Los oligarcas rusos que burlan las sanciones
Fueron publicados miles de documentos sobre Arkadij y Boris Rotenberg, algunos de los oligarcas más cercanos a Putin y propietarios del "castillo del presidente" que denunció Navalni. En la red de testaferros encargados de administrar sus asuntos financieros y personales, también hay un primo de la reina Isabel. Incluso después de la invasión de Ucrania, ninguno de sus negocios se ha visto afectado por las sanciones, sobre todo en Mónaco, Chipre y Luxemburgo.
Moscú (AsiaNews) - Algunas agencias de noticias, junto con el sitio web Vazhnye Istorii ("Historias Importantes"), llevaron a cabo una investigación sobre el fenómeno de la corrupción y el crimen organizado en Rusia. Se centraron, entre otros, en los hermanos Arkady y Boris Rotenberg, dos de los oligarcas más cercanos al presidente Putin, quienes han sabido camuflar eficazmente sus empresas y propiedades en el exterior, que incluyen inmuebles, aviones privados y yates, sorteando las sanciones occidentales.
Una fuente anónima entregó a los periodistas una serie de documentos, denominados "archivo Rotenberg", con más de 50.000 expedientes, 30.000 mensajes electrónicos y 12.000 cartas de diversa importancia. En ellos queda claro que los Rotenberg han sido capaces de mantener su imperio fuera de Rusia organizando una amplia red de personas de confianza, testaferros, encargados de administrar los asuntos financieros y personales de los protectores con el fin de despistar el verdadero destino de los intereses en juego.
Uno de estos testaferros, según la investigación, es Maksim Viktorov, socio comercial de un primo de la difunta Reina de Inglaterra, Isabel II. Ex colaborador de la KGB soviética, Viktorov trabajó desde 2012 como asesor del ex ministro de defensa ruso, Anatolij Serdjukov, y entró a formar parte del entorno más cercano al presidente Putin. En 2014 empezó a ayudar a los Rotenberg, que ya entonces habían sido incluidos en los primeros paquetes de sanciones de EE.UU. y la UE, que se emitieron tras la anexión ilegal de Crimea.
Los millonarios hermanos abandonaron entonces las estructuras administrativas de sus propias empresas, ocultando una parte sustancial de las acciones en fondos de inversión reservados que administra la firma Evokorp, propiedad de Viktorov, a quien los Rotenberg siempre han negado incluso conocerlo y ahora quedan desmentidos por la documentación. Utilizando fondos off-shore, los Rotenberg han adquirido a través de terceros muchas propiedades en España, Francia, Austria y Mónaco por más de 50 millones de dólares, así como un avión Bombardier de 42 millones. En un chalet de Kitzbühel, Austria, se registró la presencia de la hija mayor de Putin, Maria Vorontsova, y su ex marido holandés Jorrit Faassen.
Las esposas de los dos oligarcas también han ayudado para enturbiar las aguas: Karina, esposa de Boris, tiene ciudadanía estadounidense, y la esposa de Arkady, Maria Borodunova, es ciudadana letona. Esta última ha acumulado muchísimas propiedades en el extranjero desde que comenzó la relación con su marido en 2013, y es también cofundadora de la empresa francesa SCI Dana, propietaria de una suntuosa villa en Villefranche-sur Mer, en la Costa Azul, y un apartamento de 400 m2 en la Sun Tower en el centro de Mónaco, que se adquirió por 65 millones de euros. Karina, por su parte, es dueña de al menos la mitad de las propiedades de su marido, valuada en más de 70 millones de euros.
Hasta 2022 Karina y Maria aseguraron a sus maridos flujos continuos de dinero a través de créditos de las sucursales de bancos rusos en el exterior, especialmente de la sucursal chipriota del Promsvyazbank. Las sanciones siguieron acumulándose durante la invasión de Ucrania, pero las partes confiadas a esposas y testaferros parecen haber permanecido completamente al margen de los controles y restricciones, sobre todo en Mónaco, Chipre y Luxemburgo.
Los Rotenberg forman parte del "círculo mágico" de Putin, e incluso Arkady afirmó que él era el dueño del escandaloso "castillo de Putin" en Gelendzhik que denunció Navalni en el punto álgido de su enfrentamiento con el poder del Kremlin. Solo en Crimea los Rotenberg han acaparado fondos estatales por más de 300 mil millones de rublos, más de una cuarta parte del dinero que invirtió el Kremlin para el desarrollo de la península ocupada entre 2020-2025.
Boris Rotenberg también es co propietario y miembro del consejo de administración del importante SMP Bank, vicepresidente de la Federación Rusa de Judo, un deporte muy apreciado por Putin, y fundador y director del club de automovilismo ruso SMP Racing. El mundo entero lo persigue implacablemente con sanciones, pero ha demostrado ser todo un "cinturón negro", no solo en el campo deportivo sino también financiero.
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