Llamado a proseguir el diálogo entre cristianos y musulmanes y a la promoción de la libertad religiosa

Mensaje del Consejo Pontificio para el diálogo interreligioso, enviado a los musulmanes con ocasión del Ramadán. “Nosotros, musulmanes y cristianos, somo llamados a abrirnos a los demás, y a conocerlos y reconocerlos como hermanos y hermanas. De esta manera, podemos derribar los muros alzados por el miedo y la ignorancia, y procurar construir juntos puentes de amistad, que son fundamentales para el bien de toda la humanidad”.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – La cultura del diálogo entre cristianos y musulmanes debe seguir adelante “y debe tratar de promover el derecho a la vida de toda persona, a la integridad física y a las libertades fundamentales, como la libertad de conciencia, de pensamiento, de expresión y de religión”. Es lo que afirma el mensaje del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, enviado a los musulmanes con ocasión del Ramadán -que este año se inició el 5 de mayo- y por la fiesta de ‘Id al-Fitr.

En el documento, que lleva la firma del secretario del Dicasterio, Miguel Ángel Ayuso Guixot, M.C.C.J., y se titula “Cristianos y musulmanes; promover la fraternidad humana”, se lee que “el mes del Ramadán, dedicado al ayuno, la oración y la limosna, es también un mes para reforzar los lazos espirituales que compartimos en la amistad entre cristianos y musulmanes. Estoy feliz, entonces, de aprovechar la ocasión para desearles una celebración serena y fecunda del Ramadán”.

“Nuestras religiones -prosigue el mensaje- nos instan a permanecer anclados a los valores de la paz; a sostener los valores del conocimiento recíproco, la fraternidad humana y la coexistencia; a restablecer la sabiduría, la justicia y la caridad” (cfr. Documento sobre la Fraternidad Humana por la paz mundial y la convivencia común, Abu Dabi, 4 de febrero de 2019). Nosotros, musulmanes y cristianos, somo llamados a abrirnos a los demás, y a conocerlos y reconocerlos como hermanos y hermanas. De esta manera, podemos derribar los muros alzados por el miedo y la ignorancia, y procurar construir juntos puentes de amistad, que son fundamentales para el bien de toda la humanidad. Cultivemos, entonces, en nuestras familias y en nuestras instituciones públicas, civiles y religiosas, un nuevo modo de vivir, en el cual la violencia sea rechazada y la persona humana, respetada. Somos por tanto alentados a proseguir la cultura del diálogo como medio de cooperación y como método para incrementar el conocimiento recíproco. En este contexto, recuerdo que el Papa Francisco, durante su visita a El Cairo, resaltó tres lineamientos fundamentales para procurar el diálogo y el conocimiento entre personas de distintas religiones: “El deber de la identidad, el coraje de la alteridad y la sinceridad de las intenciones” (Discurso a los participantes en la Conferencia Internacional por la Paz, Al-Azhar Conference Centre, 28 de abril de 2017)”.

“Para respetar la diversidad, el diálogo debe procurar promover el derecho a la vida de toda persona, a la integridad física y a las libertades fundamentales, como la libertad de conciencia, de pensamiento, de expresión y de religión. Ello incluye la libertad de vivir según las propias convicciones, tanto en la esfera privada como pública. De este modo, cristianos y musulmanes -como hermanos y hermanas- pueden trabajar por el bien común, . Deseo que el gesto y el mensaje de fraternidad encuentren un eco en los corazones de todos aquellos que ocupan posiciones de autoridad en los sectores de la vida social y civil de toda la familia humana, y que pueden conducirnos a poner en práctica no simplemente una actitud de tolerancia, sino una convivencia, verdadera y pacífica”.