Los grandes de la tierra y Nagorno Karabaj

de Vladimir Rozanskij

Al margen del G20, Estados Unidos, Europa, Rusia y Turquía hablaron de la situación cada vez más crítica por el cierre del corredor de Lachín, que aísla desde hace meses el enclave armenio. Erdogan contra la elección de Samvel Šakhramanyan como presidente de la disputada región. El ministro ruso Lavrov: "No descarguen en Moscú responsabilidades que no quieren asumir".

Moscú (AsiaNews) - La cuestión del conflicto entre Armenia y Azerbaiyán, con la situación cada vez más crítica en Nagorno-Karabaj debido al cierre del corredor de Lachín, preocupa cada vez más al establishment político mundial, ya severamente puesto a prueba por la guerra rusa en Ucrania. Estados Unidos, Europa, Rusia y Turquía tratan de encontrar soluciones para desbloquear la situación, con intereses muy diferentes en juego que no son fáciles de componer.

Desde Estados Unidos, el Secretario de Estado Anthony Blinken, intervino en los últimos días recordando los cargamentos de ayuda humanitaria que han quedado varados en las rutas de Lachín y Agdam, y pidiendo la apertura inmediata de estas vías de tránsito para ayudar a toda la población de Nagorno Karabaj. También añadió que "hacemos un llamado a todos los líderes de los países involucrados para que no tomen ninguna acción que pueda conducir a una escalada de tensión, o dificultar el logro de los objetivos deseados... el uso de la fuerza para resolver estas diferencias no es aceptable".

Estados Unidos pretende facilitar por todos los medios los esfuerzos para continuar el diálogo entre Armenia y Azerbaiyán, "defendiendo los derechos y la seguridad de los habitantes de Nagorno Karabaj", y buscando una vía para que Bakú y Stepanakert se reúnan directamente. La condición básica sigue siendo "el respeto mutuo de la soberanía y la integridad territorial", concluye Blinken. El ministro de Asuntos Exteriores de la UE, Joseph Borrel, también reiteró tras las conversaciones con el ministro azerbaiyano Džeikhun Bayramov que "el corredor de Lachín debe reabrirse inmediatamente, y las otras rutas no son alternativas, sino suplementos de la principal".

Rusia intenta recordar la prioridad de su papel de mediación en el Cáucaso Sur enviando cargamentos de ayuda humanitaria a través de la carretera de Agdam. La Media Luna Roja de Azerbaiyán dio su apoyo a este envío, señalando que se realiza "en el marco del memorando de cooperación con la Cruz Roja de Rusia". Al parecer, la ayuda ha llegado a la ciudad de Barda, a la espera de que comience su distribución de acuerdo con los representantes oficiales de Nagorno Karabaj. Otros envíos fueron detenidos con anterioridad y esperan su liberación definitiva.

El presidente turco, Recep Tayyp Erdogan, también habló del asunto durante el G20 en Delhi, afirmando que no aprobaba las acciones de Armenia y que tenía intención de discutirlas por teléfono lo antes posible con el primer ministro de Ereván, Nikol Pašinyan. Los turcos, en particular, no consideraron adecuadas las recientes elecciones de representantes institucionales en Nagorno Karabaj, con el nombramiento de Samvel Šakhramanyan como presidente de la región, lo que, en su opinión, hace casi imposible un diálogo con Bakú. En las últimas conversaciones del 28 de junio, Erdogan había insistido en la creación de un corredor de tránsito garantizado también para los ciudadanos de otros Estados de la región.

El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, que también se encontraba en la cumbre del G20, hizo a su vez una declaración bastante resentida hacia los políticos armenios, que han acusado repetidamente a Moscú de dejar Nagorno Karabaj en manos de Azerbaiyán. "Nada más injusto y deshonesto que las declaraciones de ese, me parece el presidente del Parlamento armenio", dijo Lavrov en tono de desdén, recordando la importancia de atenerse a los acuerdos trilaterales firmados en noviembre de 2020 entre Aliev y Pashinyan en Moscú, en presencia de Putin, donde se decidió que "el estatus final de Nagorno Karabaj se discutirá una vez que se hayan alcanzado las condiciones necesarias de paz y seguridad". El ministro ruso advierte a todo el mundo de que "no descargue en Rusia las responsabilidades que uno no quiere asumir".

Foto: Flickr / Clay Gilliland