Los armenios de Nagorno Karabaj reivindican su soberanía

de Vladimir Rozanskij

Las autoridades del enclave separatista en territorio azerbaiyano critican la postura negociadora del primer ministro armenio, Nikol Pašinyan. Artsaj quiere la independencia de Azerbaiyán y pide ayuda a Rusia.

Moscú (AsiaNews) - La Asamblea Nacional de la (no reconocida) república de Nagorno-Karabaj ha aprobado una moción en la que declara su desacuerdo con la posición asumida por el primer ministro de Ereván, Nikol Pašinyan, sobre las consecuencias del conflicto con Azerbaiyán del año pasado. A eso se suma la durísima declaración del presidente de Karabaj, Araik Arutjunyan, que suena a distanciamiento de la república separatista armenia.

La pequeña república, llamada "Artsakh" en idioma armenio, tiene cerca de 150 mil habitantes y un territorio 3000 km2 aproximadamente. De hecho, es un enclave en el territorio de Azerbaiyán, controlado al menos parcialmente por los armenios locales; puede comunicarse con su patria a través del estrecho corredor montañoso de Laҫin, de tres kilómetros de largo y nueve metros de ancho, protegido por las fuerzas de paz de la Federación Rusa.

La participación de Pašinyan en la cumbre de líderes de la Comunidad de Estados Independientes que tuvo lugar en San Petersburgo el 28 de diciembre provocó la reacción de los armenios de Karabaj. El día anterior, durante una conferencia de prensa, el primer ministro armenio había culpado a sus predecesores de la derrota en el territorio separatista. La posición de Pašinyan también fue criticada en Ereván por la oposición, especialmente por el ex presidente Robert Kočaryan, que el 29 de diciembre acusó abiertamente al primer ministro de traición a los intereses de la nación.

Otro ex presidente, Serž Sargsyan, también anunció un encuentro público en enero sobre ese tema, que probablemente será igualmente despiadado con Pašinyan. Arutjunyan ha reiterado que "solo las autoridades de Artsakh tienen derecho a hablar en nombre de la población local".

Arutjunyan subrayó que el principal objetivo a alcanzar es el reconocimiento internacional de la independencia de Artsaj y que no es aceptable ninguna forma de autonomía dentro de Azerbaiyán, como a las que el primer ministro armenio parece dejar margen de negociación. Los armenios de Karabaj consideran que no hay posibilidad de coexistencia pacífica con los azeríes y que su territorio debe volver a las fronteras de 1991, cuando comenzó el conflicto con Bakú por la zona montañosa. Para Arutjunyan, las tropas rusas desplegadas en la zona deberían favorecer la creación de un ejército local de Artsaj permaneciendo el tiempo que sea necesario, y este debería ser el objetivo de Pašinyan en las negociaciones con Putin.

El Parlamento de Stepanakert - la capital de la república separatista - reiteró la posición de su presidente, declarando inadmisibles los pronunciamientos de cualquier político o partido que cuestione el futuro armenio de Artsakh, y atacó sobre todo las declaraciones de Pašinyan, que considera demasiado ambiguas y peligrosas. El primer ministro había asegurado que el estatus de Nagorno Karabaj seguiría en la mesa de negociaciones y que "las bases jurídicas y políticas de la independencia armenia de la zona no están en contradicción con las posiciones de los mediadores y las estructuras internacionales que se ocupan del asunto".

Los armenios de Karabaj temen ser víctimas de juegos diplomáticos y no quieren renunciar a su soberanía ni siquiera a costa de ir contra Ereván. El portavoz del Parlamento de Stepanakert, Ašot Gulyan, comparó las palabras de Pašinyan con el "estilo de 1937", cuando Stalin anexó por primera vez Karabaj a Azerbaiyán, dando comienzo a la disputa entre los dos pueblos caucásicos que siempre han estado divididos por la lengua, la cultura y la religión.