Llamamiento de Kirill al Papa y a la ONU: “persecuciones sistemáticas” contra las iglesias rusas en Ucrania

de Vladimir Rozanskij

Hoy se desarrolla en Kiev el Concilio de unificación para constituir una Iglesia ucraniana independiente del Patriarcado de Moscú. Los sacerdotes obedientes a Moscú deben afrontar redadas, arrestos y las “conversaciones” de las fuerzas de seguridad ucranianas. Hay cuando menos 56 obispos de obediencia moscovita que se niegan a participar en el Concilio convocado por Bartolomé I.

Moscú (AsiaNews) - El patriarca ortodoxo de Moscú, Kirill (Gundjaev), ha enviado un llamamiento dirigido al Papa Francisco, a los responsables de varias Iglesias mundiales y a los dirigentes de las organizaciones internacionales, incluida la ONU, así como a los líderes de varias naciones interesadas, para quejarse de la presión que las autoridades políticas ucranianas están ejerciendo sobre la Iglesia ucraniana vinculada a Moscú.

“En el último tiempo, la injerencia de los dirigentes del Estado laico ucraniano en las cuestiones eclesiásticas ha asumido un carácter de presión que resulta inaceptable y amenazador para el episcopado y el clero de nuestra Iglesia en Ucrania, lo cual nos lleva a referirnos al inicio de persecuciones sistemáticas”, se lee en el llamamiento de Kirill, publicado en el sitio del Patriarcado.

Según comenta la figura responsable de los ortodoxos rusos, el motivo de la presión ejercida contra fieles y sacerdotes es su negativa a participar en el Concilio de unificación, que el 15 de diciembre, es decir, hoy, llevará a la constitución de la Iglesia ortodoxa ucraniana auto-céfala, independiente del Patriarcado de Moscú. A tal propósito, Kirill ha señalado que se llevan adelante redadas y se está arrestando a los representantes de la Iglesia de obediencia moscovita, en operativos efectuados por el SBU (Servicio de seguridad ucraniano), que convoca a los sacerdotes para mantener “conversaciones”.

La crisis que atraviesa la Iglesia en Ucrania se agudizó a partir del 11 de octubre pasado, cuando el Sínodo del Patriarcado ecuménico de Constantinopla aprobó la concesión de la auto-cefalia a la Iglesia ucraniana, anulando la decisión del año 1686 que establecía que la metrópolis de Kiev se sometía a la jurisdicción del Patriarcado de Moscú. Según Constantinopla, dicha decisión fue meramente provisoria y estuvo vinculada a las contingencias históricas de aquella época, cuando los territorios ucranianos quedaron bajo el control del zar ruso, luego de las revueltas de los cosacos contra el reino de Polonia y Lituania. Por el contrario, los rusos consideran que dicha decisión no sólo era definitiva, sino también conducente, en vista de las finalidades dictadas por la historia, siendo que Moscú había asumido desde hacía siglos la herencia espiritual y política de Kiev.

Actualmente, la Iglesia ucraniana dependiente de Moscú ya ha obtenido la plena autonomía administrativa, concedida luego del “cisma” de Filaret (Denisenko) en 1990. El metropolita de Kiev, -actualmente Su Beatitud Onufriy (Berezovsky)- es electo por el sínodo de obispos ucranianos, pero igualmente debe obtener la confirmación del patriarca de Moscú. El mismo Onufrij ha declarado que no es necesaria la auto-cefalia, y sus obispos se niegan a participar en el Concilio unificador (de los 96 obispos convocados, 56 han devuelto la invitación al patriarca Bartolomé).

En el Concilio de hoy debieran participar los 40 obispos de la Iglesia de Filaret (Denisenko) y 12 de de aquella “auto-céfala”, de Makarij (Maletič), que Moscú considera cismáticos, pero en este momento todo el interés se centra sobre cuál será el número de entre los 40 obispos “moscovitas” -que aún no se han expresado- que decidirán afrontar las iras de Kirill y de Onufriy.