. Es el mismo patrón utilizado en los campos de internamiento del Xinjiang, donde se encuentran recluidos más de un millón de musulmanes uigures, sometidos a un adoctrinamiento. A partir de la investigación del Australian Strategic Policy Institute, se desprende que el régimen chino gestiona 380 “campos de concentración” en esta región autónoma. Según el Partido Comunista chino, los tibetanos son “gente holgazana”, que debe ser “reprogramada”. Para ello, los dirigentes del gobierno quieren reducir “la influencia negativa” de la religión budista. Primera entrega de este artículo en tres partes, de Adrian Zenz, investigador de la Victims of Communism Memorial Foundation. Publicado por gentileza de la Jamestown Foundation (traducción al español, de AsiaNews).
Introducción
En 2019 y 2020, la Región Autónoma del Tíbet (RAT) introdujo nuevas políticas para promover la capacitación sistemática, centralizada y a gran escala de los "trabajadores rurales excedentarios", y su traslado a otras partes de la RAT, así como a otras provincias de la República Popular de China (RPC). En los primeros 7 meses del 2020, la región capacitó a más de medio millón de trabajadores rurales excedentarios mediante esta política. Este plan abarca a los tibetanos de todas las edades, cubre toda la región y es distinto de la formación profesional coercitiva de estudiantes secundarios y adultos jóvenes, reportada por los tibetanos en el exilio (RFA, 29 de octubre de 2019).
La política de “transferencia de mano de obra” establece que los pastores y agricultores deben recibir una formación profesional centralizada, "de tipo militar", que tiene por objeto reformar su "pensamiento retrógrado” e incluye la formación en la "disciplina del trabajo" y en la ley y el idioma chinos. Los ejemplos de la región de Chamdo, en la RAT, indican que el régimen de entrenamiento militarizado es supervisado por sargentos instructores de la Policía Armada Popular (PAP). En efecto, las fotos publicadas por los medios de comunicación estatales muestran a los aprendices tibetanos en entrenamiento, vestidos con uniformes de fajina.
Los informes sobre el alivio de la pobreza dicen, sin medias tintas, que el Estado debe "dejar de sostener a la gente holgazana". Los documentos afirman que una "estricta gestión de tipo militar" del proceso de formación profesional "fortalece la débil disciplina de trabajo [de los tibetanos]" y reforma su "mentalidad retrógrada". Es menester transformar a los tibetanos que "no están dispuestos a moverse" para que estén dispuestos a participar, un proceso que requiere "diluir la influencia negativa de la religión". A ello contribuye un nuevo y preocupante plan, que "alienta" a los tibetanos a entregar sus tierras y rebaños a cooperativas gestionadas por el gobierno, convirtiéndolos en trabajadores asalariados.
Se trata de un mecanismo ordenado, que se centra en la asignación laboral y en el entrenamiento y capacitación de los trabajadores en tandas, en función de las necesidades de la empresa. La formación, nivelación y el envío de los trabajadores a su destino laboral se realiza de forma centralizada. Del reclutamiento, y de varias cosas más, se ocupan los equipos de trabajo de las aldeas, un mecanismo de control social intrusivo cuyo pionero en la RAT fue Chen Quanguo. Más tarde, este mismo mecanismo se utilizó en Xinjiang para identificar a los uigures que debían ser enviados a los campos de internamiento (China Brief, 21 de septiembre de 2017). Hay documentos oficiales en los que se afirma que los cuadros que no logran alcanzar las cuotas establecidas reciben “castigos severos". La finalidad del plan es lograr el objetivo distintivo de Xi Jinping: erradicar la pobreza absoluta mediante un aumento del ingreso de la población rural disponible. Esto significa que los nómadas y agricultores tibetanos deben cambiar sus medios de sustento para obtener ingresos en efectivo, mensurables, y así puedan ser declarados "libres de pobreza".
Este esquema draconiano muestra numerosas e inquietantes similitudes con el sistema de formación profesional coercitiva y con la transferencia de mano de obra que rigen en Xinjiang. El hecho de que el Tíbet y Xinjiang compartan muchos mecanismos de control social y seguriad - ambos, introducidos por Chen Quanguo- hace que adaptar el plan de una región a otra resulte particularmente sencillo.
Contexto histórico
Ya en 2005, la RTA contaba con una iniciativa para la capacitación y empleo de mano de obra rural excedentaria, si bien se trataba de un plan en pequeña escala, para pastores y agricultores de Lhasa (Sina, 13 de mayo de 2005). En aquél entonces, el 11º Plan Quinquenal (2006-2010) especificaba que este tipo de capacitación y transferencia de mano de obra se llevaría a cabo en toda la RAT (Gobierno de la RPC, 8 de febrero de 2006). A partir del 2012, la región de Chamdo inició un "entrenamiento de estilo militar para la transferencia de mano de obra excedente, destinada a las regiones de pastoreo y agricultura" (Chamdo de Tíbet, 8 de octubre de 2014). El plan de Chamdo se estableció formalmente en el 13º Plan Quinquenal de la región (2016-2020), con el objetivo de capacitar a 65.000 trabajadores (desempleados urbanos inclusive) durante ese período (Gobierno de Chamdo, 29 de diciembre de 2015).
Para el 2016, Chamdo había establecido una red de 45 sedes de formación profesional (Gobierno de la RAT, 17 de noviembre de 2016). A partir de 2016, la región de Shannan de la RAT también implementó la formación profesional, marcada por un estilo de "gestión semi-militar" (Tibet Shannan Net, , 5 de abril de 2017). Varias fuentes distintas indican que en el caso de Chamdo, la gestión de la formación al estilo militar estuvo a cargo de los sargentos de instrucción de la PAP.
Formación militarizada y Transferencia de Mano de Obra
En marzo de 2019, la RAT publicó el Plan de Acción para la Capacitación de Agricultores y Pastores y la Transferencia de Mano de Obra para el período 2019-2020, que ordena una "fuerte promoción de la capacitación [laboral]....de tipo militar", adoptando el modelo originario de Chamdo y ordenando su implementación en toda la región. El proceso de formación profesional debe incluir una "disciplina de trabajo, el idioma chino y la ética del trabajo", a fin de "mejorar el sentido de la disciplina de los trabajadores, conforme a las leyes y reglamentos nacionales y a las normas y reglamentos de las unidades de trabajo".
La formación de la fuerza laboral excedentaria debe seguir un método "orientado al orden" e "impulsado por la necesidad", en el cual primero se organiza el trabajo, y la formación se basa en una asignación laboral preestablecida. En el 2020, al menos el 40 por ciento de las colocaciones laborales debían seguir este método, y esta proporción debía superar el 60 por ciento para el año 2024. Las empresas que emplean un número mínimo de trabajadores pueden obtener recompensas financieras de hasta 500.000 yuanes (73.900 dólares estadounidenses). Los intermediarios laborales locales reciben 300 (44 dólares) o 500 (74 dólares) yuanes por cada transferencia de mano de obra concertada, dependiendo de si está dentro o fuera de la RAT. Las cuotas detalladas no sólo establecen cuántos trabajadores excedentarios debe entrenar cada condado, sino también cuántos deben ser entrenados en cada especialidad laboral (Gobierno de Ngari, 31 de julio de 2019).
Las similitudes con el plan de entrenamiento coercitivo de Xinjiang son abundantes: ambos planes tienen el mismo grupo objetivo ("trabajadores rurales excedentarios"); un poderoso hincapié en movilizar a un grupo minoritario "reticente" a cambiar su modo de vida tradicional; emplean la instrucción militar y gestionan la formación al estilo militar para inculcar disciplina y obediencia; se centran en la necesidad de "transformar" el pensamiento y la identidad de los trabajadores, y reformar su "atraso"; enseñan las leyes y el idioma chino; apuntan a debilitar la religión, que es percibida como una influencia negativa; tienen cupos detallados preestablecidos; y ejercen una gran presión sobre los funcionarios, para lograr los objetivos del programa.
(Fin de la primera parte)
28/04/2021 11:33