Las nuevas pruebas de Pyongyang y la tensión nuclear en la península de Corea
Los dos lanzamientos de esta mañana siguen al misil balístico intercontinental de hace dos días. Kim Yo Jong, hermana del líder norcoreano: "La frecuencia dependerá de los ejercicios militares conjuntos de Seúl y Washington". El 70% de la población surcoreana dice estar a favor de un arsenal atómico propio.
Seúl (AsiaNews) – Aumenta la tensión en la península de Corea. Tras el lanzamiento de hace dos días, Corea del Norte lanzó esta mañana dos nuevos misiles hacia el mar oriental. El deterioro de la situación ya había comenzado hace tiempo, pero esta última semana se han acelerado los acontecimientos.
El sábado pasado Pyongyang hizo la primera prueba de un misil balístico intercontinental de 2023 tras el aluvión de lanzamientos que supuso el año pasado. Los expertos consideran que este misil habría sido capaz de afectar todo el territorio de los Estados Unidos. El lanzamiento fue precedido el viernes por un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Corea del Norte que elevó el tono contra Corea del Sur y Estados Unidos, declarando que el país está decidido a buscar contramedidas enérgicas y resueltas para detener los planes de ejercicios militares conjuntos de los dos aliados.
Tras los misiles del sábado y esta mañana, Pyongyang ha amenazado con no detenerse. En un comunicado de la agencia de noticias norcoreana KCNA, Kim Yo Jong, hermana del líder Kim Jong Un y alta funcionaria de Corea del Norte, afirmó que "la frecuencia con la que utilizaremos el Océano Pacífico como nuestro campo de tiro depende de las acciones del ejército estadounidense”.
El lanzamiento de hoy se llevó a cabo un día después de los ejercicios aéreos de Estados Unidos y Corea del Sur, que a su vez se realizaron en respuesta al lanzamiento del sábado. Pyongyang siempre ha criticado duramente estos ejercicios porque considera que en realidad son "pruebas de invasión" del Norte.
Según los expertos, la decisión de Pyongyang de reanudar los lanzamientos de misiles estaría relacionada con la tensión cada vez más palpable entre las dos Coreas (el gobierno de Seúl ha vuelto por primera vez en 5 años a describir al Norte como "enemigo" en documentos oficiales de defensa), pero sobre todo con los ejercicios conjuntos entre las dos democracias aliadas. Esta semana Corea del Sur y Estados Unidos comenzarán a definir los pasos concretos para implementar operativamente la disuasión nuclear que Washington ya hoy extiende al Sur. Representantes militares de los dos países se reunirán el miércoles en el Pentágono para un simulacro, durante el cual comenzarán a estudiar los posibles planes de acción en caso de un ataque nuclear por parte del Norte.
Los lanzamientos de Corea del Norte en los últimos días deben interpretarse, por tanto, como un intento de intimidar a los dos aliados, para advertirles sobre sus propias capacidades misilísticas y disuadirlos de la idea de que podría ser militarmente factible atacar al Norte sin sufrir las consecuencias. Durante el desfile realizado en Pyongyang hace dos semanas, Kim Jong Un exhibió un vasto arsenal nuclear que probablemente incluso Estados Unidos tendría problemas para neutralizar.
Ante esta complicada situación, la opinión pública surcoreana se está inclinando decididamente a favor de poseer su propio armamento. Según algunas encuestas, alrededor del 70% de la población actual estaría a favor de un arsenal nuclear surcoreano. Lo que mueve la opinión de los ciudadanos del Sur es sobre todo la conciencia de que el Norte no está dispuesto a desnuclearizarse; pero también hay cierto escepticismo sobre el real compromiso militar de Washington para defender al Sur cuando todo el territorio estadounidense se encuentra ya en la mira de Kim Jong Un. Sin embargo, Biden sigue afirmando la determinación de Estados Unidos de observar el tratado de alianza, oponiéndose a la nuclearización del Sur y ofreciendo como alternativa mayores garantías en el campo de la disuasión.