Los generales birmanos siguen haciendo negocios en Singapur
En respuesta a una pregunta en el Parlamento, el ministro de Asuntos Exteriores de la ciudad-Estado, Vivian Balakrishnan, admitió que 91 empresas locales participan en el suministro de diversos tipos de productos a los militares birmanos a pesar del golpe del 1 de febrero de 2021: "No es parte de la política del gobierno bloquear el comercio legítimo con Myanmar."
Singapur (AsiaNews) - La junta militar que gobierna en Myanmar desde el golpe de Estado del 1 de febrero de 2021 sigue beneficiándose de las relaciones comerciales con varios países, entre ellos Singapur, nudo central en el flujo de mercancías y capitales para gran parte de Asia. Quien dejó claro que Singapur no ha aplicado un embargo estricto, como se exige internacionalmente, fue el propio ministro de Relaciones Exteriores, Vivian Balakrishnan, respondiendo a las preguntas de los miembros del Parlamento.
Balakrishnan confirmó además que se habían identificado otras 91 empresas con sede en Singapur que están implicadas en el suministro de diversos tipos de productos a las fuerzas armadas birmanas, hasta ahora responsables de 3.500 muertes por la represión y 22.000 detenidos, entre ellos casi toda la cúpula democrática del país, incluida la Premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, líder histórica del movimiento pacífico contra la dictadura. Se trata de un número sorprendente de empresas que se suma a las 47 ya nombradas por el relator especial de la ONU para Myanmar, Tom Andrews.
El gobierno, por medio de Balakrishnan, se ha comprometido a buscar más información sobre las transacciones, en particular para averiguar si existen vínculos con la compra o fabricación de armas para el conflicto interno. Sin embargo, el ministro confirmó que "no forma parte de la política del gobierno bloquear el comercio legítimo con Myanmar", un intercambio que el año pasado ascendió a 4.300 millones de dólares. La razón propuesta es que "si lo hiciéramos, frenaríamos aún más el desarrollo de ese país y agravaríamos el sufrimiento de la población civil".
En el fondo del debate subyace la difícil situación de Singapur en el seno de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), de la que ambos países son miembros, para frenar la represión y la violencia en Myanmar. Mientras tanto, el régimen birmano sigue recibiendo bienes esenciales para su supervivencia, a menudo producidos o comercializados por otras naciones miembros.
En esta línea se inscribía un reciente informe de Tom Andrews, que hablaba de la salida de mercancías de Singapur por valor de 254 millones de dólares en los dos últimos años y de lo que describía como un uso "extensivo" de los bancos singapurenses por parte de traficantes de armas.
Todo ello a pesar del compromiso declarado de las autoridades de Singapur de impedir el flujo de armas hacia Myanmar y de sus "principios" contra el uso de la fuerza letal contra civiles desarmados.
Foto: Flickr / John
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