Los ataques aéreos turcos impiden el regreso de los refugiados yazidíes
En cuatro años murieron 80 civiles,"víctimas colaterales" de las bombas de Erdogan contra el PKK. Todavía hay 350.000 desplazados internos yazidíes y más de 100.000 han abandonado Irak. Activista: Sinjar "se está convirtiendo en una zona de guerra". La población sufre; las condiciones en los campos de refugiados son “inimaginables”.
Erbil (AsiaNews) - Reiterados e indiscriminados, los ataques de la fuerza aérea turca al otro lado de la frontera, en el Kurdistán iraquí y en el norte de Irak, están impidiendo el regreso de los refugiados yazidíes a sus hogares y a su tierra. Con el pretexto de atacar a las células del PKK, los cazas de Ankara, incrementaron en el último tiempo sus ataques en la región de Sinjar, causando graves daños y desatando la inestabilidad en toda la zona. De ahí el llamamiento de algunos representantes de la comunidad yazidí, que se dirigen a la comunidad internacional para pedir protección y amparo frente a las bombas del "sultán" Erdogan.
Desde 2017, casi 80 yazidíes murieron como "víctimas colaterales" de los bombardeos turcos contra grupos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, al que Ankara ha tachado de movimiento terrorista) refugiados en Irak. Tal y como declaró el líder yazidí Saad Hamo a al-Monitor, muchos de los desplazados que aún viven en el campo de refugiados de Sardashti "no quieren dejar Sinjar a pesar de las tragedias que han sufrido”. Por eso, dice, "estamos tratando de convencer a la gente que se ha quedado en los centros (alistados por el gobierno de Erbil), para que regresen”
Todavía hoy hay 350.000 desplazados internos yazidíes en Irak y más de 100.000 han abandonado el país de forma permanente. Son las personas que más han sufrido las atrocidades del Estado Islámico (EI, antes Isis) durante los años de dominio del movimiento yihadista en Irak y Siria entre 2014 y 2017, antes de su derrota militar y la liberación de la mayor parte del territorio.
Una de las últimas incursiones aéreas turcas se remonta al 2 de febrero, cuando aviones de combate atacaron varias posiciones en el monte Sinjar. Éstas no pertenecían al PKK, sino a las Unidades de Movilización Popular (PMU) iraquíes, compuestas también, y en gran medida, por yazidíes. Bagdad condenó repetidamente las operaciones militares turcas al otro lado de la frontera, pero no logró resultados sustanciales como tampoco un cambio en la política de agresión perpetrada por Ankara. Los líderes de la minoría yazidí se pronunciaron hoy contra la violencia, exigiendo que se ponga fin a las operaciones militares y que se brinden garantías para poder regresar a sus hogares de forma segura, pues de lo contrario "su presencia y su futuro en Irak estarán en peligro".
Muchos creen que hoy es “imposible” tener una vida segura y digna en el país, especialmente en la zona de Sinjar. El activista Murad Ismail, fundador de Sinjar Academy, confirma que la comunidad está "perdiendo la esperanza". "En vez de generar esperanza para una comunidad profundamente traumatizada, y en vez de curar nuestras heridas haciendo justicia por los 10.000 yazidíes cuyas vidas se perdieron, Sinjar se está convirtiendo en una zona de guerra. Más de la mitad de nuestro pueblo sigue sufriendo en condiciones inimaginables en los campos de refugiados y quizás jamás pueda regresar".