Los ambientalistas se oponen a la explotación de la reserva natural de Dana
El gobierno quiere expropiar 106 kilómetros cuadrados de tierra, que equivale a un tercio de la reserva. El subsuelo contiene cobre y magnesio. Las autoridades afirman que las obras de extracción podrían llegar a cuatro mil millones. Algunos expertos hablan de un máximo de 30 millones de dólares. Los ecologistas proponen fomentar el turismo con "una economía sostenible".
Ammán (AsiaNews) - Los ambientalistas jordanos están en pie de guerra contra Ammán, que ha decidido modificar los límites de una de las reservas naturales más importantes del país para explotar las reservas de cobre y magnesio contenidas en el subsuelo. La polémica estalló el 20 de agosto pasado cuando el Ministerio de Energía anunció que ha decidido expropiar unos 106 km cuadrados del territorio protegido de Dana, en el sur del país, lo que equivale a un tercio de la superficie total de la reserva.
El gobierno está buscando desesperadamente recursos económicos para explotar debido a la crisis del covid-19, y las 45 millones de toneladas de cobre que se encuentran bajo tierra, por un valor estimado de unos cuatro mil millones de dólares, podrían ser una alternativa. Las autoridades del reino hachemita explicaron en un comunicado que la explotación minera de la zona garantizará cerca de 3.500 nuevos puestos de trabajo, con una inversión inicial de 280 millones de dólares. Ammán había firmado en 2016 un contrato de explotación con una empresa minera que se retiró porque los administradores de la reserva impidieron reiteradamente el acceso de sus técnicos a la zona.
La reserva natural se creó en 1989 y en 1993 fue oficialmente denominada Reserva de la Biosfera de Dana. Abarca una gran parte del Gran Valle del Rift, formado por montañas, mesetas y altiplanos desérticos. Según la Unesco, hay cuatro zonas biogeográficas diferentes dentro de ella: zona mediterránea, irano turana, saharo-árabe y zona de penetración de Sudán, y alberga numerosas especies protegidas o en peligro de extinción.
La gestión está a cargo de la Royal Society for the Conservation of Nature (RSCN), que inmediatamente se opuso a recortar un tercio de la misma con fines económicos afirmando que las actividades mineras en la región son “inviables”. En declaraciones a al-Monitor, el presidente Khalid Irani señaló que el gobierno no consultó con la RSCN antes de tomar la decisión, y afirmó que es "un día negro" para el reino. La Sociedad también dio instrucciones a sus abogados frenar el proyecto.
"Las actividades mineras - dijo Irani - dañarán los ecosistemas únicos de la biosfera" y dejarán sin trabajo a 85 empleados jordanos que mantienen indirectamente a más de 200 familias con un ingreso total de 3,3 millones de dólares al año. Agregó que las actividades mineras tendrán consecuencias desastrosas para la biodiversidad de la reserva. “La zona -concluye- ofrece un paisaje impresionante gracias a la variedad de sus tierras, la diversidad geológica, que va desde la piedra caliza hasta el granito, y la diversidad biológica, que incluye cientos de plantas y decenas de reptiles y mamíferos, algunos de ellos raros o en peligro de extinción”, así como aves migratorias.
Otra de las voces críticas es el exministro de Economía y ambientalista Yusuf Mansour, quien cuestiona los datos proporcionados por el gobierno (no miles de millones, sino un máximo de 30 millones) y la viabilidad de las operaciones de extracción. "El ejecutivo - afirma - ha exagerado las cifras", y debería en cambio invertir en la reserva como destino privilegiado para el ecoturismo. "Dana - concluye el experto - es única y sería mucho mejor invertir en ella para atraer turistas", creando al mismo tiempo "una economía sostenible".
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