Las tensiones entre Bagdad y Erbil preocupan a los cristianos y dificultan el regreso de los desplazados
Sacerdote iraquí confirma el clima de "tensión" en el norte del país, mientras sigue sintiéndose "improbable" un conflicto abierto. Bagdad rechaza la propuesta de congelar el referéndum de Erbil y pide su "anulación". Nuevos enfrentamientos entre el ejército y Peshmerga, cientos de familias cristianas huyendo, varios heridos. Nuevo llamamiento al diálogo de los obispos.
Bagdad (AsiaNews) - Los enfrentamientos entre milicias kurdas y tropas gubernamentales en el norte de Irak "preocupan también a los cristianos", ya que podrían "entorpecer el retorno" de las familias en los pueblos de la llanura de Nínive. Las declaraciones las da AsiaNews don Paolo Thabit Mekko, de 41 años de edad, sacerdote caldeo de Mosul, al comentar sobre las crecientes tensiones entre Erbil y Bagdad; la nueva ola de violencia también arriesga involucrar la comunidad cristiana, que después de años de exilio a manos del Estado Islámico (EI, anteriormente Isis) se disponían a regresar a sus hogares y tierras. "La tensión es alta - añade - pero creo que es poco probable que pueda degenerar en un conflicto abierto, porque no todos los kurdos están de acuerdo con la deriva independencia impresa por el presidente [Masoud] Barzani."
Detrás de los fuertes enfrentamientos entre el ejército iraquí y la milicia kurda (los Peshmerga), el referéndum por la independencia en la región autónoma en el norte, que se celebró el 25 de septiembre del año pasado y terminó con una victoria aplastante de los favorables (más del 90% por el si). En respuesta, las tropas regulares lanzaron una ofensiva en los territorios, incluido Kirkuk, controlada desde hace mucho tiempo por los kurdos.
Ayer, los líderes iraquíes del Kurdistán han propuesto el “congelamiento” del resultado del referéndum para lanzar una mesa de negociación con el gobierno central. Al remitente le ha llegado la respuesta del primer ministro iraquí Haider al-Abadi, quien ha declarado hoy de aceptar "sólo la cancelación” y llamó de inaceptable una interrupción temporal de la deriva independentista. "Solo aceptamos - agregó el primer ministro en una nota - la anulación del referéndum y el respeto a la Constitución".
Mientras tanto, el ejército iraquí continuaría las operaciones militares en el norte del país contra las milicias kurdas. El último ataque es de esta mañana, en un área cerca de la frontera con Turquía. Los enfrentamientos también afectaron a las ciudades de Baqopa y Tesqopa, en la llanura de Nínive, involucrando también a familias cristianas. Fuentes locales informan que en Telescu los enfrentamientos habrían causado varios civiles heridos; cientos de familias cristianas (hasta 700 según algunos testigos) han huido en la dirección de Sharafiya y Alqosh, la esperanza es volver tan pronto como sea posible en los hogares, al final de los combates.
"Existe una preocupación creciente entre los cristianos, enfatiza Don Paolo, porque esta violencia crea condiciones negativas para el regreso de las personas desplazadas". En el escenario de las zonas de combate, dice el jefe del campo de refugiados "en Erbil Ojos", en las afueras de la capital del Kurdistán iraquí, "existe un fuerte temor: en estos días proyectiles de mortero cayeron sobre Teleskuf, la gente huyó a los pueblos vecinos". Además, los combates han hecho "más difíciles" las conversaciones con Erbil y "el cierre de algunas carreteras crea varios problemas logísticos y de desplazamiento".
Don Paolo espera que la situación "sea sólo temporal" y que vuelva pronto la calma, aunque el objetivo de Bagdad sigue siendo "traer de vuelta a los kurdos a la línea azul", las fronteras dibujadas antes de la invasión estadounidense de 2003 y la consiguiente caída del rais Saddam Hussein. "En cambio, al este de Mosul, la situación es más tranquila - concluye el sacerdote - y estamos fuera de la línea de ataque. En Qaraqosh ha devuelto más de 3,000 familias en estos meses, en Karamles alrededor de 270".
Por último, ayer en Bagdad terminaron los dos días del Consejo de los obispos iraquíes, bajo la dirección del patriarca caldeo mar Louis Rapahel Sako y la presencia - entre otros - del nuncio apostólico Alberto Ortega Martin. En el centro de la discusión está la crisis entre Erbil y Bagdad, que es motivo de gran preocupación para la Iglesia iraquí. En la declaración final, los obispos instan a los líderes locales y nacionales para "trabajar por la paz" a través de un "diálogo sincero" y un camino "basada en la justicia, el respeto a la ley y la ciudadanía real", pidiendo "unidad y la seguridad" para la planicie de Nínive. (DS)
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