23/09/2024, 14.14
JAPÓN
Enviar a un amigo

Los templos japoneses abandonados tientan al mercado inmobiliario

Con el declive demográfico y la indiferencia por la religión, son cada vez más buscadas por las exenciones fiscales que las benefician. De los 180 mil sitios religiosos registrados, 4.400 han estado fuera de uso en el último año. Benmou Suzuki, monje en Sanbagawa: "Hay que proteger los lugares donde la población local se reúne y construye vínculos". La Agencia de Asuntos Culturales ha intensificado los controles.

 

Roma (AsiaNews/Agencias) - Con la inexorable disminución de la población japonesa (la caída de la tasa de natalidad no se frena desde hace trece años) y la disminución del interés por la religión, son cada vez menos las personas que contribuyen al mantenimiento de los numerosos templos y santuarios budistas y sintoístas del país. Por esa misma razón - como informó Reuters - está creciendo en el país el discutido fenómeno de la compra y venta de estos sitios, para aprovechar las considerables ventajas fiscales que se derivan de la gestión de una propiedad de carácter religioso.

"Hay gente que quiere un templo, incluso un templo de montaña como este", dice Benmou Suzuki, un monje de 52 años del templo Sanbagawa, una construcción sagrada de 420 años de antigüedad que se encuentra cerca de un pequeño pueblo en las profundidades de un bosque a tres horas en automóvil de Tokio. "Considerando el valor del estatus de propiedad religiosa, podría producir bastante dinero", comenta. Dos corredores de bienes raíces lo han contactado recientemente. Suzuki dice que no tiene intención de vender el templo y está intentando recaudar fondos para su mantenimiento. “Los templos son lugares donde la gente se reúne y crea vínculos. No podemos deshacernos de ellos”, protesta.

El aumento de las propiedades religiosas en venta hace temer a las autoridades japonesas que los compradores no se interesan por ellas con fines espirituales sino para evadir impuestos o incluso blanquear dinero. Son fenómenos difíciles de combatir porque, como afirma la Agencia Japonesa de Asuntos Culturales, el gobierno es cauteloso a la hora de cambiar las directivas en materia de religión, por temor a que se pueda considerar una violación de la libertad de culto.

"Las ventas son un indicio de crisis para nosotros y para la sociedad religiosa", declaró un funcionario de la Agencia encargada de la supervisión de los lugares religiosos, que está atenta a la situación. Una de las ventajas fiscales derivadas de poseer un templo o santuario reconocido con el estatus de sociedad religiosa en Japón es la posibilidad de realizar actividades relacionadas con servicios religiosos, como los funerales, sin pagar impuestos; pero otras sociedades no religiosas dentro de estos sitios también gozan de un régimen fiscal preferencial. Las actividades permitidas incluyen restaurantes, peluquerías e incluso hoteles. En los últimos años, la venta y reconversión de templos y santuarios en Japón ha provocado una considerable indignación pública. En Osaka, por ejemplo, demolieron un templo que se había vendido en 2020 y trasladaron las tumbas para construir un nuevo complejo residencial. Y en Kioto causó un gran revuelo la transformación de un templo en aparcamiento.

Según datos de la Agencia, a finales de 2023 Japón tenía alrededor de 180.000 sitios religiosos registrados como sociedades. Sin embargo, está aumentando el número de las llamadas "sociedades inactivas", es decir, aquellos lugares donde no se celebran actos religiosos desde hace más de un año, que ya son más de 4.400, lo que supone un aumento de un tercio respecto a años anteriores. Cuando un monje o sacerdote muere sin un sucesor, el grupo religioso que administra el templo suele designar un sustituto o renunciar al estatus de sociedad. Sin embargo, alrededor de 7.000 sitios religiosos operan de manera independiente de estos grupos y se consideran más vulnerables a ser adquiridos con fines especulativos.

La Agencia ha intensificado sus esfuerzos para disolver el estatus de sociedad de los sitios inactivos, con el fin de evitar compras por parte de entidades sospechosas. Además, cuando se producen terremotos, que a menudo dañan templos y santuarios, la Agencia advierte a los grupos religiosos locales sobre el riesgo de vender a compradores potenciales dedicados a la especulación. Hasta 2023 se han disuelto voluntariamente 17 sociedades religiosas, mientras que otras seis han recibido una orden de disolución. La Agencia declaró que sin duda esas cifras seguirán creciendo en los próximos años como resultado de controles más rigurosos. Incluso Reuters ha constatado que hay numerosas propiedades religiosas en el mercado inmobiliario. Takao Yamamoto, broker inmobiliario, dijo a la agencia que una licencia para sociedades religiosas, por sí sola, puede costar hasta 30 millones de yenes (210.000 dólares).

 

TAGs
Enviar a un amigo
Vista para imprimir
CLOSE X
Ver también
Musulmana, ex radical: Riad y el salafismo (wahabí) un peligro para el islam y para el mundo
17/12/2016 13:14
Manila: la tasa de fertilidad cae a menos de 2 hijos por mujer
16/11/2022 14:54
Kishida: aumentar la natalidad, el primer objetivo del país
23/01/2023 15:05
La natalidad vuelve a caer en Tokio: por qué los cheques de Kishida no bastan
18/04/2024 11:47
Taipei, por primera vez disminuye la población
11/01/2021 14:52


Newsletter

Suscríbase a la newsletter de Asia News o cambie sus preferencias

Regístrese
“L’Asia: ecco il nostro comune compito per il terzo millennio!” - Giovanni Paolo II, da “Alzatevi, andiamo”