Los mártires de Damasco serán proclamados santos

Ocho franciscanos y los tres hermanos maronitas Massabki fueron asesinados en 1860 por odio a la fe en el barrio de Bab-Touma. Figuras simbólicas del "ecumenismo de sangre" que también han vivido en los últimos tiempos los cristianos de Oriente Medio. Otros decretos aprobados por el Papa Francisco que allanan el camino a la canonización se refieren a Carlo Acutis, de quince años, y el fundador de los misioneros de la Consolata, Giuseppe Allamano.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- Serán proclamados santos los mártires de Damasco, 8 franciscanos y tres laicos maronitas asesinados por odio a la fe en 1860. El Papa Francisco, aprobó los votos favorables expresados por los cardenales y obispos del Dicasterio para las causas de los santos para la canonización del beato Emanuele Ruiz y siete compañeros de la Orden de los Frailes Menores, y de los hermanos Francisco, Abdel Mooti y Rafael Massabki, asesinados por odio a la fe en una ola de violencia, por razones políticas, de los drusos contra los cristianos en la entonces ciudad otomana.

El pontífice anunció su intención de convocar un consistorio ordinario sobre esta canonización y la de otros cuatro beatos, entre ellos el sacerdote italiano Giuseppe Allamano (1851-1926) - fundador del instituto de los misioneros de la Consolata - que también están presentes en algunos países asiáticos - y Carlo Acutis (1991-2006) - de quince años, estudiante con una fuerte impronta eucarística pero también apasionado por las nuevas tecnologías, razón por la cual se lo considera particularmente cercano a los jóvenes de hoy - a quienes el Papa Francisco ha reconocido dos milagros ocurridos por su intercesión.

La canonización de los mártires de Damasco era un regalo muy esperado por los cristianos de Oriente Medio. En efecto, su historia resume muchos de sus sufrimientos. Los frailes franciscanos (siete españoles y un austriaco) vivían en el barrio de Bab-Touma, donde compartían el pan con los pobres en una época muy difícil. En el contexto de la crisis del Imperio Otomano y la presión de las potencias europeas en diciembre de 1842, el entonces sultán Abdul Mejid I había aceptado la propuesta del príncipe austríaco Metternich de dividir el Monte Líbano en dos distritos: uno al norte para los cristianos y uno al sur para los drusos. Pero algunas reacciones violentas que estallaron en Beirut en 1860 precipitaron la situación, desencadenando una ola de sangre en la que murieron miles de cristianos en toda la región.

La noche del 9 al 10 de julio de 1860, los frailes y los tres hermanos maronitas Massabki se refugiaron dentro de los sólidos muros del convento. El padre guardián Emanuel Ruiz había preparado a los hermanos para lo peor, invitándolos a confesarse y comulgar. Y en efecto, alguien los traicionó y permitió que los asesinos entraran al complejo por una pequeña puerta. Fueron beatificados por el Papa Pío XI en 1926 y su fiesta litúrgica se celebra el 10 de julio en la iglesia de San Pablo, donde se custodian sus restos en Damasco.

Su historia también es un testimonio de ese ecumenismo de los mártires que a lo largo de la historia han vivido juntas muchas comunidades cristianas de Oriente Medio que, a pesar de estar divididas por razones históricas en diferentes ritos, han dado testimonio juntas de la misma fe en Jesucristo hasta dar la vida, incluso en tiempos muy recientes. En este sentido la canonización de los mártires de Damasco será también muy significativa a la luz del inminente Jubileo de 2025, en cuya bula de convocación “Spes non confundit” el Papa Francisco dice: “Necesitamos conservar el testimonio de los mártires para hacer fecunda nuestra esperanza. Estos mártires, pertenecientes a las diversas tradiciones cristianas, son también semillas de unidad porque expresan el ecumenismo de la sangre".