Los gays uzbekos podrían ser expulsados de su país
El diputado Ališer Kadyrov presentó un proyecto en el Parlamento, aduciendo que: "La deportación es mejor que el uso de la fuerza". En Uzbekistán, las relaciones íntimas entre personas del mismo sexo son un delito. Muchos huyen para evitar la prisión.
Moscú (AsiaNews) – El 14 de junio, un diputado uzbeko, Ališer Kadyrov, propuso privar a los homosexuales de su ciudadanía y expulsarlos del país. En su opinión, "Uzbekistán no cambiará sus creencias sobre los representantes de la comunidad LGBTQ+ ni siquiera en 1.000 años", según informa el portal Eurasianet.
Kadyrov es el líder del partido "Renacimiento Nacional", la segunda agrupación política de mayor peso en la Cámara Baja del Parlamento de Taskent. En una entrevista con el canal de YouTube Alter Ego del 7 de junio, Kadyrov dijo que privar a los gays de la ciudadanía obligaría a otros países a darles asilo.
Como contó Kadyrov, "cuando difundí esta propuesta en las redes sociales, varios miembros de la comunidad LGBTQ+ me escribieron para darme las gracias, porque no pueden recibir visados en muchos países ya que condenan a Uzbekistán por sus posiciones respecto a los representantes de orientaciones no tradicionales". Según el diputado uzbeko, la deportación es mejor que el uso de la fuerza. Y aduce que basta con ver lo que ocurre en Irán o Arabia Saudí, donde los gays pueden recibir castigos corporales, e incluso la pena de muerte.
En Uzbekistán, único entre los antiguos países soviéticos, las relaciones íntimas entre personas del mismo sexo se consideran por ley un delito, que es castigado con multas y penas de hasta 3 años de prisión. La detención por "desviación homosexual" también incluye un examen médico con inspección anal para confirmar las sospechas de relaciones ilícitas. En marzo de 2020, el representante de Taskent ante el Comité de Derechos Humanos de la ONU declaró que "Uzbekistán no está dispuesto a cambiar este artículo de la ley". Varias organizaciones internacionales hicieron un llamamiento al gobierno uzbeko en diciembre de 2020, pidiendo tomar medidas en ese sentido, pero fue completamente ignorado.
En varias oportunidades, las autoridades uzbekas han declarado que las relaciones homosexuales contradicen los preceptos del Islam, los valores tradicionales y las normas culturales del país, y que la sociedad no está dispuesta a renunciar al castigo penal de los homosexuales. Los países vecinos con mayor tradición islámica, como Kirguistán y Tayikistán, Afganistán y Turquía, no contemplan la persecución del Estado contra la comunidad LGBTQ+.
En el país, el tema de la homosexualidad es un tabú: no se puede hablar de ello en los medios de comunicación locales ni en ningún entorno social. Por ejemplo, ante la "insistente petición" de los servicios de seguridad de Uzbekistán, un videoclip titulado Azal Čoj (Té de miel), en el que el vocalista actuaba vestido de mujer, cantando sobre su amor por otro hombre, fue retirado de todos los portales musicales uzbekos en julio de 2013. El presidente uzbeko de aquel entonces -el histórico Islam Karimov, fallecido en 2016- dijo que "las relaciones homosexuales son repugnantes para los uzbekos, y la democracia occidental que las permite ofende la pureza moral de la cultura nacional". En 2013, unas 500 personas fueron encarceladas por homosexualidad, y si nos atenemos a los promedios, la cifra se mantuvo en los años posteriores.
En enero de 2018, Karina, de 26 años, contó a la prensa su historia como mujer transgénero que huyó de Uzbekistán a Bielorrusia para evitar ser detenida. Cuando vivía en Uzbekistán, era habitual que al volver a casa la policía la detuviera y la golpeara para obligarla a dar los nombres de otras personas de su comunidad. En los próximos días, el tribunal de Minsk deberá resolver si le concede el estatus de refugiada. En Bielorrusia, afirma Karina, "al menos, logro dormir sin sentir terror"