Lisboa: primer encuentro de líderes católicos en defensa de los océanos
Se celebró al margen de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos que finaliza mañana. Representantes indígenas y eclesiásticos de los Estados insulares del Pacífico debatieron sobre la defensa de los océanos, presentando la perspectiva cristiana. El Arzobispo de Suva, de las Islas Fiyi: "El paradigma antropocéntrico debe sustituir al económico".
Lisboa (AsiaNews) - "Somos humanos, somos complicados, repetimos los mismos errores porque no somos robots. El cambio empieza desde el corazón, pero para conseguirlo se necesita un lenguaje simbólico". Son las palabras de Mons. Peter Loy Chong, arzobispo de Suva, capital de las Islas Fiyi, y presidente de la Federación de Conferencias Episcopales Católicas de Oceanía. El 28 de junio, el arzobispo dialogó con otros líderes católicos de Oceanía, que asistieron por primera vez a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos. La cumbre se inauguró en Lisboa el 27 de junio y finalizará mañana.
Representantes de pueblos indígenas, cardenales, misioneros de diferentes congregaciones y miembros del Movimiento Laudato Si' de los Estados insulares del Pacífico asistieron para dar voz a las poblaciones vulnerables y presentar la perspectiva católica en la defensa del medio ambiente.
Los límites del "lenguaje académico y científico" son evidentes, explicó el obispo Chong. Y es por ello que se requiere un "lenguaje para Dios" y "un paradigma antropocéntrico" que sustituya al "económico". A menudo "se tiende a idealizar a los indígenas, pero los jefes tribales -que deberían ser los custodios de la Tierra- olvidan muy fácilmente su papel en cuanto se les pone delante de los ojos un sobre lleno de dinero", concluyó el prelado. "La crisis ecológica es también una crisis interna del ser humano”.
La iniciativa se denomina "Oceanía Talanoa". En las islas Fiyi, el segundo término describe un tipo de diálogo participativo: "tala" significa hablar y "noa" escuchar, explicó Amy Echeverria, la misionera estadounidense de la Sociedad de San Columba que moderó el encuentro.
El P. Pedro Walpole, un jesuita que vive en las Filipinas y se desempeña como coordinador de Ecojesuit y de la red eclesiástica River Above Asia, destacó también el complejo vínculo entre economía y ecología. Hizo hincapié en la necesidad de que los consumidores sean también conscientes de la interconexión entre los océanos y los seres humanos: "Las aguas de los mares absorben el 90% del exceso de calor de la atmósfera. Pensemos en esto cuando encendamos nuestros acondicionadores de aire", comentó. "Los consumidores deben conectarse con esta realidad, de lo contrario nada cambiará, pero deben conectar con sus corazones, no con sus bolsillos".
Theresa Adler creció en una comunidad de pescadores aborígenes y es directora de Gewagal Cultural Connections en Australia. Ella destacó la falta de representación de los pueblos indígenas, a pesar de que sus conocimientos ancestrales pueden desempeñar un papel muy importante en la defensa de los ecosistemas marinos: "Cuando se deja el hospital y se trae un nuevo bebé a casa, se lo sumerge en agua, como si fuera un bautismo. En mi tribu creemos que venimos del mar y que después de morir, nos convertimos en yubartas. Antes de venir a Lisboa, el último sonido que escuché fue el canto de las ballenas”.
P. Tevita Naikasowalu es el coordinador del Departamento de Justicia, Paz e Integridad de la Creación de la Sociedad Misionera de San Columba de Fiyi y contó experiencias similares: "El cordón umbilical de los recién nacidos se arroja al mar para recordarles que vienen de allí. El océano es como una madre que amamanta a sus hijos: nos acuna aún cuando lo contaminamos y explotamos". Hablando de los pueblos indígenas, el sacerdote continuó diciendo: "Es importante estar aquí, para dar voz a los que no la tienen", ya sean los pueblos tribales de hoy, "los antepasados, los que lucharon, los que murieron en nombre de la fe y el progreso".
"A los dirigentes del mundo me gustaría decirles que envíen un mensaje de sencillez", añadió el padre Tevita. "No necesitamos crecer más y hacer del mundo un lugar mejor, necesitamos ser más humildes compartiendo la riqueza que ya tenemos".
Al abordar la cuestión de la emergencia climática, Pelenatita Kara, de Cáritas Tonga, dijo que "es como si estuviéramos apuntando a nuestra cabeza con una pistola cargada: la bala nos alcanza pero también se la pasamos a nuestros hijos y nietos".
Por último, Sor Robyn Reynolds, una religiosa del Sagrado Corazón y profesora de la Unión Teológica de Yarra, se refirió a la falta de mujeres y jóvenes -no sólo indígenas- en las principales conferencias de la ONU. "No sólo hay que animar a los jóvenes, sino que hay que aprender de ellos. Son líderes maravillosos, pero ¿dónde están? No han sido invitados”. Y la hermana Robyn concluyó: “La Iglesia es misionera por naturaleza, ser ecológica no es una opción, ya lo es".
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