26/03/2025, 10.09
RUSIA
Enviar a un amigo

Las tarjetas de racionamiento (digitales) de la Rusia de Putin

de Vladimir Rozanskij

Las tarjetas de débito y los diferentes tipos de talonarios, los «cupones» de los años de vacas flacas como en la perestroika de Gorbachov, están cada vez más extendidos y capilares en la Rusia actual. Pero con mil rublos cargados al mes, son muy poco para hacer frente a la crisis económica. Y hay quien vuelve a reclamar que los precios de los productos de primera necesidad se regulen desde arriba a la manera típicamente soviética.

Moscú (AsiaNews) - En la época soviética era costumbre ir de compras con la regla de «no más de un kilo por mano», y la vuelta a un sistema económico similar, impulsado por la guerra, en la Rusia actual también ha traído de vuelta el uso de tarjetas de racionamiento, y el racionamiento de las compras. Ya no se trata de verdaderas tarjetas, sino de sucedáneos de las tarjetas de débito y de diversos tipos de talonarios, los «cupones» de los años de vacas flacas, como en la perestroika de Gorbačev, el sistema es cada vez más generalizado y capilar.

Es difícil entender cómo esto concuerda con las proclamaciones de Putin sobre el «impetuoso crecimiento del bienestar» de los rusos, pero ahora se está llevando a cabo una verdadera maratón entre las cien regiones de la Federación Rusa para idear las formas más presentables de distribuir los limitados alimentos y artículos de primera necesidad. Las autoridades centrales y locales inventan los nombres más pegadizos para tratar de disimular el verdadero significado de tales procedimientos. Por ejemplo, el gobernador de la región de Uliánov, Aleksej Russkikh, ha firmado un acuerdo con el holding comercial X5 Group para crear los llamados «certificados electrónicos». Éstos servirán para que la parte de la población que se encuentra en «condiciones de vida difíciles» obtenga subvenciones estatales para comprar en los grandes centros comerciales, con grandes descuentos en leche, carne, fruta y verdura.

En realidad, como han señalado algunos periodistas, la ayuda de estos «certificados» es muy relativa, ya que sólo se cargan en la tarjeta mil rublos al mes, 11 dólares al cambio actual, que hay que tomarse con el espíritu irónico del dicho ruso «y que no falte de nada». Incluso en la región de Kaliningrado se están distribuyendo «tarjetas sociales de alimentos», concebidas por el gobernador Aleksej Bezprozvannikh para personas con bajos ingresos, principalmente ancianos con pensiones mínimas, y ya están en marcha soluciones similares en las regiones de Siberia y el extremo oriental, como Amur y Kamchatka.

Está claro que estas medidas fantasiosas están relacionadas con la crisis económica en la que Rusia se está sumiendo cada vez más, tras la locura de la guerra que generó sanciones internacionales, y que ha reconvertido cada vez más la producción industrial para las necesidades bélicas. Ahora las soluciones parecen improvisadas y apresuradas, cuando en realidad se venía hablando de ellas desde hace años, como cuando en 2018 el ministro de Industria y Comercio Denis Manturov anunció un programa de «renta de ciudadanía», que luego no se materializó. Ahora, sin embargo, ya no se puede aplazar, y las concesiones simbólicas de mil o dos mil rublos al mes difícilmente pueden resolver el problema para un enorme segmento de la población rusa.

Algunos diputados proponen, en lugar de la entrega de pequeñas sumas, dar a los titulares de las tarjetas de racionamiento la oportunidad de comprar productos a «precios sociales», comenzando de hecho a regular desde arriba el mercado de la carne, el pescado, la leche, los huevos, la harina, el pan y otros alimentos básicos al estilo típicamente soviético. Se trata del llamado «corredor de precios» presentado por el partido «Rusia Justa - Por la Verdad», en el que se pide a las autoridades centrales que intervengan ante las repentinas subidas de precios de los «alimentos de importancia social», no sólo para los más necesitados, sino para todas las ventas al por menor.

Hasta ahora, no se ha producido ninguna reacción especialmente negativa por parte de la población, y los propagandistas insisten en que «las tarjetas y los talones son algo bueno, en Estados Unidos siempre los han utilizado para ayudar a los más pobres». Algunos, sin embargo, empiezan a criticar abiertamente, como el «crematístico» Pavel Moskovsky, según el cual el sistema es «extremadamente corrupto e ineficaz», y sería mejor dar simplemente a las personas con bajos ingresos la posibilidad de elegir los productos que más necesitan, alimentos u otros. En cambio, como en la época de la pandemia, Putin sigue en su línea de «no dar dinero a la gente, sólo cinco rublos antes de las elecciones».

 

TAGs
Enviar a un amigo
Vista para imprimir
CLOSE X
Ver también
Papa a las víctimas del terremoto: “Apenas sea posible también yo espero ir a visitarlos”
28/08/2016 13:40
Corea del Norte, el pueblo obligado a vivir con 250 gramos de comida por día
24/09/2014
Corte suprema de Moscú: Los Testigos de Jehová están fuera de la ley
21/04/2017 12:09
Manila, el aumento del PBI no reduce las desigualdades
29/11/2022 18:19
Colombo: Los nuevos impuestos contribuyen a la fuga de cerebros
06/02/2023 14:49


Newsletter

Suscríbase a la newsletter de Asia News o cambie sus preferencias

Regístrese
“L’Asia: ecco il nostro comune compito per il terzo millennio!” - Giovanni Paolo II, da “Alzatevi, andiamo”